Háblame en español (Wolfstar)

Capítulo dieciocho

Sirius O. Black

No es por ser malo, pero nunca me había imaginado a Remus emocionado por un evento deportivo.

—MUCHACHOS —le grita a su teléfono mientras esta en llamada con Kahel y Galia.

—AHORA NOS VOLVIMO' A ILUSIONAR —Oigo una voz masculina, la cual imagino que pertenece a Kahel.

—QUIERO GANAR LA TERCERA —Ahora es Galia quien chilla emocionada.

—¡QUIERO SER CAMPEON MUNDIAL! —gritan al unísono y gimo de fastidio.

—Remus, me encantas, pero cállate.

Remus me mira con una ceja enarcada y puedo oír las risas de sus amigos.

—Callame ¿O te da miedo? —pregunta con una sonrisa y yo, sin pensar en que están sus amigos viendo a través de una pantalla, lo tomo de la mandíbula y devoro su boca.

—Chito —repito aquello que me dice cada vez que está leyendo antes de recostarme en su pecho para dormir la siesta.

Su pecho vibra por una risa y continua hablando con sus amigos, pero esta vez sin gritar.

—AMIGO TE —Remus le chista a Kahel y estoy bastante seguro de que me señala. —... Perdón, pero vos porque no viste como te comió la boca el roba Malvinas ese

¿Todos los argentinos piensan decirme roba Malvinas?

—Me pido que me adopten, o sea, soy la menor, me lo merezco

—Que nos adopte a los dos, yo también quiero

—Cierren el orto ustedes, che —se queja Remus comenzando a acariciar mí cabello y ya no puedo concentrarme en nada que no sea la relajación que me genera.

Cierro los ojos y poco a poco comienzo a entrar en el mundo del sueño que parece durar a penas dos segundos, pero cuando oigo a Peter, sé que pasaron al menos tres horas.

—Oigan tontos —dice Peter sacudiendo mí hombro. —se perderán la cena, vamos, vamos, vamos, vamos

—¡Ya, wormy! —La voz de Remus suena ronca y su pecho vibra bajo mí cabeza. —Vamos Pads, hay que comer algo

Se sienta, y como estoy sobre él, yo también lo hago, pero mis ojos se mantienen cerrados.

—No quiero —murmuro. —quiero dormir

—Después dormimos más, dale corazón, vamos a comer —Me hace levantarme y besa mí frente con delicadeza mientras ata mí pelo en un moño.

—¿Cómo podes despertarte de tan buen humor?

—¿Quien dijo que dormía? —Me guía al baño y moja un poco mí cara para despertarme.

—¿Y por qué te quedaste ahí tirado?

—Para que duermas bien —Su afirmación suena más a una pregunta, pero igualmente encoje mí corazón.

—Tu n'as pas le droit d'être si parfait —“No tienes derecho a ser tan perfecto” le murmuro en francés, agradeciéndole a los Black por haberme hecho fluido en ese idioma.

—Voy a suponer que no es un insulto, vamos

Me hace bajar al Gran comedor y me sirve algo de comida en mí plato, lo cual me hace dudar porque soy realmente exquisito con la comida y solo como ciertas cosas, pero me sorprendo al ver qué elije cosas que me gustan.

—¿Que? —dice Remus mirando mí plato de comida, que lleva algo de ensalada rusa, porque el resto no me gusta, un pedazo de carne, de los de ternera y un sobre de mayonesa a mí lado. —No hay nada que no te guste