Parte 1 - Capitulo XII

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El agua fría le apuñalaba cada poro de la cara. El agua que caía por el grifó del lavabo sonaba como una cascada que trataba de sofocar el ruido que estaba al otro lado de la puerta del baño. Annie se miraba en el espejo. Su maquillaje estaba corrido y su peinado ya no estaba impoluto. 

– Annie. ¿Estás bien? Abre la puerta.

La preocupación cercaba cada una de las  palabras de Adrián. Después que aquel desconocido se había acercado a la mesa vio como Annie no se pudo contener más y arrancó a correr hacia el tocador al fondo del pasillo. No le costó mucho entender que era lo que estaba pasando en aquel momento. Aquel era el ex novio de Annie. Se instaló un rato frente a la puerta del baño de damas pero al notar que Annie no salía empezó a llamarla.

– Annie al menos respóndeme. Necesito saber que estás bien– señaló Adrián solícitamente.

Se sentía perdida frente a sí misma. ¿Cómo un día que había empezado con un sueño ardiente con Henry y una velada romántica con Adrián podría terminar con ella destruida frente al espejo de un baño por culpa de Fabián? En el fondo pensó que irónicamente tenía lógica. Tomo un par de servilletas y trato de limpiarse el pegote negro que corría bajo sus ojos. Era definitivo, su maquillaje se había destruido por completo.

– Annie de verdad abre la puerta. Háblame.

Decidió responder a los clamores de Adrián así que le abrió la puerta. La cara de él reflejo el desconcierto que sintió al verla en aquel estado. Suavemente la metió hacia dentro del cuarto de baño nuevamente y cerró la puerta tras de sí.

– ¿Qué haces? No puedes entrar aquí.

– Soy policía. Técnicamente si puedo. Además allá afuera más de los comensales ya están comentando toda esta situación.

– Lo lamento – dijo ella mientras las lágrimas trataban de desbordarse nuevamente. – No quería que nuestra cena terminara así.

– No te preocupes. No es tu culpa, pero no deberías dejarlo que te vea en ese estado. Aquí está tu bolso. Puedes retocarte. Tomate tu tiempo.

Ella tomó el bolso en silencio y sacó uno a uno los pocos implementos de maquillaje que se había llevado para retocarse luego de comer. Poco a poco los colocó en el mesón del baño como quien prepara los instrumentos antes de realizar una delicada operación. Primero se soltó el cabello y lo peinó lentamente con las manos para recogérselo a la altura del cuello con un sencillo broche brillante. En el espejo observó el reflejo de Adrián que la esperaba en silencio como si la observara desde muy lejos. Annie se esforzó por terminar de quitarse el maquillaje y se aplicó un poco de máscara en las pestañas y una leve sombra celeste como el vestido. Un poco de brillo y estaba casi nueva. De no ser por el rojo de sus ojos nadie podría pensar que había pasado recientemente por un ataque de nervios.

– ¿Cómo me veo?

– Hermosa como siempre.

Estaba apenada de encontrase en aquella situación. Frente a ella se hallaba un hombre que se había esforzado por dar lo mejor de sí para cortejarla y ella solo se esforzaba en mantenerlo a raya. Era tan caballero y tan perfecto que nunca había mostrado el menor rastro de apatía por la espera a la que ella lo estaba empujando. ¿Por qué no podía sentir por él una clase de amor semejante al que sentía por Fabián o el tan sólo el mismo deseo que sentía por Henry?

– Te debo una disculpa y una explicación. Lo que sucedió allá afu...

No pudo seguir hablando. Adrián colocó sus cálidos dedos apenas sobre sus labios para evitar que siguiera hablando.

– No me debes una explicación. Yo sé quién es él. Al menos imagino quién es – le dijo Adrián suavemente como tratando de consolarla con cada sílaba de sus palabras. – Annie yo sé todo lo que has sufrido, y también sé que lo que sientes no está enteramente superado – la mirada de Adrián era cálida y trasparente mientras hablaba con ella. – No es ningún secreto que me gustas y que toda esta situación no va a cambiar lo que siento por ti, pero también es cierto que debes hablar con él. Ya yo había escuchado el episodio del maletín de Henry y ahora te veo así. Sé que ha pasado bastante tiempo desde que se separaron pero creo que nunca es suficiente el tiempo para superar tanto dolor cuando uno ama de verdad.

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