Especial Año Nuevo

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Remus J. Lupin.
31.12.2019

Sabía que estaba siendo una decepción al juntarme con esta gente, sabía que a nadie le gustaba que yo haya comenzado a drogarme y sabía que la gente nunca me dirían a la cara que los había decepcionado, pero Kahel y Galia si lo hicieron, tal vez por eso me sentía tan violentando.

—¿Te pagan o te pegan, pelotudo? —Me gritó Kahel llegando a mí casa el día siguiente de navidad.

—Kahel, cálmate, no vas a lograr nada gritándole —Aunque Galia me defendía, supe que ella no lo hacía porque me lo merecía, si no que era por simple empatía.

—¡No! ¡No me voy a calmar un carajo! ¿Que te pasa por la cabeza? Te acepto algún que otro porro, te acepto que tomes, pero ¡Esto es totalmente diferente!

No me justifique, no tenía ninguna buena justificación.

Kahel estaba enojado porque me había metido en las carreras ilegales. ¿Cómo un chico de 16 terminaba metido en esas mierdas? La respuesta siempre fue clara para mí: Necesitaba aceptación.

A pesar de que siempre tuve a Kahel y a Galia, nunca había tenido más amigos, siempre fueron ellos dos, y este año había sido raro, me había sentido distanciado de ellos, pero eso me había llevado a conocer a quienes me metieron en el mundo que a mis amigos les molestaba y mis padres desconocían ya que se encontraban en viajes por negocios.

A si que era 31 de Diciembre, a penas minutos antes de año nuevo, y yo estaba sentado en la pista de carreras, fumando con Franco y riéndonos de cualquier boludez, intentaba no pensar en la decepción que ví en los ojos de mis amigos.

—¿Estás emocionado? —preguntó Franco.

Era la primera carrera en la que yo iba a manejar, generalmente no lo hacía porque a penas había llegado al grupo, además, era el más chiquito.

Franco, por ejemplo, era tres años más grande que yo, después estaba Agustín, con dos años más, por último estaba Arianna, ella tenía 17, hermana menor de Agustín, pero la menos problemática, generalmente solo estaba ahí para cuidarnos si nos daba algo o nos metíamos en quilombos.

—Nah —respondí al fin dando una calada. —Pero estoy un toque cagado en las patas

Franco se carcajeo mientras Agustín llegaba a nuestro lugar con Arianna atrás de él.

—¡Feliz año nuevo! —grito Ari con una sonrisa mientras me pasaba una Coca-Cola. La miré mal. —¿Que? Vas a hacer una carrera, no te voy a emborrachar

Rodé los ojos y mire mí celular. 00:10. Tenía cuatro mensajes nuevos.

Kahel: Feliz año nuevo ¿Podemos hablar?
Gal: Feliz año nuevo cariño 🤍🤍 Lamento lo del otro día
Pa: ¡En Argentina ya es año nuevo! Feliz año nuevo Remu
Mami: Feliz año nuevo mí amor 💝

Le respondí a mis padres, anunciandoles que saldría de fiesta, lo cual no era del todo mentira. Luego ignoré los mensajes se Kahel y Galia, no tenía ganas de hablar con ellos, no quería hacerme mala sangre.

Esperamos cinco minutos hasta que llegaron los contrincantes de la carrera, eran una pandillita cómo la nuestra, solo que ellos eran diez, nosotros seis, de los cuales dos no pudieron venir.

—Vamos Rems, vos podes —me dijo Ari con una sonrisa en su cara.

Sonreí y me agache para tomar una lata de cerveza, en un trago me la terminé y me subí al auto.

Del resto de la noche no recuerdo mucho, solo sé que me subí al auto y comencé a manejar con una botella de vodka y tres cervezas en mí sistema. Todo era borroso, manejé cómo un maniático hasta dejar al otro auto atrás, eran dos vueltas, ya había hecho una y el otro a penas iba por la mitad.

Háblame en español (Wolfstar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora