XVIII - Ronroneo Omega

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¡Fue demasiado lindo! -

Ya cállate- Se talló los ojos cansado y exasperado.

Pero fue tan lindo, debiste de haberlo visto- Respondió risueño, empeñado en molestarlo todo lo que pueda- Al principio estaba tímido, después no paraba de parlotear sobre su experiencia, ¡incluso empezó a ronronear!

Seguido de una fuerte carcajada de parte del rubio. Esto no le agradó nada a hércules.

Ares! Hablo en serio, deja de burlarte de Jack porque si no yo...- La última parte hizo mella en él.

¿Hacer qué? Leónidas te matara tonto- Al escuchar el silencio en el otro lado, se tomó más en serio su amenaza- Vamos, es un juego, se me hizo tierno, eso es todo.

Cállate- No dijo nada no porque estuviera enojado, que lo estaba, pero era sobre todo una molestia por sus burlas. Si no que su silencio se debió a que, recopilaba las veces que había escuchado a Jack ronronear, las cuales se reducían a cero- Dijiste que ronroneo. ¿No?

¿Sí? - Tanteo un poco, no había sido la gran cosa tampoco, pensó que hacía eso con su amigo todo el tiempo.

¿Puedes, decirme cómo ocurrió? -

¿Eh? Seguro- alzó los hombros restándole importancia.

Lo que ocurrió fue que, Jack, al recuperarse en su totalidad de toda su experiencia, pensó en contársela a su nuevo amigo más cercano, Ares. No solo porque le dijo un día que tenía que contarle cuando pasara, dejando fuera su connotación sarcástica, se lo tomó en serio para complacer a su compañero de té. Si no que deseaba platicar con alguien sobre lo que vivió, se le hizo lindo tener con quien hablar de esos temas, y que no lo juzgara. Eso era normal y estaba bien, ¿no?

De todas formas, siempre quiso hacerlo, y cuando consiguió a la persona y la situación para realizarlo, no dudo en avanzar con su idea. Contándole todo con lujo de detalle, el rubio solo se quedó ahí, sonriendo ante la inocencia que le presentó por tan estúpida broma que realizo hace mucho tiempo y al parecer, seguía recordando. Evidentemente no iba a usar nada en su contra, sería demasiado rastrero, pero sí lo haría con de su amigo. Y por supuesto que compartiría sus propias experiencias, daría consejos y su opinión, si se iban a humillar lo harían juntos.

Fue una tarde linda, hasta que tuvo que aclararle que eso normalmente no se platica. Pero, si buscaba contárselo a alguien, podía contar con él, y con gusto escucharía.

Entonces lo escuchó, algo demasiado suave para captarse entre el ruido, pero solo eran ellos dos, la quietud ayudó a que lo captara.

Era tan, pequeño, su ronroneo, tan bajo y frágil.

Nunca había sentido ese tipo de sensaciones con otro omega, no con alguien que parecía tan fuerte y tenaz. Sonaba incluso, roto, triste, no supo en qué momento lo tenía abrazado mientras lloraba, ese de ruido no tiene por qué tener influencia en él, pero la tuvo. Toda la tarde después se basó en consentirlo y hacerlo sentir lo más cómodo posible. Solo quería que estuviera a salvo, y que el sonido se pusiera feliz.

No lo consiguió, pero sí le saco varias sonrisas, eso bastó. Aunque todo fue bajo una mirada extraña por este comportamiento.

Y eso fue lo qué paso, básicamente- Un silenció le siguió, ya se estaba cansando de la falta de respuesta- ¿Hércules?

Me tengo que ir- La línea cortada fue todo lo que le siguió, en fin, tenía cosas que hacer, solo buscaba molestarlo para continuar con su día. Pero ahora que lo recordó, quería volver a escucharlo, tal vez lo invitaría más tarde, podrían probar una nueva bajilla que compró, y estrenar su vaporera.

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