CAPÍTULO XXXVIII: AMBICION

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Después de varios segundos Hank dejó de besar a Anne pero no se alejó de ella, acarició su rostro y quiso decirle una vez más lo que tanto deseaba.

—Anne... Yo te am-

—¡Espera! —Interrumpió Anne—. ¿Te parece bien si esperamos un poco para decir eso? Llámame caprichosa pero... ¿Recuerdas lo que prometimos hace tempo? Lo de ir por un café cuando saliéramos del hospital, pues esperaba confesarte lo que sentía ahí.

Hank se sorprendía de lo sincronizados que estaban y de que Anne no haya olvidado su promesa.

—Claro, puedo esperar.

—Y ahora ¿Qué deberíamos hacer? —Preguntó Anne.

—Bueno... soy un criminal, tendría que enfrentar mis problemas legales... —Hank se preocupó pero enseguida pudo tranquilizarse—. O en realidad no, de hecho, el Doctor James puede ayudarme con eso.

—Y yo supuestamente soy una gran actriz, pero no quiero nada de eso. —Anne intentó pensar en una solución—. Bueno si me interno en un hospital psiquiátrico eso afectaría mi reputación al punto que pronto me olvidarán muy rápido.

—Tal vez deberíamos averiguar eso después jaja —Se rio Hank preocupado—, La verdad no me he recuperado del golpe con la roca en la cabeza y todo me da vueltas.

—¡Ay es verdad! Tenemos que ir al hospital pronto —Le dijo Anne preocupada.

—El Hospital Psiquiátrico está como a 1 hora a pie, es nostra onica y major opcien — Hank hablaba muy torpemente.

—¿Es otro idioma? —Preguntó Anne riéndose.

—Creo que as más, une contusién y por esa hablu tan rarito. —Dijo Hank.

— ¡Ay no! Está bien vámonos, el hospital está cerca. —Dijo Anne.

Anne le permitió a Hank apoyarse en ella para que caminar le fuera mucho más fácil, y así, con las luces del amanecer atravesando las ramas y hojas del bosque, Anne y Hank se fueron en busca de las vidas que ambos querían tener; ahora, llenos del valor que necesitarían para poder hacerlo.

Hank y Anne volvieron al hospital a pie, fue una caminata muy larga de casi 3 horas, de vez en cuando Hank estuvo a punto de desmayarse pero Anne logró ayudarlo a mantenerse consciente. Cuando llegaron al hospital no había nadie en el patio, a esa hora lo más normal era que los pacientes estuvieran en el patio, pero no había nadie, Hank y Anne no tenían muchas opciones pues el hospital más cercano estaba muy lejos y lo más probable es que nadie en el lugar quisiera llevarlos ya que él seguía siendo el peligroso Buster, no les quedó otra opción que arriesgarse y averiguar si aún había alguien en el hospital.

Hank y Anne tocaron el timbre intercomunicador de la entrada y esperaron que alguien les respondiera, Hank deseaba de todo corazón que así fuera pues con cada minuto que pasaba su cabeza no dejaba de darles vueltas y más vueltas, en cualquier momento se desmayaría, Anne le estaba pidiendo que resistiera y entonces una señal de ayuda apareció.

—¿Si? ¡¿Quién está ahí? —Habló alguien a través del timbre.

— Esa voz... —Dijo Anne— Hank esa voz es de-

—El Doctor James —Dijo Hank exhausto— ¡Qué bien!

—¿Hola? ¿Hay alguien ahí? ¿Puedo ayudarle?

—Doctor James... —Dijo Anne— Somos nosotros, Hank Hawkins y Anne Granty. Necesitamos su ayuda, por favor.

—. . .

—¿Doctor James? ¿Puede oírme?

—Espérenme ahí, salgo ahora mismo.

Anne sonrió y fue a ayudar a Hank a ponerse de pie, lo cargó hasta la puerta y esperaron a que el Doctor James llegara; a Hank le parecía muy extraño que el hospital estuviera tan vacío pero el doctor James estuviera ahí, debía hacerle muchas preguntas pero serían para después. Finalmente el Doctor James abrió las puertas, pero Anne y Hank por poco no lo reconocen, estaba tan cambiado, con el cabello largo, sin afeitarse, con la ropa sucia y desprendía un fuerte olor a tabaco.

AMOR POS BIPOLARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora