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¡Feliz cumpleaños, Alexandri!

Toda la familia había viajado a Londres para darle una sorpresa a su majestad. Su cumpleaños era un veintiséis de marzo, cumplía treinta y ocho años.

El lugar de la pequeña fiesta es muy especial para ambos, es el bar donde se conocieron por primera vez. Aquella noche donde él solo quería un poco libertad y ella solo quería olvidarse de aquella infidelidad.

Las gemelas habían preparado un numero muy especial y hasta cierto punto emotivo. Le cantarían una canción a su padre. Ellas junto con su madre habían planeado todo, Alex sospechaba, pero no sabía nada. Se habían encargado de despistarlo. E incluso fingieron olvidar su día especial.

El pequeño Eris había cumplido un añito y era el vivo retrato de su padre cuando estaba bebé. Travieso, consentido y amoroso son los calificativos ideales para describirlo. Cuando nació, afortunadamente su majestad ya no se desmayó, lo único que pasó fue que su presión arterial bajo tanto, que sudaba frío y se mareó.

La castaña le había inventado a su esposo que saldría con los pequeños a un pequeño parque que estaba cerca de la casa de Serem. La casa en la cual durante tanto tiempo vivió con Aria. Afortunadamente, el pelinegro le creyó y pensó que era lo mejor, ya que él tendría reuniones hasta tarde.

Los guardaespaldas estaban con ella en todo momento. Cuidaban muy bien a sus hijos. Alhena y Alhina iban de la manita como siempre.

La castaña abre las puertas de aquel bar, el cual había alquilado por todo el día. Contrató a una persona para que se encargara de adornar todo de la mejor manera posible. Debía quedar perfecto.

—Majestad, me alegra que esté aquí. ¿Le parece bien la decoración? —Una chica con mechas en color morado se acerca a ella con una sonrisa en el rostro.

—Me gusta mucho, haz hecho un gran trabajo. —Sonríe satisfecha al ver el resultado.

—Mamá, a papá le encantará esto. —La pequeña Alhe comenta arreglando su pequeña tiara. Ambas van vestidas de princesas con vestidos largos y tiaras. 

—Alhina tiene razón. Papi se pondrá muy feliz al ver su sorpresa —Sem se alegra al escuchar a sus hijas. Son muy estrictas en cuanto a su padre se refiere. Lo adoran.

—Me hace muy feliz que les guste, altezas. —Les dice la chica haciendo una inclinación con la cabeza.

Jenny, la chica de los adornos, comienza a recoger todo para irse. Serem lee un mensaje de Ari. La chica tuvo a una preciosa pelirroja, es como una versión de Theo, pero en niña. Eridani es una hermosura. Simon lloró cuando la vio por primera vez y es su adoración. El pequeño rubio está feliz, a pesar de que no ha podido conocerla por estar en el internado, está más que feliz por su hermanita. No la conoce y ya la considera su pequeña princesa.

Ellorie tiene novio, Alexandri se puso celosísimo cuando se enteró. Dijo que su pequeña aun estaba muy pequeña. Elle tuvo que convencerlo para que accediera a conocerlo. A fin de cuentas, el joven de nombre Finn está más que amenazado por su majestad.

—Mami, papi no tarda en llegar. Debemos terminar de acomodar todo. —Informa la más pequeña de las gemelas.

—Si, mi cielo. Pero, por favor, ayúdame a poner el mantel, debo dejar a tu hermanito en el portabebés, se ha quedado dormido.

Las niñas asienten y hacen lo que su madre les pide. El pequeño Eris es colocado en su camita transportadora para que duerma plácidamente.

Serem se cerciora de que todo esté en orden. Según el mensaje de su amiga, Simon le dijo que la reunión terminó y que ya van en camino al lugar.

Un Desastre RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora