Parte I de la bilogía "Amores reales".
-Vamos, Serem, ¿qué salió? -Grita su mejor amiga Aria desde el otro lado de la puerta, está más que ansiosa.
Toma un respiro y abre los ojos, toma despacio la prueba de embarazo y mira de una el resultado.
-Car...
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Otro día más.
El pelinegro abre los ojos y de nuevo se encuentra en esa blanca habitación de hospital. Han pasado cinco días desde el incidente, él ya quería irse, pero su madre y Serem lo regañaron y le dijeron que por lo menos debía esperar cinco días. Hoy por fin se iría.
Al acomodarse un poco se encuentra con la abuela de Sem, está tejiendo. Son trajes para bebés.
—Buenos días, Alex. —Saluda amablemente —. Mi nieta me dijo que te dijera que ni se te ocurra levantarte o tendrás problemas y no es por nada, pero yo no la haría enojar.
—Buenos días, Gianna. —Sonríe —. Y sí, me lo dejó claro ayer. Por cierto, ¿Dónde está?
—Fue a casa a bañarse, a traer ropa para ti y también fue a desearle buen día a Theo. Hoy es su primer día de clases.
—Entiendo, me alegra ya irme —Alexandri no perdía de vista lo que Gia hacía —. ¿Cómo se llama lo que haces?
—Estoy tejiendo crochet. Así que puedo hacer ropa o incluso peluches. Es muy relajante.
—¿Me podrías enseñar? —Pide cuando una idea pasa por su cabeza.
—Claro, ¿Quieres tejerle algo a tus bebés? —Cuestiona sonriente.
—Me encantaría, pero también quiero hacerle algo a Serem. Además, estaré en descanso dos semanas y media más. Mi madre se hará cargo de los asuntos en lo que mi herida sana, así que quiero invertir mi tiempo.
—Es un lindo detalle —Lo mira con ternura —. Alex, ¿Podemos hablar de algo?
—Claro, Gianna. Dime.
—¿Sabes? En un principio me pareció descabellado que mi nieta vaya a ser reina.
—Te entiendo. Para mi fue aún más descabellado descubrir que seré padre.
—Alexandri, quiero pedirte un favor —deja un momento lo que está haciendo y lo mira a los ojos.
—Lo que desee —se acomoda un poco mejor.
—Cuida mucho a mi niña. Porque por mucho que aparente ser una mujer fuerte, tiene un corazón frágil.
—Gianna, estoy de acuerdo contigo. Créeme que dañarla es lo menos que quiero.
—Alex, mi nieta no es de las que necesita a alguien para ser feliz. Si decidió estar contigo es porque de verdad te quiere. Mi sem sabe amar de la manera más hermosa, pero también es de las que sabe alejarse y dejar ir.
—Gia, créeme cuando te digo que la existencia de Seres es el mejor detalle que la vida pudo darme. No me permitiría a mí mismo perderla, no cuando Sem es todo lo que siempre quise.
—Me alegra oírlo. Porque mi pequeña ya ha sufrido mucho. Es momento de que disfrute su felicidad y si ha encontrado a alguien con quién compartirla, lo único que espero es que se alguien también comparta la suya con ella.
