38. Enamorarse de uno mismo. (Final)

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Existen momentos en la vida los cuales uno piensa que deberían ser eternos, si pudiéramos congelar los mejores momentos de nuestras vidas seguramente nos mantendríamos viviendo en ese segundo de existencia que sentimos genuina felicidad. Por supuesto, Min Yoongi, en su sedan viejo, junto a la persona que mas quería en el mundo, conduciendo por una carretera a lado del basto mar solo podía desear detener el tiempo, poder mantener para siempre esa calma y saltarse la tormenta que se avecinaba. El día después de leer aquel macabro mensaje enviado por esa siniestra mujer, Min tomó una decisión y esa fue llevar a su dulce novio a una cita en la playa, tal y como había prometido.

-Yoongi, hey Yoongi- La voz a su lado saco de sus pensamientos, haciendolo mirar de soslayo a Seokjin un segundo para poder responder con un tranquilo:

-¿Si, que pasa?

El menor mostró una sonrisa dulce haciendo que sus mejillas se abultaran, era una característica  de él que Yoongi describía como "encantadora".

-¿Que te tiene tan distraido? Llevó cinco minutos preguntándote  el nombre de esa canción - La canción estaba apunto de terminar sin embargo Yoongi la reconocía perfectamente, era una canción que de alguna manera siempre terminaba recordándole a ellos dos.

-Only then, de Roy Kim - Respondió el mayor con una suave sonrisa viendo con atención el camino.

-Me gusta mucho... Yoongi, esta tiene que ser nuestra canción- exigió con una notable emoción el menor sacándole una pequeña risa a Yoongi

-¿Nuestra canción? ¿Porque específicamente  esta? -Se pregunto mientras comenzaba a estacionar el auto pues ya habían llegado a su destino.

-Umm... pues es nuestra primera cita y ...Porque tu mismo lo dijiste... nuestro amor no es difícil... amarte es tan fácil- Un suave rubor invadió las mejillas de Seokjin al decir tremenda cursilería, Yoongi con una suave sonrisa en sus labios y un ardor en el pecho pellizcó la mejilla del rubio de manera juguetona.

-Que cursi - se burló haciendo al rubio fruncir el ceño suavemente. Una vez Yoongi terminó de aparcar el auto le robo un suave beso a su novio, Seokjin ya conocía esa parte de su novio, no podía aceptar cuando sus acciones le enternecían, pero siempre se lo demostraba de otras formas y eso era suficiente para él.

-Tu lo eres aun mas, Min - Una sonrisa traviesa vino después de esa frase y la infantil acción de sacarle la lengua fue el remate final antes de salir del auto a modo de huida.

Yoongi rodo los ojos con diversión y sacó la canasta de picnic de la parte de atrás del auto para luego seguir al menor quien ya se había adelantado por su cuenta para poder ver el mar desde el muelle. El pelinegro llegó a lado de su novio y le tomó la mano para poder caminar juntos. A los ojos de Yoongi el rostro de Seokjin era siempre digno de apreciar, pero esta vez estaba especialmente interesado en guardar cada parte de esa blanquecina y suave cara en su memoria, así que mientras el menor apreciaba el mar, Yoongi lo apreciaba a él como un tesoro único... uno que estaba apunto de perder...

-¿Porqué me miras tanto desde que llegamos? - se preguntó casualmente Seokjin mientras colocaba la manta de picnic en el lugar elegido 

-Mmh debe ser porque me gustas mucho- Admitió despreocupadamente Yoongi ayudándole a arreglar la manta, la respuesta sorprendió a Seokjin de sobremanera y lo hizo sentir como su corazón daba un brinco enternecido, quizás era porque no era algo habitual por parte de el, pero siempre lograba volverlo loco con palabras así de simples.

-Vaya que eres cursi si te lo propones, entiendo que te guste, pero estas en la playa, mira su paisaje, a mi me ves todos los días - Aquellas palabras nacidas de la ingenuidad de su dulce novio le hicieron sentir como caía de regresó en la realidad, pero no dejaría que la realidad le arruinara su cita, el día de hoy sería un día de fantasía.

Euphoria |KV|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora