XXIII - Ojos de cachorro.

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No quierooo- Dijo cual niño el peliblanco alargando de manera molesta la ''o''- Lo haré mañana.

No es cuestión de querer, es cuestión de- Le aventaron una almohada a su cara, interrumpiéndolo, y agotando lo que quedaba de su paciencia- Ya basta, sal de la cama.

¡No! - Se aferró a las cobijas mientras su novio lo arrastraba desde el trasero. Ya le había quitado todas las sabanas buscando sacarlo de ahí. Y desperdició su última arma, las cuales eran las almohadas. Al ser físicamente más débil el levantarlo y llevarlo fue, bastante fácil.

Deja de patalear-

Deja de obligarme a hacer cosas que no quiero- Sus refunfuños no obtuvieron respuesta.

Y es que sabía que necesitaba ir, pero realmente no quería hacerlo. Aunque sonara tonto, le daba miedo.

Ya hace unas semanas de la terrible experiencia, no supo en que momento el hombre que lo entrevisto salió en las noticias, bastante más golpeado de lo que recordaba, pero no pudo ver mucho porque hércules cambió el canal para seguir desayunando. Al menos se sintió mejor de saber que de verdad era una mala persona y no que se mereciera los insultos.

Ese era el punto. Con esa crisis que le dio se dio cuenta de varias cosas que había estado evitando. Como el tema del claro abandono que sufrió de niño, el acoso, la negligencia por parte de su madre, y su baja autoestima. Honestamente, si estuviera solo lo intentaría sobrellevar por si mismo, pero contaba con la dicha o desgracia en ese momento de que a su pareja sí le importara. Buscando las formas de solucionar estas cuestiones, la alternativa que encontraron juntos, fue ir a un psicólogo. Opción que aceptó tentativamente.

Y no es como que a el no le importara, pero el hecho de pedir ayuda se sentía mal. Su Anne no la buscó hasta que él cumplió 16 años, con una vida más caótica y triste que la suya propia. Siempre quejándose de lo mal que la pasaba con eso.

Entonces, no sabe en que punto terminó haciendo un trato con hércules de que, si quería conseguir un trabajo, tenía que ir primero al Psicólogo. Tendiendo en cuenta que buscaba subir de categoría en cuanto a puesto y empleo, no le quedaba de otra. Pero le sorprendió como cada vez que estaba a un paso de visitar un terapeuta, se daba la vuelta y ni siquiera se molestaba en intentarlo.

Esto colmó la paciencia de Hércules, no podían seguir cancelando citas a lo tonto, era contraproducente. Y le molestaba que su novio se siguiera sintiendo mal en un futuro, lo tenía que ayudar ahora sí buscaba protegerlo.

Lo auxilió a bañarse y vestirse, listos para ir juntos a su cita, lo programaron especialmente ese día porque el alfa lo tenía libre.

En la entrada de la puerta, tomados de las manos para evitar que escapara, listos y preparados, se dispusieron a irse. Antes de eso, Hércules solo quiso preguntar.

Listo?-

Pero no hubo respuesta, solo una mirada. Lo voltearon a ver con los ojos más grandes y tristes que jamás había visto, sus mejillas se abultaban y su labio se fruncía de la impotencia, por las esquinas de sus ojos vio ligeras lágrimas no derramadas, y todo se sellaba con lo brillantes que lucían esos ojos bicolor, haciéndole saber que se sentía muy desdichado.

Sabía que eran ojos de cachorro, pero nunca vio unos tan, convincentes, le removieron las entrañas pensar que todas esas emociones las provocaba él.
Parecía que incluso no lo hacía a propósito, sino que, genuinamente lo sentía.

Yo creo que, mejor otro día- Dijo, casi sin que se diera cuenta, provocando que esa mirada se sorprendiera, para después pasar a alegría y júbilo, ahí supo que ni siquiera se enteró de lo que hizo.

Lo abrazó, sabía que, había hecho mal, al dejarse convencer así, pero en realidad, no sentía nada de culpa.

Regresaron y disfrutaron lo que les quedaba del día libre juntos. Planeando hacer eso en otro momento. Pero era claro que iba a costar más de lo que pensaron.

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¿Dos semanas?-

Si- Dijo avergonzado. Realmente no era un buen número.

Entonces, para resumir, cada vez que quieres pedir empleo, tienes que ir a un psicólogo, pero hace dos semanas que no consigues nada porque ¿no puedes ir con el especialista? ¿Y Hércules no te ayuda ya que te da por tu lado?- Sorbió su malteada, aburrido, cuando su amigo le dijo que quería hablar con él en privado, supuso que era para ponerse al día con su amistad, no pedirle consejo. No estaba molesto, solo buscaba terminar con eso rápido- Pues ve y ya. 

Pero, me da miedo- Se escondió en sus brazos, con la suficiente confianza para hablar así con buda. A quién acudió porque parece que todos le daban por su lado cuando les pedía compañía, y siempre terminaba en lo mismo, no iba- Tu pareces tan confiado en todo. ¿Vas al psicólogo?

Si- 

¡¿En serio?!- Cuando escuchó su respuesta se levantó muy emocionado, de todas las personas con las que había hablado, ninguna tenía una experiencia parecida- ¿Cómo lo lograste?

No es la gran cosa, fui porque quise- Agitó su mano, en un además de simpleza- Todos deberían de ir en realidad, es bastante bueno. Un amigo mío tampoco quería ir, pero en urgencia lo necesitaba, también es omega, como tu, también sufrió, como tú. 

Observó los ojos bicolor que lo miraban atentamente esperando más, como si tuviera la respuesta del universo mismo. Si bien las tenía, no le iban a gustar, entonces continuó. Era divertido verlo enojarse.

Pero sabía que haría feliz a una persona muy cercana a él, Jack, ¿tienes a alguien que estaría feliz de que tu te trataras?- 

Sí- Ni siquiera lo dudo, solo sabía que la respuesta era afirmativa. 

Entonces, no lo hagas por él- Eso confundió al omega, era normal, no todos lo entendían a la primera- Es bueno desear la felicidad y dicha, pero no es lo es el buscarlo desde afuera, tienes que encontrarlo dentro, y buscar por tu propia persona, no por alguien más. Solo piensa en quien eres ahora, en quien podrías convertirte si te tratas y en quien no, sé que suena complicado, pero reflexiona que clase de persona quisieras ser en un futuro- Se tocó el pecho- Tienes que cuidar esto- Tocó su cabeza- Y esto, porque solo así te convertirás en la persona que deseas ser, y en quien puedes convertirte para mejorar. 

Como esperaba hubo molestia por su respuesta. Era lindo como ponía esa mirada sin darse cuenta.
Después de eso cambiaron de tema y platicaron normalmente, también buscan ponerse al día, ambos. Pero Jack no pudo dormir esa noche, ensimismado en todo lo que le dijo su amigo. Quería ser mejor de lo que ya era, todos buscaban eso, aunque en realidad, su esfuerzo no decía lo mismo. 

Tomó la mano que sostenía la suya, su alfa ya estaba profundamente dormido a su lado, con un brazo sobre su vientre, tomándole la cintura, cansado por el día laboral.
Sus callos recorrían toda la extensión de la palma, sin embargo, para él, siempre eran manos gentiles, y muy cálidas, que lo trataban como si fuera muy especial. No podía tratarse por él, ponerle esa carga no parecía justa, si quería resolver sus problemas, tenía que ser para mejorar, tal cual le dijo buda. 

Beso su mejilla, y como esperó, ni siquiera se movió, debe de estar cansado. Lo decidió, quería ser el tipo de persona que ayuda a su pareja, mejor amigo y persona favorita a pasar el día relajado y no angustiado porque le dio un ataque por las palabras de terceros, de entender lo que sentía, y cerrar ciclos en recuerdos tóxicos. Sobre todo, de ser capaz de sentirse seguro estando solo con su persona, sin tener que ver a su alfa, familia o amigos para estar tranquilo, tiene que hacer las pases consigo, porque así, podría estar en paz con el mundo. 

Solo mejorando en su salud mental, todos los demás aspectos podrían tener un poco de sanación. Y así, trabajar junto a su pareja para un mejor futuro. 

Le gustaba ese plan, aunque le seguía dando miedo, su motivo para seguir, era más fuerte. A primera hora iría a buscar ayuda, y después, él ayudaría a su pareja con los gastos consiguiendo trabajo. 

Podía ser mejor. Él iba a ser mejor.

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