Las Puertas De Mi Vida

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Wei Wuxian y Lan Wangji se besaban suave y lento, cada pocos minutos paraban solo para sonreírse y recordarse lo mucho que se amaban y volvían a su unión, hasta que una interrupción desagradable se escuchó.

—¿Que crees que le estás haciendo al segundo joven maestro Lan? Jovencito más te vale que te alejes de él ahora ¡sal de aquí!— dijo el jefe de los médicos

El anciano sanador era uno de aquellos que siempre habían detestado a Wei Wuxian y no habían tenido problemas en esparcir rumores sobre él.

—Pero yo... Solo estábamos...— trató de defenderse el chico

—¡Pero nada! ¡Lárgate ahora!—

Wei Wuxian lo observó molesto, quería defenderse de manera más feroz, pero no quería angustiar a Lan Wangji, además este era un anciano que seguramente no aguantaría ni siquiera la más suave palmada. Apretó los puños y los labios, se tragó sus palabras junto con saliva, dió un paso hacia la salida resignado pero el jade lo sostuvo con firmeza de la maga y tiró de él hasta regresarlo a su lado.

—Él se queda— ordenó con un rostro inexpresivo

—Segundo maestro... Por favor, comprenda su delicada situación— dijo el anciano tratando de sonar amable

—Él se queda, el que se va eres tu—

—Joven maestro... Yo... Soy su medico—

—Eres un médico, no mi médico, dije que te largues ahora— esta vez sonó definitivamente aterrador

El médico hizo un gruñido molesto y se retiró entre maldiciones bajas.

—¿Estoy volviendome loco o Lan Wangji acaba de ser rudo con un anciano de su secta?—

—Ssshhh... ¿En qué estábamos?—

—Sin vergüenza— dijo el loto sonriendo y volvió a besarlo

Varios minutos más tarde fueron interrumpidos de nuevo, está vez un junior venía a traer comida. Se inclinó diciendo

—Joven maestro Wei, HanGuangJun, lamento interrumpir, su médico me envía, dice que debe comer antes que el sueño lo venza de nuevo ¿Necesitan que los ayude?—

—Gracias, eres muy amable, yo lo alimentare solo—

Así el loto tomó la bandeja con alimento y como hacia desde hace días dió bocado tras bocado a Lan Wangji robando uno que otro para él mismo. Hasta que vió como Lan Wangji tenía más y más dificultad para mantener los ojos abiertos.

—Fue suficiente, debes dormir, eso dijeron los médicos—

—Quiero estar despierto, contigo— dijo antes de cerrar los ojos definitivamente

—Descansa Lan Er-Gege— dijo antes de besar sus labios por última vez

El loto no pudo ser convencido de dejar la habitación, durmió apenas en la orilla de la camilla pero aferrado a Lan Wangji, con los dedos de sus manos entrelazados.

El jade dormía la mayoría del día, cuando estaba despierto apenas era el tiempo suficiente para besarse, confesar su amor una y otra vez y comer un poco, nunca les sobraba tiempo de conversar, aún si Wei Wuxian tenía desde el inicio una inquietud atorada en su pecho, cada que el mayor despertaba el de Yunmeng quería saciar hasta el último la necesidad de sus besos, así pasaron 12 días, en qué no salió de esa habitación más que para ir al baño.

Diariamente limpiaba la cara y las manos de su pareja con toallas mojadas, cepillaba su cabello y humectaba su piel con aceite de sandalo, dormía a su lado cada noche sin importar si el espacio era limitado. Constantemente recibía miradas despreciativas del anciano médico y algunos otros miembros de la secta, los observaba mirandolo y murmurando, aprovechando que el jade dormía incluso subían de tono sus murmuraciones que eran lo suficientemente altas para alcanzar a escuchar y estaban cargadas de insultos. El ojigris no prestaba mucha atención, él estaba ya muy por encima de la opinion pública, sin embargo le preocupaba que tanto iba a afectar a Lan Wangji cuando se recuperara, le inquietaba si esto abriría de nuevo una brecha entre ambos.

No soy un manga cortadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora