Droga - Christopher Vélez

Capítulo 23

Christopher:
Intento dormir pero no puedo, los recuerdos calientes de lo que pasó en el baño con tn me tienen empalmado, sus besos, sus jadeos mientras la tocaba y su humedad... me toco por encima del bóxer, la tengo dura.
-Chris- susurran y me sobresalto- ¿estás despierto?- logro verla parada en la escalera, solo trae puesto su ajustado camisón el cual se perfectamente que cuando duerme con el se le sube solo a la cintura, creo que lo hace de adrede para hacerme sufrir.
-Sí, no puedo dormir, ¿sucede algo?- le pregunto mientras ella se acerca.
-Escuché unos ruidos en mi ventana y... estoy un poco asustada, ¿te molesta si duermo aquí pero en el otro sofá?- la noto que tirita de frío, es una noche bastante helada.
-Ven aquí- le digo mientras abro la frazada con la que me tapo, se queda dudosa mirándome- vamos tn, te estás congelando ahí parada y me está dando frío a mi también- la escucho suspirar hasta que llega a mí. Apenas me toca se me eriza la piel. Paso mi brazo bajo su cabeza y ella se apoya en mi pecho mientras entrelaza nuestras piernas.
-Estás calentito- me dice y sonrío.
-Tú estás muy fría, aquí conmigo te vas a calentar- cuando la escucho reír caigo en cuenta de lo mal que sonó lo que dije- osea, lo digo porque mi cuerpo entibiará el tuyo y la frazada también ayudará.
-Entiendo- dice y se queda algunos segundos en silencio, tenerla tan cerca no me lo pone fácil- ¿porqué lo haces?.
-¿Qué cosa?- pregunto confundido.
-¿Porqué consumes drogas?- pregunta y me quedo algunos segundos en silencio pensando en si debería decirle la verdad o solo mentirle- cuando tuviste el accidente en la moto estuve esperando en emergencias hasta que llegó tu padre, a penas nos encontramos me preguntó si yo sabía si habías bebido algo o consumido, y ahora esto...
-Lo hago porque cuando consumo siento menos carga de la mierda que llevo a mi espalda- me sincero y se me hace un nudo en la garganta.
-Pero el efecto es algo temporal, no te dura más que algunas horas y luego te devuelve a la realidad- dice y se acomoda para mirarme a los ojos- nunca te eh visto drogado o al menos nunca me eh dado cuenta.
-Cuando estoy contigo no lo hago, no lo necesito.
-¿Porqué?
-Contigo es suficiente, como si fueses otro tipo de droga- bromeo.
-¿Soy tu droga?, y eso que nisiquiera me has probado mucho- río por su ocurrencia y de pronto se sienta a horcajadas encima de mí.
-No me hagas sufrir más- me quejo. Mis manos acarician su cintura como si tuviesen vida propia- me dejaste mal con lo que pasó en el baño de la fiesta, aún no p...- me interrumpe con un beso que me calienta hasta el alma. Mis manos suben y bajan ahora por su espalda acariciando su suave piel, llego a sus caderas y la aprieto contra mi para que note como me tiene. Solo le ruego a diosito que nada nos vuelva a interrumpir.