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¿Qué te parece este? - Dijo en voz alta girando un poco su cabeza para ver su cuello en el espejo.
Te queda muy grande-
¿Pero no se ve bien? -
No, se ve horroroso- Respondió bruscamente la alfa.
El omega no se sintió amedrentar por esta reacción tan brusca, estaba acostumbrado. Pero sí sabía que ella no mentiría, entonces dejo esa gargantilla para tomar otra que le gustó.
Hlokk se sentía muy molesta e incómoda. Sabía que el Omega lo cegaba muchas veces el amor, pero esto era pasarse de idiota, y ella también tenía un límite.
Estaban en el centro comercial, UN CENTRO COMERCIAL. Nada en contra de esos lugares, pero el problema caía en lo que buscaban comprar. Una gargantilla, un objeto sumamente preciado y que se tenía que escoger con mucho cuidado, y de preferencia, comprarlo en un lugar de prestigio. No donde todos podían tocarlos, eso le quitaba todo lo especial, incluso haciéndolo lucir vulgar.
Le dio una mirada de odio a todos aquellos que se atrevían a verlos menos, o incluso con lástima cuando pasaban a su lado. Ahí estaba otro problema.
Las gargantillas no tenían que ser compradas por omegas. ¡Nunca!
Era tan inmoral que la sola idea hacía que muchos sintieran náuseas. Solo lo hacían los omegas que estaban siendo descuidados, o por acciones negativas. Y al ver la relación de esos dos, desparramando amor, supo que no era el caso de ninguno.
Si el alfa lo amaba, tenía obligatoriamente que darlo él mismo, escogerlo por su propia mano, y obsequiarlo. No la bastardes que estaba haciendo su amigo.
Hlokk, si no te molesta, podrías hacerte para allá- Ya no tenía ninguna cosa en el cuello, lo cual la alegraba, pero la veía molesto- Estás apestando todo el lugar.
Ni siquiera se dio cuenta de ese hecho, tan absorta en sus pensamientos, no le extrañó observar cómo todos se alejaban de ella por su aroma tan pútrido a veneno. No le importaba, buscaba eso.
Salió de la tienda, no sin arrastrar a su amigo con ella, quién no opuso resistencia porque ya había acabado de ver lo que quería, todas se le hacían muy simples.
Ajeno a todo el torrente de pensamientos que azotaba a su amiga. El omega estaba bastante, tranquilo.
A decir verdad, estaba bastante emocionado.
Desde que formalizo su relación con hércules, pudo conocer muchos miembros importantes en la vida de su alfa. En específico a uno de sus mejores amigos, Ares, quien resultó ser también un omega enlazado.
Fue deslumbrante, nunca había convivido antes con un omega varón, excepto en la época de su niñez, dónde sus experiencias no fueron nada agradables con personas de su misma casta, por no decir asquerosamente horrorosas y traumantes, entonces se sintió como una brisa fresca. Y a pesar de su aspecto tosco que le llegó a intimidar, por traerle malos recuerdos, en realidad, le agradaba mucho el rubio, era muy alegre, llamativo y se le notaba feliz. Inició una amistad bastante amena con él, lo cual le complació demasiado, y estaba muy orgulloso de aquello.
Hablaban casi todos los días, y se juntaban cada que podían, a veces incluso sin sus respectivas parejas. Tenían tanta confianza que hablaban libremente de cualquier asunto sin tapujo, entonces Jack aprovecho para preguntar varias cosas que aún lo dejaban con la duda. Sabía que tenía a la señorita Eva para sus cuestiones, pero le daba ligeramente más libertad el rubio, se sentía identificado, además, ella era como una segunda madre, y algunos temas eran vergonzosos de tocar. Fue ahí cuando preguntó sobre el collar que siempre traía Ares en el cuello, y al explicarle todo, quedó, absolutamente fascinado.
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Omegacember
FanfictionUn Omegacember del shipp de Hércules x Jack de Shuumatsu no valkirya. ~Advertencia ~ Esto es contenido yaoi de personajes que no me pertenecen. Está ambientado en un universo omegaverse. Si no gustas de este contenido por favor retiraré, si es lo qu...