Capítulo 7

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Luego de que Serem se enterara que Alexandri se iba a casar, procuró evitarlo todo el tiempo y él buscaba cualquier pretexto para hablarle, pero con ayuda de su amado sobrino no lo consiguió

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Luego de que Serem se enterara que Alexandri se iba a casar, procuró evitarlo todo el tiempo y él buscaba cualquier pretexto para hablarle, pero con ayuda de su amado sobrino no lo consiguió. Se sentía usada y de cierta manera se sentía una mierda por haber hecho lo que hizo. Se ponía en el lugar de la chica y no le gustaría que su prometido se hubiera acostado con otra cuando la boda sería pronto.

Ella ya había estado en el lugar de cornuda y no se siente muy lindo que digamos. No se siente lindo saber que todo el amor que diste se lo pasaron por el arco del triunfo sin ponerse a pensar si dolió.

La castaña se quedó pensando, preguntándose que se sentirá estar en los pies de ella. No por el poder ni el dinero, mucho menos el título, sino que se sentirá saber que alguien como Alexandri se casará con ella.

Le dolía, porque, aunque quisiera negarlo sabe que se ilusionó con algo que desde el inicio sabía que no podría tener.

«Fue lindo mientras me lo creí».

Siempre había sido una chica que se dejaba guiar por sus instintos, pero bendita sea la hora en que decidió ignorarlos.

Al parecer para su pesar, ella no viviría un amor bonito como con el que creció rodeada. Su lado romántico empedernido no iba a poder ser merecedor de algo lindo.

Lo mejor sería olvidarlo, han pasado dos días desde la última vez que lo vio. Así que lo mejor para su corazón es dejarlo. Pero, carajo, ¿cómo se supone que dejará de anhelar lo que comenzó a anhelar sin esperar?

—¡Ya llegué! —Grita su mejor amiga entrando por la puerta.

Gianna había llevado a Theo a dar un paseo, por lo que ambas estaban solas. Eso era bueno, lo que le había dicho su amiga la había hecho dudar.

Luego del evento Serem se desmayó en su habitación, los cambios de humor, dolores de cabeza, náuseas, la sensibilidad en los pechos y lo más importante, el retraso de casi tres semanas; todo eso la asustó. Por el simple hecho de que son síntomas de embarazo.

Así que para salir de dudas su amiga decidió ir a comprar una prueba casera. Se supone que gracias al tratamiento de anticonceptivos que estaba tomando su menstruación se reguló. Por lo que debía haberles bajado a inicios de semana, luego de su encuentro con Alex. Solo tuvo unas pequeñas manchas y eso era todo, y es que había meses donde le bajaba muy poco, por lo que no prestó atención. Hasta ahora.

—Dame la prueba. —Pide, su nerviosismo hacía que le temblaran las manos.

—Tranquila, Sem, todo va a estar bien —apoyó Aria.

—Vale, iré a hacerla —comunica y se dirige al baño luego de ver como su mejor amiga asiente.

Se encierra en el baño y se detiene a leer cuidadosamente las instrucciones, lava sus manos y hace todo lo que le indica el empaque.

Un Desastre RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora