Luego de 24 horas de guardia continua Annie podía disfrutar de un par de días libres para descansar, recuperar algo de sueño y volver de nuevo a su faena. Era cierto que no deseaba estar sola en la casa, aún había muchos recuerdos vivos en ella y no estaba dispuesta a iniciar una guerra contra ellos pero no tenía mucho de donde escoger porque al fin y al cabo necesitaba dormir y allí era dónde estaba su cama. Al llegar a casa se tumbó en ella y a diferencia de la noche anterior cayó rendida. A las cuatro de la tarde la despertó el timbre del teléfono.
– Aló.
– Aló. ¿Estas despierta?
– Ahora lo estoy. Explícame Alexia, ¿por qué me estas llamando a esta hora tan imprudente?
– ¿Tu sabes que son las cuatro de la tarde?
– ¿Tu sabes que anoche estuve de guardia?
– Si lo sé, y también sé que necesitas salir de esa casa. Vamos, sabes a donde quiero ir.
Annie sabía a donde quería ir.
No le pudo decir que no y tampoco quería hacerlo. Ya se había despertado y lo más seguro es que pasaría la tarde deambulando como alma en pena hasta que la noche la abrigara de nuevo con su letargo. Había decidido darse una ducha rápida, pero en virtud del tema de la salida no escatimó en dedicarle tiempo a depilarse y arreglarse. Luego que salió del baño bajo a la cocina a ver que podía comer. Su nevera no tenía mucho de dónde coger así que decidió comer en la calle. Escogió un bonito vestido negro y unas botas de piel que la protegerían del frio. Un abrigo beige y una gorra fueron el complemento perfecto. Antes de irse se vio en el espejo y se vio algo pálida. Decidió que quería maquillarse. Se detuvo en los labios para aplicarse lentamente el color rubí sobre ellos. Pensó de nuevo en los labios de Henry. Meneó la cabeza pensando en cómo todo aquello parecía una tontería. Por un momento pensó en que le gustaría saber cómo seguía pero se alejó prontamente de aquella idea.
Salió un poco antes de las seis y se fue a un local cerca del centro, una especie de café antiguo que le encantaba. Le escribió a Alexia para encontrarse allí y mientras la esperaba ella se comía un sub de jamón serrano, queso mozzarella, albahaca y aceitunas negras. El primer mordisco fue como un despertar de diferentes placeres en su boca. Acompañó aquel bocadillo con una botella de agua gasificada y luego que terminó de comer decidió que no le caería mal una copa de un buen tinto. El sitio se estaba llenando a medida que corría la tarde y el ambiente se tornaba cada vez más agradable. Luego de las siete y treinta llegó Alexia con su explosiva personalidad, algo que a Annie no le terminaba de encajar pero ella era una buena amiga y si algo había aprendido es que las amistades se toman como a las rosas; con sus pétalos y con sus espinas.
Alexia y Annie tenían turnos un día por medió así que mientras Annie disfrutaría de otro día libre Alexia tendría que trabajar al día siguiente.
– Tranquila Annie no me voy a emborrachar, – comento alegremente Alexia – dos copas y ya. Además yo sé que tú no aguantas más allá de la media noche y mañana me debes llevar al hospital.
Annie negó con la cabeza. No estaba rechazando de plano el tener que llevarla, era el hecho de que Alexia siempre le hacía lo mismo, la colocaba en situaciones o posiciones incómodas siempre dando por sentado que Annie terminaría cediendo, cosa que sucedía de igual manera.
Hablaron largo y tendido mientras se ponían al día con algunos chismes del servicio de enfermería y urgencias. Se contaron sobre sus próximos planes referentes a la carrera y hasta de cómo se encontraba su vida familiar. Annie trato en gran manera de hacer lo posible para no tocar el tema de Fabián durante la conversación pero este siempre se asomaba de una u otra manera, rondando como lo hacen los cuervos ante cualquier carroña que vean en el suelo y la verdad es que eso era lo que quedaba de aquella relación, solo un doloroso y putrefacto recuerdo de lo que algún día habían llamado amor.

ESTÁS LEYENDO
El Mensaje
RomanceUna dedicada acaba de terminar una larga relación, y en medio de el esfuerzo por superarlo todo se encuentra con un maletin que formó parte de su pasado y parece haber vuelto para recolver el presente. Un accidente de tren, un paciente en coma y alg...