CAPÍTULO 14

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El domingo Eddie intentó contactar con Steve.

Primero fue a casa de Henderson para pasar la tarde con el chico, le comentó lo entretenido que sería tener al otro con ellos, Dustin intentó llamarle muchas veces y en todas no contestaba, hasta que en la llamada 27, a groso modo, lo agarró gritando.

-¡¿QUE?! -Munson llevó sus manos a la boca de la sorpresa del grito e intentó aguantar la risa.

-¿Quieres venir a mi casa?

-¡Claro que no! ¿Acaso las otras 26 llamadas no te lo han dejado claro? ¡Estoy ocupado!

-¡Soy tú mejor amigo! -Gritó Dustin.

-Por eso mismo, déjame en paz sólo el domingo, hablo contigo cada puto día, hoy quiero estar con mis cosas. -Habló entre dientes.

-¿Que cosas? -Continuó Henderson.

-¡Joder mis cosas!

-¿Seguro que no quieres venir? Lo pasaremos bien, Eddie está aquí conmigo. -Steve se quedó en silencio.

-¿Munson?

-Hola Harrington. -Ambos escucharon una rasposa risa por el otro lado de la línea.

-Lo siento, no puedo ir, estoy muy ocupado. -Suspiró en tono calmado ahora.

-¿Con que estás ocupado? -Insistió Dustin de nuevo.

-No lo puedo decir, es privado.

-¿Estás en el baño? -Las palabras del mas pequeño provocaron un silencio. -Ya sabes, número 1, número 2... o número 3.

-¿Número 3? -Rió Munson.

-Ya sabes, "liberarte". -El metalero mordió su lengua con una sonrisa vaciló a al escuchar a su amigo.

-¿Es eso Steve? ¿Te estás "liberando"?

-¡No! ¡Claro que no! Sois unos enfermos. -Los dos rieron al escuchar su nerviosa reacción.

-¿Entonces vendrás? -Ed deseaba que viniera. -Vamos Rey Harrington. -Suplicó, Steve rió cubriendo su boca ante el mote.

-No puedo, de verdad, nos vemos mañana. -Pensó unos segundos. -Adios mi niño bueno. -Colgó a gran velocidad, dejando a Munson aguantando su sonrisa y a Henderson con expresión de asco, tras unos segundos se dignó ha hablar.

-¿Porque Steve te ha llamado su niño bueno? -Eddie suspiró ganando tiempo para pensar en algo.

-¿Quieres mi vieja armadura de D&D? Es de escamas de Wyvern de Hielo. -Dustin entrecerró los ojos y levantó una ceja.

-De acuerdo. -Susurró dando por terminado el tema, Munson pudo respirar en paz durante el resto de la tarde.

Cuando cayó la noche pensó en pasarse por la casa Harrington, aunque Steve me había dejado que no fuese ya que estaba ocupado no lo pudo resistir, además, él no iba a obedecer órdenes, y menos de aquel chico.

Bajó de la camioneta visualizando la casa unos segundos, tal vez tendría una señal divina de los cielos que le dijese "no, te tienes que ir" pero como lo único que vio fue la cabeza de Steve sobresaliendo por una de las ventanas y escondiéndose en cuanto hizo señal visual tal vez aquella era una señal para entrar.

-¿Que haces aquí? -Harrington preguntó abriendo la puerta antes de que llamara al timbre, Munson sonrió con superioridad.

-¿No me esperabas? Parecía que si. -Señaló a la ventana por la que antes estaba asomado, Steve se cruzó de brazos.

-Tu camioneta hace ruido, solo quería saber quien era.

-Haré como si me lo creyera. -Sonrió inclinando la cabeza. -¿Me enseñas que es eso que has estado haciendo toda la tarde? -Intentó pasar pero el cuerpo del otro no se lo permitió.

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