Capitulo tres

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Remus J. Lupin

Apenas me levanté decidí que lo mejor era recorrer la escuela de arriba a abajo, a si que a las seis de la mañana ya estaba vestido y a las ocho ya habia recorrido el edificio de gryffindor mientras tarareaba las canciones que arrojaba mi playlist. Termine topándome con las puertas del gran comedor, que conectaba las cuatro torres. Entré y lo vi desierto, a penas dos estudiantes ocupaban todo ese gran salón, pero, aun así, me acerque a la barra de comidas donde tomé un té y dos tostadas.

Para las nueve ya me habia encontrado con la biblioteca, era enorme y estoy seguro que me brillaban los ojos de la emoción, era majestuosa y estaba en total silencio, ni si quiera me atrevería a compararla con el Ateneo, librería que ocupaba un espacio especial en mi corazón, pero que ni de chiste se comparaba con este lugar, dos pisos enormes y llenos de libros, llenos de aventuras o aprendizajes. Decidí que ya tendría tiempo para leer una novela, a si que por el momento buscaría libros de las distintas materias que me tocaban en clases.

Subí a las habitaciones, aún escuchando la voz de David Bowie en mis audífonos que provocaba que me aparte del mundo y sus habitantes, era simplemente mágico. Me acerqué a mi mesita de noche, que habia organizado anoche, y saque del cajón algunos libros para internarme a estudiar en la biblioteca mientras cantaba en voz baja la letra de Heroes.

Repentinamente sentí una inmensa necesidad de ir al baño, tal vez fue por las tres tazas de té que tome esta mañana. Desconecto los auriculares y camino en grandes zancadas hacia el baño.

—Joder James, ya voy —Me responde una voz cuando toco la puerta, sonrió divertido al ver a Sirius con cara de estupefacción —Oh

—Oh —Lo imito —D Roba Malvinas, necesito usar el baño

El se mueve y yo entro para descargar rápidamente mi vejiga. De hecho aún me estoy lavando las manos cuando reconozco mi ringtong.

Que no sea mamá, que no sea mamá.

Es mamá.

Hola ma —Y mientras escucho a mamá hablar de su día y de lo mucho que me extraña, veo a Sirius, o, mejor dicho, veo el torso de Sirius. Es realmente una maravilla como su abdomen no está tan marcado como para ser exagerado pero tampoco está flaco como yo, es simplemente perfecto. —Ma, estoy ocupado, te hablo después

Porque no estaba bien quedarme viendo al chico frente a mi, cierro los ojos con fuerza y salgo del cuarto, olvidandome de los libros que había pasado a buscar.

(***)

—¿Tu compañero de habitación es lindo? —pregunta Galia.

Si, Gal, es ese el problema, es un roba Malvinas que está muy bueno

¿Mejor que Louis Tomlinson?

Me quedo pensando unos segundos.

Eso es ir lejos

Entonces no está tan bueno —Suelta una risita que se me hace muy tierna, Gal es tierna.

Formé mi grupo de amigos a los diez años, empezamos solo Kahel y yo, a los cinco, y luego llegó esa pequeña y dulce mexicana a la que adoptamos cómo hermanita menor, Galia. Crecimos juntos y nos hicimos inseparables, mejores amigos.

Kahel es un par de meses mayor que yo, pero de pequeños solíamos bromear con que éramos mellizos, porque teníamos (y seguimos teniendo) una extraña conexión de hermanos casi sobrenatural, podíamos vernos y entender lo que nos pasaba, o simplemente a sucedía que sabíamos que él otro estaba mal, sin necesidad de verlo, solo lo sabíamos. Aunque es verdad que hubo un año donde estuvimos separados por completo, me alegra decir que volvimos a ser inseparables.

Galia llegó a los diez años, venía de México con sus padres que viajaron por negocios y se quedaron por amor al país que ahora se destruye poco a poco. Kahel y yo la adoptamos (no literalmente) cómo nuestra hermana menor, desde entonces es nuestra pequeña niña protegida, nos metimos en nuestras primeras peleas por cuidarla a ella y lo volvería a hacer.

—¿De que me perdí? —La voz de Kahel suena en mis audífonos.

Remu entrando en pánico porque sus compañeros son lindos

Foto o fake

Suelto una pequeña risa hasta que siento una mano posarse en mi hombro, sobresaltandome. Al voltear me encuentro con una linda pelirroja de sonrisa relajada.

—Hola, eres Remus ¿No es así? —Tiene un acento extraño, y rápidamente noto que no es de Londres como la mayoría aquí.

—De pende quien pregunta, si eres una kiosquera que trabajó en Argentina hace cinco años, no, me llamo John —respondí divertido.

—Eres gracioso —Me señala con el dedo índice y sonríe antes de señalarse a si misma. —, y yo soy Lily

Se sienta conmigo y rápidamente me despido de mis amigos para prestarle atención a la chica frente a mí.

—Sirius dijo que eras guapo, pero no pensé que tanto —dice Lily con un asentimiento. —, generalmente exagera, ya sabes, está enamorado de todo el mundo

—Odiaría salir con él entonces

Lily es bastante más charlatana que yo, pero no llega a ser molesta. De hecho es lindo como me cuenta su vida, que es Danesa, tiene una hermana, es becada y es de los mejores promedios de la promoción.

—Y parece que llegaste para ser mí competencia —dice viendo mis libros.

—Me gusta adquirir conocimientos lo más rápido posible, no quiero quedar atrás

Luego de eso llega corriendo una chica de rastas y piel morena.

—Lily, Lily, oye —dice rápidamente. —Potter  y Black se metieron en otra pelea

Lily no lo piensa cuando se para y corre detrás de la chica, yo corro detrás de ella, pero no porque estoy preocupado, si no porque estoy curioso.

Al llegar al campo de fútbol, veo cómo mis dos compañeros de habitación están a punto de golpearse con otros dos chicos vestidos de verde.

—¡James Fleamont! —grita Lily tomándolo del brazo —Cálmate, luego nos bajan puntos

—¡Hazle caso a la becada de tu amiga, Potter! —grito el de pelo platinado.

Veo la cara de James desencajada, la rabia en los ojos de Sirus, pero lo más importante, veo a Lily respirar profundo como si el comentario la hubiese afectado de sobre manera.

Por algún motivo siento molestia ante como el rubio ha llamado a Lily, me molesta mucho ver cómo la expresión de la pelirroja se deprime inmediatamente ¿Que tiene de malo ser becado?

Al ver qué Sirius y James son sostenidos por Peter, me acerco a grandes zancadas, alguien debe defender a Lily y yo sé cómo hacerlo sin llevarme una detención.

—¿Cuál es tu nombre? —pregunto con una ceja enarcada una vez que ya estoy frente a él.

El enarca una ceja, como si no creyera que su nombre es desconocido para mí. Es alto, pero no supera mí metro noventa y tantos, de hecho le saco media cabeza y eso me hace sonreír de lado, no intimida, al menos no a mí.

—Soy Malfoy, Lucius Malfoy ¿Y tú ere —No lo deje terminar su oración cuando puse mi mano en su nuca y tire con fuerza de uno de los mechones de cabello.

—Lupin, Remus Lupin, y más te vale no volver a acercarte a Lily ni a insultarla porque se hacer cosas mucho peores que tirarte del pelo —murmuro a su oído mientras veo su rostro haciendo una mueca de dolor. —¿Notaste lo mucho que duele? Puede doler más ¿Volverás a molestar Lily? —El niega con la cabeza —En voz alta, Malfoy, Lucius Malfoy —ordeno con voz burlona.

—N-no volveré a molestar a Lily —Inmediatamente lo suelto y me giro a ver a Lily.

—¿Estás bien, cariño? —Ella asiente y me abraza con fuerza murmurando un "Gracias"

Háblame en español (Wolfstar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora