CAPÍTULO XL: INFIERNO

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El hospital donde Hank, Anne, Lucy, Livi y Matilda estuvieron durante muchos meses ahora se encontraba casi en la ruina, incluso la oficina del Doctor James, que en su momento fue un elegante lugar donde podían ir a recibir sus terapias, ahora era un sitio desordenado, reflejaba perfectamente lo corrompida que estaba la mente de su dueño, pues estaba amenazando con asesinar a Hank inyectándole veneno, si Anne no le daba la posesión de su cuerpo a Darlene.

—¡No puedo hacerlo! —Gritó Anne desesperada—. Darlene ya no existe, ella desapareció por completo.

—¿Enserio esperas que me crea esa estupidez? —James mantenía la aguja casi pegada al cuello de Hank— Tú no tienes la fuerza para vencer a Darlene.

—¿Por qué la necesita? Ella lo utilizó para salir del hospital, lo manipuló igual que a todos, por su culpa es que terminó así. ¿Por qué quiere que regrese?

—Precisamente por eso la quiero ver. —Interrumpió James— ¡Míreme Anne! Mi condición es deplorable, estoy enfermo, deprimido y en la ruina, ¡No me queda nada! Darlene me causó todo esto... Este hospital no va a cerrar a causa del político, Darlene es la responsable.

Anne no dijo nada, pues sabía que eso era cierto.

—¿Qué hizo Darlene? —Preguntó Hank.

—Darlene... esa arpía... —Los ojos de James se llenaron de ira—. Ella dio una entrevista en donde reveló haber estado aquí y dijo que se le dio un trato horrible, de lo peor y lo más miserable. ¡Ella es la responsable de que este lugar esté en la ruina!

—Doctor James... —Le dijo Hank tratando de ser ser razonable, hablando de una manera muy apacible, pese a que James lo sujetaba fuertemente del cabello—. No siga con esto, por favor.

—¡¿Qué no siga con esto?! —Le reclamó James—. ¡Este hospital era todo lo que tenía! Es cierto que lo odiaba pero era mi trabajo, y Darlene me lo quitó, ella... ella... Darlene debe pagar por lo que me hizo, quiero que la saques ahora mismo.

—Ya fue suficiente... Doctor James.

—¡No me llames Doctor!

—¡Usted es un Doctor! —Hank intentó calmarse—. Yo lo he admirado todo este tiempo James, tanto que vinimos aquí por su ayuda

—Una palabra más Hawkings y esta jeringa entrará a tu cuello —Dijo James, pinchando ligeramente la piel del cuello de Hank, para que se quedara callado. Después volteó a ver a Anne—. ¿Y bien? ¿Dónde está Darlene?

Anne estaba con la cabeza agachada, como si estuviera inconsciente, de repente levantó la mirada, tenía exactamente los ojos de Darlene.

—¿Qué tal James? —Dijo ella sonriendo sínicamente—.Ha pasado un largo tiempo.

—No... —Dijo Hank— Anne... ¡NO! ¡¿Qué le hiciste a Anne?! ¡MALDITA!

—¡Cállate! —James golpeó a Hank en el rostro, y una vez este se quedo callado, James se dirigió hacia Darlene—. He estado esperando esto mucho tiempo Darlene, tenemos que saldar cuentas.

—¿Saldar cuentas? Yo no te debo nada James.

—¿Qué no me debes nada? —Preguntó James con ironía—. ¿No ves cómo estoy? Esto es tu culpa, sólo tu vida saldará el precio de esto.

James comenzó a acercarse a Darlene con la jeringa en su mano, dejando en claro lo que pensaba hacer, tomó a Darlene por la cabeza y acercó la aguja a su cuello, estaba dispuesto a asesinarla.

—¡NOOOOOOOOO! —Gritó Hank moviéndose de un lado a otro, tal fue su forcejeo que hizo que su camilla se volteara y cayera al suelo—. ¡No lo haga doctor James! ¡Usted no es así! Un Doctor debe salvar vidas ¡NO arrebatarlas!

AMOR POS BIPOLARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora