Capítulo 6

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"La paz comienza con una sonrisa"

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"La paz comienza con una sonrisa". Esa frase de la Madre Teresa de Calcuta era lo que se escuchaba dentro del baño.

—A estas alturas ya me duele la quijada de tanto sonreír, doña Tere —se reprochaba la castaña una y otra vez.

Serem llevaba toda la semana con náuseas, ella se lo atribuía a los nervios. Todos estos días habían sido caóticos para ella, estaba nerviosa, estresada, de mal humor y esas malditas náuseas no se iban con nada. Había intentado de todo, incluso tomó té, aunque esa bebida solo le provocó aún más asco. No quería comer nada, solo deseaba que esos malestares se pasaran para poder arreglarse e irse a la ceremonia de inauguración.

—Tía Serem, mamá me mandó a preguntar si ya estabas lista —habla su pequeño rubio del otro lado de la puerta.

—Ya voy, solecito, ya casi termino —responde ella y luego escucha unos pasitos alejarse.

Aria y Theo habían llegado el día antes por la tarde, la castaña se sintió feliz de volver a verlo. Le había hecho falta la ternura y sus ocurrencias. Además, también extrañó mucho a su mejor amiga. Su abuela tenía más vida social que ella, si no estaba jugando cartas con sus amigas, estaba teniendo citas con su enamorado. Así que las pocas veces que estaba en casa, estaba sola. Ella así lo había decidido, no iba a esclavizar a su abuela para que acabara con su soledad.

Le alegraba el hecho de ver a su abuela feliz de nuevo, su abuelo había fallecido hace unos quince años, Gianna cayó en un cuadro de depresión muy grave, después de todo había compartido más de cuarenta años junto a él. Anthony era el hombre que Serem siempre esperó encontrar, siempre le daba detalles a su abuela, le leía libros, sembró todo un jardín lleno de tulipanes —la cual es la flor favorita de su abuela—, «a ese jardín ella tenía prohibido entrar, su alergia al polen no se lo permitía». También recuerda a sus abuelos bailar en el centro de la sala de estar, ver como su abuelo veneraba a su abuela era una de las cosas más bonitas. Hasta la fecha sigue leyendo los bellos versos que Anthony escribió para su amada Gianna.

Su abuelo antes de morir le hizo prometer que el día que ella se fuera a casar sería con un hombre que la mereciera, que al mirarla sus ojos brillaran con tal adoración que no necesitara palabras para saber cuánto la amaba. "Todas las mujeres son la creación más hermosa que existe, recuerda que tu nombre significa "estrella", así que mereces sentir la sensación de tener un universo rendido ante ti para admirarte, jamás esperes menos que eso". Esas fueron las últimas palabras con las que su abuelo se despidió de ella.

Lástima que hombres como su abuelo y su padre no existan o al menos no este universo, no en el que a ella le tocó vivir.

Theo se estaba convirtiendo en un pequeño caballero, su amiga y ella se estaban encargando de su educación y sus valores. Así que tal vez dentro de unos años, el pequeño rubio marcará la diferencia, así la mujer que esté a su lado tenga la misma sensación que su abuela o su madre.

Un Desastre RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora