Capítulo 18

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¿Media banana?

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¿Media banana?

Eso es lo que le dijo la ginecóloga a Serem que miden sus bebés. En la última cita, le dijo que los bebés miden de 7 a 8 centímetros, lo que equivale a media banana.

Durante el ultrasonido se pudieron apreciar un poco sus deditos. Además, Camile les dijo que ya tienen sus huellitas digitales, lo que los hará únicos en el mundo.

La pancita ha crecido un poco, con ropa entallada ya puede notarse. En la consulta se vio que aumentó dos kilos en su peso, lo cual la doctora dijo que es normal y que debe seguir con su dieta equilibrada. Sin embargo, que no se preocupara tanto por eso.

Serem está más que feliz, la doctora también les dijo que en este mes es importante que comiencen a crear un vínculo. Ya que, los fetos ya pueden escucharlos. Alexandri fue el más feliz, aprovecha cada momento que puede para hablarles, incluso mencionó que comenzará a leerles cuentos y ponerles música.

La relación de ambos ha mejorado, se llevan bien. Pero la castaña se anda con cuidado, porque sí, acordaron mejorar su relación, más no dijeron que intentarían ser una pareja. Lo cual es bastante respetable.

-Sem, es hora de irnos -habla el pelinegro.

Hoy irían a hacer sus primeras compras.

Tenían una lista con lo primordial.

· Cunas

· Ropita

· Biberones

· Extractores de leche

Ambos creían que sería un buen comienzo. Esperarían un poco más para comprar todo lo demás. No querían apresurarse.

También pensaban en como iban a explicar dos cunas, ya que hasta ahora nadie sabe que es un embarazo gemelar.

-Bien, vamos, Alex -toma la mano de él y salen del palacio en una camioneta blanca, seguida de dos más en color negro.

-¿Cómo están hoy, mis bebés? -Cuestiona posicionándose a la altura de la pancita de la castaña -. ¿Hasta cuándo patearán?

-La doctora dijo que tal vez dentro de cuatro o seis semanas pueden comenzar los golpes leves, son así imperceptibles, pero que se sentirán.

-Me emociona esto -sonríe mientras se recompone.

-¿Ser papá? -Lo observa curiosa.

-Si, nunca me imaginé en una situación así, me daba horror tan solo imaginarlo. Pero ahora, lo único que me da horror, es fallarles como padre.

-Tranquilo, yo también estoy aterrada, pero lo haremos bien -le da un leve apretón en la mano, la cual esta agarrada a la de él.

-Es que me aterra fallar y que se decepcionen. Soy su papá, la persona que debe estar ahí para aconsejarlos y apoyarlos, quiero ser alguien en el que puedan confiar. Ser su lugar seguro, en el que no teman de nada.

Un Desastre RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora