A Steve le gustaba dormir en compañía, le hacía sentirse amado, y Harrington tenía un corazón frágil, el cual se podía romper con las simples palabras "falso" o sin responder una simple pregunta, "¿tú me quieres?"
La primera vez que durmió junto a una chica fue en su segundo año de instituto, era muy joven como para desvirgarse, pero eso no le quitó el buen recuerdo que tenía del momento.
Heather Holloway invitó a varios amigos a su casa para ver películas ya que sus padres no estaban, a Steve le llevaba aquella chica desde hacía semanas así que fue un gran paso.
Cuando le invitó a subir a su habitación se quedó en blanco por unos segundos hasta eu asintió, la chica fue tan amable que le guió agarrándole de la mano por lo nervioso que estaba.
Era toda rosada, con medallas de natación y una extraña tabla periódica en la pared sobre su cama.
Recuerda haberla besado y sentir mariposas en el estómago, pero sobretodo recuerda dormir junto a la chica a una distancia considerable en el colchón, tanta que podía rozar el final de la cama.
Pero mirándola a los ojos y con una tonta sonrisa, aquel enamoramiento no duró mucho, ya que se enteró que Heather había aceptado ir al baile invierno de curso con otro chico y no con él, en aquel momento Steve habría preferido ser atropellado por un autobús, fue una de sus primeras experiencias amargas en el amor.
Dormir con Munson no era cómodo, el chico se movía de un lado para otro, los pelos del metalero le hacían cosquillas y sobretodo se despertaba entre horas, aunque eso último no le molestaba del todo, no le incomodaba sentir a Eddie acurrucándose más cerca de su cuerpo, dejando pequeños besos en su cara ni escuchar levemente comentarios por su parte.
-No me des la espalda. -Le susurró a las dos de la mañana obligándole a darse la vuelta para ser abrazado. -Me gusta sentir tu calor. -Dijo adormilado escondiendo la cabeza entre el hombro y cuello de Steve.
-Harrington. -Susurró a las cuatro y media de la mañana mientras pasaba el dedo índice por las facciones de Steve. -Cámbiame el sitio.
-¿Um?
-Que me cambies el sitio. -Habló un poco más alto. -Quiero ver en que parte del colchón quiero dormir, para cuando nos casemos.
Steve formó una pequeña sonrisa y rodó hacia su izquierda, esa parte del colchón estaba fría, le gustaba.
-Oye, grandote. -Volvió a susurrar a las seis menos cuarto de la mañana. -Quiero mi sitio, este no me gusta.
Steve bufó contra la almohada antes de rodar de nuevo a su sitio inicial y pudo escuchar una pequeña carcajada por parte de Eddie.
-No te volveré a molestar. -Apoyó la cabeza en el hombro de Harrington con una pequeña risa.
-No molestas, tú nunca me molestas. -Dejó un beso a los labios secos y adormilados de Ed.
-Ya te cansarás de mi. -Rió contra sus labios, Steve frunció el ceño.
-No podría cansarme de ti. -Lo acercó más a su cuerpo, Munson aguantó su sonrisa aunque Steve estaba tan dormido que seguramente ni la pudiese ver. -Me encantas.
-Como sigas diciendo cosas así tendrás que besarme y entonces no te dejaré dormir. -Rió.
-Me parece un buen trato, sacrificaré horas de sueño por estar contigo. -Levantó el tronco de la cama para juntar sus labios a los del metalero en un beso lento y agotador. -Pero me tengo que ir ya casi.
-¿Que? ¿Me vas a dejar con las ganas? -Resbaló sus manos sobre el cuello de Harrington, ya tenía claro su punto débil, formó una sonrisa al notar su manzana de Adán bajar.
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Sabor menta
FanfictionAU moderno. Steve Harrington trabaja en una heladería en el centro comercial junto a una chica, Robin. La cual es amiga desde años de Jonathan. Will y Steve hacen un trato, un extraño trato.