VIII - Celos.

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No se consideraba una persona grosera, o primitiva, en el mejor sentido de la palabra, pero parece que la vida siempre se encuentra midiendo su paciencia. Es increíble lo territorial que podías volverte cuando tenías un miedo verdadero y genuino de perder algo, o en este caso, a alguien.

Así se encontraba mientras veía como SU omega se dejaba levantar y abrazar por no solo dos, si no tres alfas. Le había aclarado que eran prácticamente su familia y que básicamente, todos tenían sus parejas ya oficiales, pero eso no justificaba la manera en que lo envolvían y soltaban aún más fuerte su aroma para combinarlo con el del peliblanco, a la par que lo veían con una sonrisa maliciosa. No le importaba, les devolvía la mirada con la misma intensidad.

Todo se hubiera evitado si hubieran mantenido su relación un poco más en la incógnita, pero Jack quería decirle a su familia, o más bien, presumirles el tipo de alfa que lo estaba cortejando, la ilusión que le dio eso lo distrajo de lo que implicaría el conocerlos. Tal vez ese era el plan de su omega.

Cuando acabaron de su maldita ronda de fraternidad, el omega volvió a su lado, no quiso verse posesivo, pero lo rodeo con un brazo pegándolo a su cuerpo, bastante satisfecho al ver las miradas que esas personas le dirigían. Ni Lu bu, Raiden, Hlokk (que ya la conocía), o adán lo intimidaban, bueno el último un poco, el punto era que no se iba a acojonar por sus actitudes. No podía ser grosero, pero tampoco iba a dejarse mangonear.

Respiro profundamente, sus aromas mezclados se sentían tan bien, aunque permaneciera el de los otros alfas. Se repetía una y otra vez en su mente la frase que le dijo su amigo Ares, otro omega experto en temas de pareja; ''No puedes negarle nada por tus impulsos, te conozco, tus celos te pueden controlar, podrías arruinarlo, ya lo has hecho antes, tienes que controlarte''. Entonces calló, y con una sonrisa, dio paso a una primera medianamente buena impresión para los conocidos de Jack.

La satisfacción en el rostro de su omega al terminar todo hizo que valiera la pena.

Pero la idea y la ejecución eran dos cosas muy diferentes, su mantra que se había incrustado en su mente era más difícil de mantener, por la increíble facilidad en que podría ser posesivo, aunque también tenía que limitarse, porque aún estaba en la etapa del cortejo.

Pero esto cambió cuando finalmente se convirtió en el novio oficial de Jack.

Fue increíble la cantidad de libertades que había conseguido, podía ser todo lo afectuoso que quisiera en público porque ya era su novio, tenía la oportunidad de besarlo cada que le apeteciera (ambos con el permiso de su omega claro está) y lo mejor, sus fragancias estaban combinadas la mayor parte del tiempo, gracias a que siempre se aseguraba de esparcirla alrededor suyo cuando al estar juntos, y al momento de separarse era como si siguiera junto a él, alejando a otras personas que quisieran pasarse de listos.

La idea de no ser posesivo para no arruinarlo seguía en él, lo cual era muy frustrante por la cantidad de celos que ahora, tenía permiso de derramar, al menos lo que le daba su estatus como novio. Entonces, se mordía la lengua cada vez que quería decir algo mordaz que lo dejara en evidencia, conocía a su pareja, lo descubriría de inmediato.

Pero si ese Alfa seguía tocando le la espalda para disque mostrarle más artilugios, él iba a golpear algo. Habían ido a comprar piezas para reparar el reloj que tenía Jack desde hace mucho, o más bien, su omega le había dicho que iba a ir a ese sitio para conseguir lo que necesitaba y poder verse cuando terminara, pero no lo iba a dejar ir solo después de enterarse como el que atendía era tan absolutamente cortes que incluso lo había llegado a invitar a almorzar un par de veces.

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