Steve había estado hablando con Will los últimos días, de alguna forma el plan estaba funcionando, al parecer Eddie pasaba casi todos los días por la casa Byers para saludarle tanto a él como a su hermano tatuador, Harrington pensaba que era sobretodo a su Jonathan por su amistad con el chico, pero no quería arruinar la ilusión del joven.
-Me ha dicho de ir mañana a su caravana. -Le habló por el teléfono con felicidad y algo avergonzado, Steve giraba su anillo.
-¿En serio? -Su tono fue muy obvio.
-¿Que pasa? ¿No quieres que vaya? -Su forma de hablar se entristeció un poco.
-No, no, claro que no, pero piensa bien en lo que haces.
Steve pensó en sus palabras, ¿piensa bien en lo que haces? Ni que fuesen ha pasar la "línea" invisible pero establecida, o eso esperaba, Will era muy joven y un buen chico, y Eddie... no, no, era imposible que él se aprovechara de Byers, Munson era lo que se dice como un "amor de persona".
-No va a pasar nada, nada que no quiera. -El más pequeño dio una pequeña sonrisa desde el otro lado de la llamada, Steve mordió su lengua, en su cabeza estaba 99% de que nada pasaría, el otro 1% era que Eddie en realidad era un psicópata y había engañado a todos.
-Bien, hablo contigo después. -Dijo en un suspiro, dejó el teléfono en la mesa y miró el anillo unos segundos.
Lo giró sobre su dedo aguantando la sonrisa, unos golpes en la puerta le hicieron dar un pequeño salto.
-Llevo esperando mi helado de menta unos 4 minutazos Harrington. -Munson, Steve salió con un bufido entre risas viendo como el metalero saltaba el mostrador para colocarse en el lado de la clientela de nuevo.
-¿No puedo tener ni un descanso?
-Conmigo no. -Harrington decidió que sería mejor romper el contacto visual y comenzar a servir el helado. -Te recuerdo, doble helado. -Colocó las manos sobre el mostrador observando los movimientos del chico.
-Aquí tienes. -Le dio su tarrina como la pidió y le observó comer durante unos segundos. -He oído que has invitado a Will a tu casa.
-Oh, sí. -Jugó con su helado unos segundos para levantar la mirada hacia el chico. -Ven tú también.
-¡¿Yo?! -Dio unas carcajadas intentando cubrir su boca, a Munson le parecía divertido cuando hacía eso, y también se le hacía corto el gesto, demasiado corto.
-¡Si!
-No, no quiero meterme en vuestra- -Pensó unos segundos sus palabras girando el anillo. -Vuestra cita. -Concluyó mientras limpiaba la cuchara de servir.
-¿Cita? No es una cita. -Rió apoyándose sobre el mostrador. -No sé lo digas a nadie. -Hizo un gesto para el otro se acercará. -Es un concierto. -Susurró en su oído entre pequeñas risas.
-¿Un concierto? -Sonrió. -Privado supongo, para Byers.
-Para nada, solo quería que fuera una sorpresa, les he dicho a todos que vengan a mi caravana mañana, mi tío hará turno doble. -Siguió comiendo. -Así que estoy solo.
-Y eres tan infantil que no te gusta estar solo. -Se burló Steve de brazos cruzados.
-A ti tampoco te gusta estar solo.
-¿Como lo sabes? -Levantó una ceja, no recordaba contarle sus cosas más privadas, ni de broma se las contaría.
-Porque te observo. -Movió los dedos de forma fantasmal. -Cuando estás solo en el trabajo tomas descanso para ver el teléfono, supongo que igual en tu casa, no te despegas del móvil, siempre estás publicando cosas... -Harrington entreabrió los labios sorprendido y afiló su mirada.
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Sabor menta
FanfictionAU moderno. Steve Harrington trabaja en una heladería en el centro comercial junto a una chica, Robin. La cual es amiga desde años de Jonathan. Will y Steve hacen un trato, un extraño trato.