CAPITULO XXVIII: USURPADORA (Parte 2)

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Durante 3 largos años, no importaba lo que hiciera Darlene, ella siempre iba en ascenso, se hizo de esbirros, aliados y fama en todas partes. Sus empleados le servían ciegamente, ya que Darlene, se tomaba la molestia de torturarlos psicológicamente a tal punto que ellos llegaban a considerarse simples herramientas, pero, herramientas felices.

Ninguno parecía estar consciente de que lo era, eran como esclavos que agradecen a su amo por darles un poco de pan y agua luego de trabajar sin descanso durante 18 horas.

Darlene estaba orgullosa de todo lo que había logrado, su pequeño emprendimiento de cosméticos, dio como resultado una línea de lencería muy reconocida, que cada vez iba más y más en aumento, llegando a tener sucursales internacionales, no solo eso, se aprovechaba de las habilidades de Anne y Matilda para la música y la pintura, vendía los proyectos de ambas y los hacía pasar como suyos.

Darlene siempre conseguía más de todo, más trabajo, más dinero, más lacayos, más fama y más poder... pero nunca llegó a sentirse satisfecha, ya que hubo algo que no logró: ganar otro premio dedicado al arte. Las canciones y pinturas de Anne y Matilda eran reconocidas, y la gente, siempre afirmaba que la que ganó el premio Goya fue Lucyana Granty, no "Darlene Wendell". 

Darlene tenía todo lo que deseaba, y hasta más, pero, la gente apreciaba mucho más, cosas que ella no hacía, mientras que Anne, Matilda y Lucy eran Amor, Esfuerzo y Pasión. Darlene era... un motor que las impulsaba más rápido.

Sí, eran reconocidas gracias a ella, pero, si a todas les quitaban el reconocimiento, Anne, Matilda y Lucy seguían teniendo sus talentos, pero Darlene... nada, sin la fama no era nada. Sí, la gente la amaba y lamían el suelo donde ella caminara, el solo hecho de poder hablar con ella era un honor, incluso entre las más famosas estrellas del momento, pero todo eso era algo superficial, y aunque muchos la ovacionaban por el arte que pensaban que hacía, Darlene era consciente de que eso no era suyo.

Darlene trataba de no darle importancia, pero para ella era molesto que cuando la llamaran para una entrevista, ya nadie le preguntaba sobre sus logros. Todo era ¿Cuál será tu siguiente álbum? o ¿Sabías que tus pinturas se exhiben en museos de Europa?, para cualquier otra persona eso no estaría mal, después de todo el dinero que reunía de eso se lo quedaba Darlene, pero su ego y orgullo no le permitían aceptarlo, no quería vivir siendo reconocida por logros que no eran suyos.

Darlene ahora ya no quería compartir el cuerpo con nadie más, era el momento de eliminar a Anne y Matilda de raíz, significaría una gran pérdida monetaria, es cierto, pero estaba harta de sentir que vivía siendo la sombra de Anne y Matilda.

Darlene lo pensó durante mucho tiempo, indagó en los recuerdos que tenía de todas, y logró llegar a una conclusión bastante acertada: Si Livi desapareció, era posible hacer que Matilda y Anne también lo hagan. Cuando Lucy superó el trauma de su hermana, Livi quedó completamente atrás. Si los pocos recuerdos que tenía eran correctos, Matilda surgió debido al odio que sintió Lucy hacia su padre, y el deseo de defenderse de Aaron cuando él intentó violarla. Entonces, Matilda era algo así como un deseo de venganza, una vez cumplida esa necesidad ella ya no tendría propósito, lo más probable es que también desaparezca.

Anne era algo muy diferente, ya que, no había recuerdos acerca de su nacimiento, pero de eso debía encargarse después, por ahora, lo primordial sería extinguir a Matilda, para siempre.

Darlene regresó a la prisión donde tenían encarcelado al Padre de Lucy, pero no fue para visitarlo, usando sus influencias, se enteró de algo muy peculiar: Lucy nunca fue a testificar en contra de su padre. 

Lucy se negaba a ver a ese monstruo a los ojos, dejó que se lo llevaran a prisión e intentó olvidarse de él. Héctor Granty fue condenado a cadena perpetua por crímenes de pederastia y difusión de pornografía infantil, pero nunca se agregó a los cargos la prostitución forzada que iba a realizar con su propia hija, y eso fue lo que lo salvó de recibir la pena de muerte.

Sólo bastaron un par de llamadas para que el caso se abriera nuevamente, Darlene fue llevada al juicio en el que se encontró con el padre de Lucy, el cual estaba bastante demacrado, su cuerpo era ahora muy delgado, y parecía muy enfermo.

Darlene se acercó hasta él, y le preguntó qué le sucedía, este giró la mirada y no quiso responder, pero, su abogado defensor le dijo a Darlene que Héctor Granty había contraído VIH, y, al estar en prisión, no recibía la atención médica que necesitaba, por eso se veían tan mal.

Darlene miró fijamente a Héctor, y este, como si le suplicara piedad, le dio una sonrisa, ella se acercó y le dio un beso en la frente, mientras, con una voz muy baja, le susurró al oído.

—Descuida, haré que tu sufrimiento termine muy pronto.

Darlene soltó un par de lágrimas falsas, y, Héctor, sin saber qué decir, miró al suelo, pensando en si ese monstruo de verdad era su hija, o el mismísimo satán vino a castigarlo antes de morir.

El juicio dio inicio, Darlene no perdió el tiempo, en cuanto fue llamada a testificar, incluyó que su padre intentó prostituirla, le dio veneno a su hija menor e indirectamente causó el suicidio de su esposa. Todo esto fue acompañado de muchas pruebas, los resultados de la autopsia de Alicya Granty Bellatriz, la carta de suicidio de Dyana Bellatriz, y los mensajes de su padre donde ofrecía a su "Jefe" a Lucy como pago. Todas estas pruebas eran guardadas en el armario de Lucy, y Darlene, finalmente les dio uso.

EL juicio terminó demasiado rápido, Héctor fue llamado a a dar su testimonio, pero él, simplemente se declaró culpable, y fue sentenciado ahora a pena de muerte inmediata.

 Luego de que el juicio terminara, la fecha de muerte de Héctor fue dictada, sería dentro de 3 días, en su primer día, se le permitiría ir a un lugar de la ciudad que él elija, pero siendo custodiado, en el segundo día, se le permitiría tener 3 comidas que eligiera, y, al amanecer del tercer día, se llevaría a cabo la eutanasia.

Héctor eligió que el último lugar que quería visitar antes de su inevitable muerte, era el cementerio donde descansaban su esposa e hija.


AMOR POS BIPOLARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora