XVI- Gruñido.

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Cuando su alfa le sugirió ir al parque para relajarse por la época tan atareada que estaban viviendo, el cual era fin de mes, lo consideró una gran idea.

Francamente, esta ilusión no duró mucho después del octavo "grr" que escuchaba a su lado. Cuando escuchó este último se dio la vuelta para encararlo.

¿Quieres dejar de hacer eso? -

¿Hacer qué? -

No te hagas el tonto- Lo volteó a ver por completo, plantándose en frente- Deja de hacer ese sonido.

Oohh, pero eso es solo un ruido de amor- Lo abrazo por la cintura y empezó a ronronearle en el cuello.

Ya había dominado esa pequeña habilidad que se estuvo desarrollando a lo largo de su relación, la cual no dudó en usar para chantajes. Estaba funcionando, ya se sentía más relajado. Pero esa suave vibración fue cambiada por una muy fuerte, incrementando a tal punto que sintió como gruñía por encima de la cabeza.

Suficiente- Lo tomó de la muñeca y se fueron de ahí.

Hércules estaba algo asustado, al parecer sí había molestado a Jack, por lo general, lo dejaba pasar, incluso se le veía disfrutar del espectáculo, ni siquiera estuvieron tanto tiempo en el sitio. Parece que no se daba cuenta que muchos otros hombres lo estaban viendo. Y es que siempre era lo mismo.

Su pareja era un hermoso, pequeño y adorable Omega, calzaba perfecto en la idea que se tenía sobre esa casta. Además de que, con su exótica apariencia, llamaba la atención de cualquiera que fuera caminando. Siempre había miradas, pero ahora más que nunca le molestaban, ya estaba enlazado, y usaba una gargantilla mostrando cuan cuidado se encontraba. Por eso el gruñirles a esas personas parecía bastante lógico, por no usar otro método menos civilizado.

Jack, por su parte, no le importaban las miradas, en cierto sentido le gustaban. Demostraba que seguía vivo, a pesar de todo, y caminaba entre ellos orgulloso por quién era. Su significado incrementaba con Hércules porque, todos podían ver a tan valeroso hombre a su lado. Se sentía alagado, y en un punto, presumido, lo veían, pero solo él tenía el privilegio de tenerlo. Inflaba mucho su ego.

Cuando empezó este comportamiento en su alfa, le sorprendió un poco, pero en realidad, estaba acostumbrado.

No con su familia, parecía que todos los omegas repudiaban ese sonido, o al menos con los que había convivido, debido a que significaba que algo estaba mal, y cuando alguien significativo para ti dice eso, es a tomar en cuenta. Lo que terminaba en molestia porque eran solo celos o algun impedimento menor.

A él particularmente le gustaban, era una muestra de protección.

Cuando vivió en su totalidad con Anne en una zona donde había más variedad de gente, particularmente, un revoltijo de castas, ella siempre lo llevaba al salir, para que aprendiera, y cada vez que alguien se les quedaba viendo mucho tiempo, en especial al niño, su nueva mamá hacía un gruñido que podría humillar a cualquier hombre borracho. Era tan fuerte y atronador que asustaba a las personas al rededor. Todo un espectáculo que disfrutaba en su época más temprana.

Y lo disfrutó cuando se repetía con Hércules, pero no duró mucho. No necesitaba protección ahora y, parecía que estaba más concentrado haciendo ese gesto que en su propia compañía. Lo sacaba de quicio.

Esperaba que no lo hiciera con nadie importante presente. Ese tipo de gestos se puede confundir muy fácilmente, específicamente por aquellos que conocen su significado.

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Era una fecha especial, Adán y Eva los habían visitado para cenar. Cabe recalcar que checaron toda la casa en busca de alguna imperfección, sustancia ilícita, o armas peligrosas que no pertenecieran al peliblanco. No encontraron nada, y pasaron una noche agradable, el alfa había cocinado todo cual si fuera buffet para varias personas, y los omegas hicieron gala de su capacidad de engullir la comida como si no hubieran probado bocado en un mes.

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