No soy un manga cortada

Suibian & Bichen

Por la mañana los Jin-Jiang estaban reunidos en su área de comedor para el desayuno. Jin ZiXuan estaba recargando su cabeza contra el hombro de Jiang Yanli con los ojos medio cerrados y su hijo en brazos profundamente dormido mientras que la chica tenía su cabeza recargada en su mano apoyada en la mesa dormitando.

—A-Li... ¿Me pasas la leche?— pidió Jiang Cheng

La chica no respondió. Jiang Cheng intercambió una mirada con su hermano.

—Hey Jin ZiXuan ¿Me pasas el pan?— pidió Wei Wuxian

Jin ZiXuan le pasó la sal. Los lotos de nuevo se miraron uno a otro desconcertados y reprimieron la risa. Yu ZiYuan llegó por atrás y chasqueó con fuerza la nuca de ambos con un dedo. Ambos sintieron el latigazo ardoroso en el cuero cabelludo.

—¡Auch!... Muqìn—

Yu ZiYuan se acercó a Jin ZiXuan le quitó al bebé de los brazos y le dirigió una mirada molesta a los chicos. En seguida Madame Jin pasó una palma por la mejilla de su hijo y dijo

—A-Xuan despierta, vayan a descansar a su habitación,  ZiYuan y yo cuidaremos al bebé—

—Mnh— sonrió el chico —A-Li... Despierta cariño, vamos...—

Se fueron a dormir.

—¿Que sucede? ¿Que les pasa?— preguntó Wei Wuxian

—A-Ling no durmió nada en toda la noche, pero míralo, ahora duerme como un ángel— respondió Madame Jin

—Pobre JieJie—

Terminaron de desayunar cuando fue publicado el orden de la primera contienda. Solo se permitían dos cultivadores por secta. Wei Wuxian estaría contra Lan Xichen y Jiang Cheng contra Meng Yao, Jin GuangShan contra Wen Rouhan. El ganador de cada fase avanzaría a la siguiente. Por fortuna Jin ZiXuan estaba contra Nie Huaisang y su batalla sería hasta algunas horas después. Lan Wangji estaría contra Wen Xu. Extrañamente Wen Chao no fijuraba en el tablero. Los Jiang asumieron que se debía al estado de la cara del hombre, para estas horas debía estar más morada e hinchada.

Después de los acontecimientos de la noche anterior Wei Wuxian se sentía confundido, aún no lograba calmar por completo su corazón por el insidente con Lan Wangji y la flecha, aunque Wen Chao no había logrado culminar su fechoría el loto se sentía algo ultrajado, pero lo que más ocupaba su mente era el joven cadáver caminante, no podía dejar de pensar en él ¿Cómo fue posible que estuviera a la mitad entre el umbral de la vida y la muerte? No era natural, su muerte debió ser manipulada de alguna manera, esto debía guardar un misterio y él quería descubrir que era.

Jiang Cheng entró a su habitación poco antes de la primera contienda y encontró a Wei Wuxian observando su flauta con la mirada fija.

—¿Que te sucede?—

—A-Cheng... Hay algo turbio en este lugar—

—Si, es el inútil de Wen Chao—

—Es en serio... Los Wen traman algo, tal vez... No debimos venir, no con toda la familia por lo menos. Tío Jiang tenía razón, debimos venir solo nosotros con el pavorreal—

—¿Que es lo que sospechas?—

—No estoy seguro, pero es algo grande—

En ese momento Yu ZiYuan entró

—Mocoso, prepárate, es hora—

—Mnh—

Wei Wuxian fue por su espada.

Unos minutos más tarde Wei Wuxian y Lan Xichen se encontraron frente a frente en la arena. Antes de empezar hicieron una reverencia, desenvainaron sus espadas y el gong sonó.