Capítulo 5

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¿Alguna vez se han sentido culpables por no hacerle caso a sus instintos?

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¿Alguna vez se han sentido culpables por no hacerle caso a sus instintos?

Bueno, Serem los había ignorado dos veces y hasta ahora ninguna de esas situaciones había terminado bien. Primero fue Thomas y terminó engañándola. En segunda, fue Alexandri y si él no tiene la culpa de nada, pero ojalá le hubiera hecho más caso a su razón que a su corazón, de cierta manera se estaba ilusionando con el ojiazul y termino decepcionada. Otra vez.

Luego de comer con Alex, se despidieron como personas civilizadas.

«Besarse como si no hubiera mañana en el estacionamiento y luego terminar de nuevo en una suite de hotel, no es como muy civilizado que digamos» recrimina su mente.

Tal vez y solo tal vez, su mente tenga razón, pero esa despedida fue muy agridulce, porque ambos sabían que sería la última.

Y así terminó todo, aunque bueno, no puede terminar algo que ni siquiera comenzó.

Al llegar a casa su amiga pregunto muchas cosas, pero al ver su expresión su interrogatorio terminó y decidió mejor ayudarla a no pensar más en eso. Con la ayuda de Theo contribuyeron a distraerla.

La ayudaron a empacar todo lo que necesitaría para su viaje, solo serían dos semanas, luego de eso debía regresar para empacar todo, Serem se iría a vivir con su abuela. Estaba por abrir la pastelería más grande de toda su cadena, así que esta necesitaba toda su atención.

Aria y Theo se irían con ella luego de que el rubio terminara el ciclo escolar, en unas tres o cuatro semanas más o menos, así el siguiente grado podría comenzarlo en Velgorymont. Claramente también irán a la inauguración de su pastelería, solo que ellos se irían unos cuantos días antes que ella por la temporada de exámenes finales de Theo.

Vivirían en la casa de su abuela, que anteriormente era de sus padres, el lugar donde ella creció. Luego del accidente donde ellos perdieron la vida, Serem y su abuela decidieron vivir en la casa que sus padres compraron en Londres, la cual la utilizaban como casa de descanso. Puesto que solo iban en vacaciones. En donde actualmente vive con Aria y su sobrino.

Y ahora, después de casi veintidós años ella por fin regresaba, no había tenido el valor de hacerlo. Su etapa de duelo había pasado, sin embargo, eso no significaba que el dolor de regresar al lugar donde fue tan feliz y triste al mismo tiempo haya desaparecido. El dolor de entrar a esa casa y saber que tus padres ya no están es lo peor.

Su abuela era siempre la que iba de visita, pero ahora es al revés y no solo sería una visita, ella viviría ahí durante un largo tiempo.

Y ahí estaba ella, parada a una casa de tres plantas con fachada pintoresca, esperando que el valor llegue y por fin pueda tocar la puerta.

Su puño se estaba acercando a la puerta cuando esta se abrió, dejando ver a una señora de setenta años bien cuidada y con porte distinguido. Llevaba un vestido azul turquesa con bordados hermosos, unos collares enormes del mismo color haciendo que sus ojos azules resalten, su cabello castaño claro le llegaba a la nuca, en la mano un "gin tonic" de frutos rojos que nunca debía faltarle y una hermosa y reconfortante sonrisa plasmada en su rostro. Gianna Parks Lombardi era preciosa.

Un Desastre RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora