Honra su Memoria

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Wei Wuxian despertó solo en su cama un par de horas después, lo primero que hizo fue tantear con su mano el lugar donde se suponía debía estar Lan Wangji, justo a su lado, pero no lo encontró. Abrió los ojos y los restregó con sus puños, buscó a su alrededor con la vista y no lo vio.

—¿Er Gege?— lo llamó somnoliento pero nadie le respondió

Sintió su cuerpo adolorido, cómo si acabará de salir de una batalla cuerpo a cuerpo hasta la muerte, trató de incorporarse, retiró las sábanas de sus piernas y quiso bajarlas de la cama con mucha dificultad. Se puso de pie, pero sus piernas fallaron y cayó de sentón en la cama, lo que dolió en su trasero. Cerró los ojos para reprimir el dolor y juntando sus fuerzas de nuevo se puso de pie, dió unos pasos y sus rodillas temblaban, alargó una mano para tomar su túnica y se envolvió en ella solo por la cintura, no podía levantar los brazos para ponerse las mangas. Llegó a la estancia principal y tampoco ahí encontró a Lan Wangji.

—Prometiste que no te irias— sollozó en silencio

Alguien llamando a su puerta lo interrumpió, Wei Wuxian sonrió y fue a la puerta tan rápido como sus piernas se lo permitieron, abrió diciendo

—¡Lan Zhan!—

—Wei Xiong, soy yo— dijo Nie Huaisang en la entrada

—Ahh, Huaisang, eres solo tu— dijo desepcionado

—Tambien me alegra verte— contestó sarcástico

Nie Huaisang entró y observó la escena, Wei Wuxian con el torso desnudo, más despeinado de lo normal, tembloroso. Caminó más dentro de la residencia y alcanzó a ver la cama destendida y revuelta, ropa tirada al pie y las almohadas en el lado contrario, inmediatamente supo de que se trataba.

—Wei Xiong... Cuentale a tu mejor amigo lo que pasó aquí..— con tono burlón —¡Espera! ¿Que demonios te pasó? Wei Xiong... Lan Wangji... Acaso él...¿Te forzó?— preguntó preocupado

—¡¿Que?! Noooo, claro que no ¿Por qué dices eso?—

—Pues, mírate— dijo Nie Huaisang señalando el espejo

Wei Wuxian se acercó y al mirarse vio que su cuerpo estaba completamente lleno de mordidas, moretones, rasguños y marcas de dedos, sus pezones ya no eran rosas, sino de un tono carmesí, su cuello tenía marcas de succión rojas y moradas.

—Oh noooo... Le dije que me vería horrible, pero él es tan intenso—

—Wei Xiong, que envidia me das— dijo Nie Huaisang cuando se dejó caer a la mesa baja del centro riendo sin control.

—Callate Huaisang, además... Mira como me dejó, me voy a ver espantoso, y... Se fue, dijo que se quedaría, lo prometió y desperté solo— dijo cuando sus ojos se rozaron y una lágrima estuvo a punto de escapar

—Oh, Wei Xiong, no, no llores, lo siento, seguramente se fue porque tenía que prepararse para la ceremonia ¡Por cierto! Justo a eso venía, ya es muy tarde, no estás ni cerca de estar listo—

—¿Qué hora es?—

—Ya pasa del medio día, seis ken después del medio día, debes darte prisa—

—¡Demonios! Dormí mucho —

—Ire por tu asistente, para que te traiga la tina, mientras busca lo que te vas a poner, no hay tiempo de peinarte está vez y no vamos a provocar otro incendio, traere maquillaje para cubrir las marcas de tu cuello y...agua, debes estar seco por dentro— lo observó de nuevo todo tembloroso y corrigió— mejor té de ginseng— salió de ahí a toda prisa

Unos minutos más tarde la tina llegó, Wei Wuxian se metió con mucho esfuerzo, sus lesiones ardieron en el agua caliente y le fue imposible restregar su cuerpo con el paño, solo lo hizo con sus manos, al salir se vistió con una hermosa tunica de enormes mangas color purpura, de la más fina seda, un broche de plata con opalos en forma de loto, un colgante de cascabel y un tocado a juego en su cabello y por supuesto el brazalete de Madame Lan oculto en su manga. Estaba calzando unas botas blancas de piel cuando Nie Huaisang entró con una bandeja con el té y unas píldoras.

No soy un manga cortadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora