WangXian

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Jiang Cheng gritó eufórico, su ropa y cara salpicadas de sangre, la filosa hoja de Sandu acababa de partir en dos al cadáver de Wen ZhuLiu, la valentía del segundo Loto acababa de salvarle la vida al segundo Jade, a pesar de los trucos sucios que había usado en el pasado con él, el de violeta le había regresado bien por mal.

—¡Ataqueeeeeeen!— Ordenó Jiang Cheng

Un conciderable ejército de discípulos Jiang salió del bosque atancando a diestra y siniestra.

—Jiang WanYin— murmuró Lan Wangji tratando de levantarse

El de púrpura arrugó el entrecejo mientras Wei Wuxian se acercaba corriendo a la escena derramando lágrimas. El menor de los tres tomó a Lan Wangji del cuello de su túnica y lo levantó con rudeza, lo miró con desprecio cuando el de blanco estaba aturdido. El mayor volvió a mencionar su nombre y Jiang Cheng dijo con ira

—Cierra el pico bastardo, conserva tus energías si no quieres que mi nombre sean tus últimas palabras—

Acto seguido, arrojó a Lan Wangji a los brazos de Wei Wuxian que ya estaba a un paso de ellos.

—¡Llevatelo rápido!—

—¡A-Cheng!— dijo el loto menor lleno de cariño

—¡Que se vayan!— ordenó el heredero Jiang y volvió al feroz combate

Wei Wuxian asintió, sostuvo con fuerza a Lan Wangji, lo llevó hasta el caballo del que habían caído y lo levantó para subirlo, montó también y galopó hasta donde estaba escondido Wen Yuan. El jade estaba casi inconsciente, Wei Wuxian le susurraba "no te rindas" una y otra vez. Al llegar

—¡A-Yuan! ¡Cariño!—

—¡Wei Qianbei! Volviste— sollozó el niño

—¡Salta! Debemos llevar a HanGuangJun a la montaña pronto—

—Esta muy alto— tembló en pequeño

—Yo te atraparte ¡Salta!— dijo desesperado

El niño apretó la jaula de conejos contra su pecho, cerró los ojos y se dejó caer de la rama. Wei Wuxian lo atrapó con destreza.

—Wei Qianbei ¡¿Que tiene HanGuangJun?!— el niño estaba sorprendido

—Esta herido cariño— dijo mientras emprendia el galope a toda velocidad

—¿Se va a morir?— el niño soltó el llanto

—¡No! ¡No se va a morir! Lo tiene prohibido— dijo con energía

El caballo se apiadó de ellos, iba tan rápido que prácticamente volaba. El aire era tan frío a medida que se acercaban a la cima, Lan Wangji estaba en calidad de bulto, sus labios blancos, sus manos heladas, temblaba y su bota ya goteaba la sangre que había resbalado desde su abdomen por su pierna. Todos sabían que el último tramo antes de llegar a CloudResses era tan estrecho que no podían pasar montados en ninguna bestia, era necesario caminar. Al llegar ahí, Wei Wuxian bajó del caballo, puso a Wen Yuan en el suelo y se echó a la espalda a Lan Wangji. Emprendió el resto del viaje tan rápido como sus piernas le permitían con el pequeño sol detrás de él. Varios minutos después y completamente exhausto, llegaron a la entrada de CloudResses. El ojigris bajó a la tierra a Lan Wangji, comenzó a tantear su ropa, sus mangas, sus botas.

—Lan Zhan ¡Lan Zhan! ¿Donde esta tu token de acceso?—

El jade creyó que según el itinerario planeado llegarían durante la primera guardia de la mañana, habría alguien en la entrada y los dejaría pasar, pero no fue así, la premura los llevó a CloudResses aún cuando faltaban un par de horas para el amanecer. No había nadie ahí.

No soy un manga cortadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora