Mi razón de vivir - H.A #6

25. Por fin la tormenta cesó

Off estaba muy arrepentido, sabía lo importante que era Rome para Gun, él mismo haría cualquier cosa por Pick si le sucediera algo... le ganó el miedo a perderlo otra vez, su egoísmo de que se quedara con él, pidiendo que mandara todo al infierno. Le invadió el terror al verlo tan débil, pudo comprender que la fuerza que lo mantenía estaba pendiendo de un hilo y él inconscientemente lo rompió destrozando más a Gun.

¿Qué clase de novio era? él quería ser su apoyo, su fuerza y en la primera oportunidad su insensatez provocó que el amor de su vida volviera a tener ataques de pánico, en vez de cuidarlo y tratarlo delicadamente fue un bruto. No tenía palabras para describir lo que había hecho, quería darse un golpe por su estúpida forma de actuar.

Después de que logró tranquilizarlo con ayuda de la guitarra lo levantó cuidadosamente acostándolo en la cama, dejándolo dormido totalmente exhausto.

Se permitió llorar silenciosamente lamentando todo por lo que Gun estaba pasando, el menor tenía razón, él jamás podría entenderlo porque cuando está mal, viene su madre con las palabras indicadas y su hermana con un cálido abrazo. Siempre fue así. En cambio Gun no tuvo aquello, no podría entenderlo, pero se esforzaría el doble por tratar de hacerlo, Gun merecía todo lo mejor del mundo, y se esforzaría mucho para ser perfecto para él. Le dolía la angustia en el rostro de su pequeño, le dolía no poder ayudarlo. Gun no merecía todo lo que le estaba pasando.

Sin embargo, Off se estaba reprochando duramente, ignorando que el simple hecho de estuviera ahí era todo lo que necesitaba Gun.

Se aseguró de que su novio estaba profundamente dormido y bajó a la cocina ignorando las malas miradas de los dos hombres que estaban en la sala.

Ingresó a la cocina y se dispuso a preparar sopa de pollo para su novio, cuando terminó se dirigió a las escaleras, llevando el cuenco en la mano

—¿Cómo entraste en la casa? —preguntó Ssing, Off detuvo sus pasos y sin mirarlo respondió.

—Yo haría hasta lo imposible por él —y sin esperar respuesta subió las escaleras dejando a Ssing molesto...

Molesto consigo mismo porque él nunca hizo nada por Gun, nada que a él lo pudiera perjudicar, y ese extraño que jamás tocó un arma venia y ponía en riesgo su propia vida con tal de estar con el hombre que amaba, y entendió que nunca se mereció el amor de Gun.

Off entró a la habitación viendo como su novio arrugaba la frente estando dormido, dejó el cuenco en la mesita de luz y tocó su frente notando que tenía fiebre.

—Gun... despierta amor —llamó suavemente— necesitas comer y tomar medicina —buscó en los cajones y encontró analgésicos, volvió a ayudar al menor a apoyarse en el respaldo de la cama, mientras lo alimentaba con el caldo que le preparó.

—Gracias Off —susurró Gun con voz rota.

Off arrugó la frente, extrañado.

—¿Por qué amor?... si soy yo quien debería estar agradecido porque regresaste —bajó el cuenco y abrazo nuevamente a su novio— perdóname cariño, yo no quise lastimarte, perdóname por no ser lo que mereces —susurró sintiendo como lo envolvía con su brazo sano ya que el hombro lastimado le dificultaba mover el otro.

—Gracias por amarme tanto, creo en ti Off, eres todo y más de lo que merezco, el hecho de que estés aquí cuidándome es demasiado.

Que Gun recibiera el cuidado de alguien más, para él era completamente extraño y nuevo, siempre fue él quien cuidó.

Off se enderezó y lo besó suavemente.

—Te amo —susurró con los ojos humedecidos.

—Te amo —respondió Gun, y Off se sintió feliz, pues por fin recibía una respuesta que no implicaba una despedida.

Alimentó a su novio y después le dio el analgésico dejándolo descansar otra vez.

Bajó nuevamente a la cocina con el cuenco vacío y escuchó el timbre sonar, lo cual le pareció extraño, él era el único que conocía a Gun en ese lugar

—¿Hay otro psicópata al igual que tú que conoce a Gun? —preguntó uno de los guardaespaldas dirigiéndose a la puerta con el arma en la mano.

Off ignoró el insulto.

—Soy el único que lo conoce y con quien comparte —respondió.

Dejó el cuenco en la cocina y volvió a mirar la entrada, curioso por saber quién tocaba. La puerta se abrió y lo primero que vio fue un bolso curioso sostenido por un hombre joven muy fornido y de aspecto muy duro, volvió a dirigir su mirada al bolso, cuando lo notó jadeó feliz y una enorme sonrisa esperanzadora apareció en su rostro.

—Rome —susurró tragando duro y acercándose lentamente.

—Tú debes ser con el que hable por celular... el "amigo" de mi hermano —habló el hombre resaltando la palabra amigo al pronunciarla, estudiando con la mirada a Off.

—En realidad soy su novio —dijo impasible dedicando toda su atención al pequeño que venía dormido en su bolso para perro.

—No me digas —Respondió irónico recordando cómo le había gritado exigiendo saber del hombre que amaba.

—Lo has rescatado —le habló por fin mirándolo a los ojos muy emocionado— Gun estará tan feliz... él se siente muy culpable... él... él esta... —no podía decir más nada.

La luz al final del túnel estaba cerca. Rome regresó a casa, estaba lastimado y maltratado con una patita enyesada, exactamente igual que Gun, pero estaba en casa... ¡con vida!

—¿puedo? —preguntó señalando al perrito.

El hombre sonrió, podía ver que su hermano había encontrado justo lo que le hacía falta, alguien que lo amara intensamente.

—Ahora entiendo porque Gun te dejó entrar en su vida, eres como una pieza de rompecabezas que encaja perfectamente a él —habló Bas pasándole el bolso a Off— Puedes... quien mejor que tú para devolverle... su razón de vivir.

Off sacó cuidadosamente a Rome de su bolso, el pequeño can estaba sedado, su cabecita caía sin fuerza al costado de su brazo...

Subió las escaleras y entró donde Gun aún estaba dormido seguido por el hermano. Puso a Rome suavemente al lado de Gun y tocó su frente notando que la medicina había hecho su trabajo, acarició su suave cabello y aquel toque lo despertó.

Gun vio primero el sonriente rostro de Off, luego notó la pequeña presencia a su lado viendo a su Rome... a su pequeño remolino inconsciente a su lado, lentamente levantó la mano acariciando su cabecita, estaba tan maltratado, pero seguía respirando, sus ojos se llenaron de lágrimas y dejó salir un silencioso llanto, aun manteniendo la caricia en su perrito acompañado de las lágrimas de Off.

Por primera vez lloro de felicidad, se dejó llevar por el sentimiento de calma. Por fin su pecho dejó de oprimir. Por fin la tormenta cesó.

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ