CAPÍTULO 2

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Steve estaba preparado, el reloj casi marcaban las 11 y eso significaba que Eddie pasaría por la puerta y pediría su habitual helado de menta.

Dio pequeños saltos, agitó sus manos y controló su respiración, el primer contacto definiría si sería capaz de mantener una amistad con aquel chico y sobre todo hacerle interesarse por Byers.

Miró a la puerta esperando, se quedó así minutos, cuando el metalero apareció a través del cristal Harrington desvío la vista e intentó parecer lo más ocupado e indiferente posible.

-Una tarrina de-

-Menta. -Interrumpió Steve levantando las cejas e intentando hacer una sonrisa. -¿verdad? -Volvió ha hablar ante el silencio del chico que solo le miraba aguantando la sonrisa.

-Sip, menta. -Resbaló el billete sobre el mostrador y Harrington se apoyó en este mirando los 2 dólares.

-Vienes aquí todos los días desde que comenzó el verano y pides el mismo helado, ¿No te gustaría probar otro?

Munson también se apoyó en el mostrador, parecía que empezarían una conversación y no le importaba, de todas formas no tenía nada mejor que hacer.

-Me gusta el de menta.

-¿Pero lo tomarás durante todo el verano? -Steve agarró la tarrina y la cuchara para servir helado esperando todavía a la respuesta del otro.

-¿Y que me recomiendas?

-A la gente le gusta el de chocolate con galleta, deberías probarlo. -Eddie bufó.

-No estoy hablando de la gente, hablo de ti, ¿cual es tu favorito? Si trabajas aquí debes haberlos probado todos. -Rió, Harrington pensó unos segundos, no sabía que responder, nunca le habían preguntado sobre su helado favorito, o sobre alguno de sus gustos.

-Vainilla. -Concluyó señalándolo mostrando media sonrisa. -Para mi es el mejor.

-Ahora razónalo. -Steve sonrió por el chico.

-Sabe bien, y huele mejor, como a hogar. -Munson asintió a cada palabra.

-Pues ese. -Dio unos pequeños golpes en el mostrador esperando a su helado. -Pero la tarrina pequeña, por si no me gusta. -Sonrió mostrando sus dientes.

-Aquí tienes. -Le pasó el pedido pero no se fue, seguramente la mirada de sorpresa del contrario fue la que le hizo hablar. -He pedido este helado por que me lo has recomendado, ¿no quieres ver mi reacción? -Sonrió.

-Adelante.

Munson agarró una pequeña cuchara, agarró helado y lo dirigió a su boca. Hizo una mueca de asco muy exagerada y se tiró al suelo todavía con la cuchara en la boca y agarrando su estómago.

Harrington se inclinó sobre el mostrador nervioso, ¿le habría pasado algo de verdad? ¿Lo había matado? Pasó de tener la sangre fría a caliente de ira en cuanto lo vio levantarse y hacer una reverencia a unas chicas que pasaban a su lado.

-¿Qué? -Preguntó con una sonrisa al ver la mirada llena de ira de Steve mientras llevaba otra cucharada de vainilla a su boca.

-Eres un idiota. -Respondió con cara de asco y dándose la vuelta para dejarle entender que se fuera, aquel tipo era un fenómeno, no quería tener ningún tipo de relación con él aunque eso implicara olvidarse de Robin.

-Que gruñón, ¿no eres capaz de tomar una broma Steve Harrington? -Que le llamará por su nombre le hizo mirarle extrañado.

-¿Cómo sabes mi nombre?

Munson paró de comer su helado y entreabrió los labios.

-Eres el rey Steve, del instituto de Hawkins, todos te conocen. -Aclaró. -¿Tú no me conoces a mi?

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