VII - Ronroneo Alfa.

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¿Seguro que estás cómodo? -

Muy seguro-

¿No necesitas otra cosa? -

Definitivamente- Casi suspiraba complacido el alfa, cuya cabeza yacía en las piernas de su omega.

Después de su primera cita, casi no habían tenido tiempo de cortejarse entre sí adecuadamente, debido a la mojada que ambos se dieron, hércules se enfermó, pero Jack no, sorpresivamente, y este, al no enterarse de inmediato, quiso remediarlo cuidando de él todo lo que pudiera. Fue a la casa del alfa a cuidarlo, mimándolo hasta más no poder.

Ni siquiera estaba tan grave, hércules podía ocuparse de su propia persona sin problemas, pero si estar enfermo significaba tener su cabeza en los muslos de Jack como almohadas, su cuerpo estirado y tapado con una sábana a lo largo de su sillón, viendo su película favorita, teniendo al alcance comida caliente y varios postres de su agrado (porque Jack tenía un gran repertorio de recetas que le podría hacer), estaría enfermo por siempre.

En ese momento de descanso, el omega seguía procurando su comodidad, entonces, mientras su cabeza estuviera a su alcance, le hacía piojito en las hebras pelirrojas que tenía en sus manos. Moviendo sus dedos para darle un masaje a lo largo del cuero cabelludo, y alisando o peinando varias veces su cabello.

Esto derretía absolutamente a hércules. No tenía idea que eso podía ser tan jodidamente adictivo. Pero si sentía que la mano paraba por un momento, definitivamente moriría de abandono.

Ambos estaban distraídos en diferentes cosas. Jack en la película que le resultaba algo infantil y divertida a la vez, ya haciendo el movimiento en automático. En cuanto a hércules, se estaba quedando dormido, pero quería resistir para seguir con las sensaciones placenteras que le provocaba dicho contacto.

Amaba la cercanía que podían disfrutar en su cortejo.

Un ronroneo salió de su cuerpo con este último pensamiento. Sorprendiendo al pelirrojo, quien perdió su sueño. Era la primera vez que escuchaba ese sonido proveniente de él, no en un tiempo, desde que era muy cachorro al menos.

Jack, al contrario, solo sonrió complacido, reconoció el sonido de inmediato. Varios de sus hermanos lo hacían al estar con sus parejas y el los presenciaba, a veces lo repetían con él, al hacer acciones que los hacían sentir seguros y amados. Eso pensó respecto a su alfa, que se sentía tan a salvo y amado que estaba ronroneando de felicidad. Acarició con más delicadeza y amor con este pensamiento.

En cambio, hércules empezó a percibir pánico en su persona, el ronroneo no paraba y eso lo asustaba. Había aprendido que cuando un alfa ronronea, es porque se logró someter y, eso significaba que perdía parte de su autoridad o poder, algo así como la fuerza. Viejos estereotipos que nunca escuchaba o tomaba en cuenta, es más, disfrutaba de ronronear sobre otros, que le decían que se sentía curioso o relajante, aunque esto solo ocurría con sus padres. Pero ahora, con un omega que quiere cuidar y proteger, no podía darse ese lujo, tenía que ser el encargado de su seguridad y bienestar, y no lo lograría si estaba débil.

Apuntó en su mente preguntarles a sus amigos alfas qué pasaba al ronronear con alguien que querías y amabas. ¿Tal vez era una situación parecida a cuando estaba con sus padres? Pero era extraño, nunca antes le había pasado con una pareja, ni siquiera con las que llevaba años. Se sentía diferente sin aquel rasgo, llegando a pensar que era algún defecto suyo.

Todas estas ideas no hicieron otra cosa que parar su ronroneo, y esparcir su pánico creciente con su aroma. Lo captó su acompañante en seguida, e intentó remediarlo sin conocer el verdadero origen de sus preocupaciones. Se inclinó lo suficiente para alcanzar su rostro, y lo llenó de besos, en sus mejillas, orejas, frente, cejas, todo lo que estaba a su disposición, su alfa se empezó a reír por sus acciones, haciéndolo sentir complacido. Esparciendo, además, un par de feromonas calmadas para que se relajara, era bueno en eso.

Tranquilo, te recuperarás pronto- Le dio un ultimo beso en su cien, para seguir acariciando su cabeza de manera lenta- Eres fuerte, y yo estaré aquí para cuidarte- Terminó sonriéndole, teniendo como prioridad el tranquilizarlo.

Esas palabras parecían hacer desaparecer sus preocupaciones, como si se esfumaran. Tal vez no era malo ser vulnerable, o débil, no en presencia de Jack, no con la confianza que depositaba en su persona. El sonido que desprendió con su ronroneo ahora le parecía más ameno, y al dejarlo sonar libremente, este sonaba fuerte y claro.

Con esa respuesta silenciosa, Jack supo que había tranquilizado a su alfa, celebrando en silencio su pequeña victoria como un omega que está siendo cortejado. Guardándola en su corazón, en su cajita de recuerdos.

Se volteó para verlo mejor, ya había regresado su atención al televisor, casi quedando sé dormido con sus caricias. No debía, pero quería besarlo en ese momento, era tan especial para él. Tendría que esperar a que no estuviera enfermo y arriesgarse a incomodarlo, una pena.

Esa misma noche, al despedirse, fue hércules quien lo beso primero, olvidando lo que tenía que considerar, invitándolo a quedarse, pero se negó avergonzado. Entonces lo beso más profundamente. Y en todo momento, estaba ronroneando. 

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