Capítulo 13 : Contigo

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Hace unos días que llegué de Punta Cana, fueron unos días fantásticos en los que disfrute mucho y nos lo pasamos muy bien. Estuvimos todos los días con Carlos y sus amigos, que por cierto nos cayeron muy bien.
Ibamos de playa en playa y de fiesta en fiesta. Las vacaciones están para eso, para disfrutar y bueno en este caso si que las disfrutamos.

Y ahora estoy llegando a Mallorca.

Salgo del avión y allí lo veo, está parado esperándome. Lleva una gorra negra para que nadie lo reconozca, o al menos eso intenta, unas gafas de sol también negras y va vestido con una camiseta blanca de manga corta que deja ver su trabajado cuerpo y un bañador.

¿Algún día dejará de ser tan guapo?

Me acerco a él y al verme eleva sus cejas con una sonrisa en su boca. Me acerco a él y lo beso.

- Venga vámonos, nena.

Nos montamos en su coche y ponemos música. A los dos por suerte, nos gusta el mismo estilo de música y por eso no hay ninguna pelea.

- Es grande ¿eh? - pregunto admirando la casa. Por dios si me da ganan de quedarme a vivir aquí.

- La verdad es que si.

Estamos en la casa familiar que tiene aquí. Hace un par de días me dijo de pasar unos días aquí los dos, ya que nadie de su familia iba a estar y así aprovechamos para pasar tiempo juntos.

- ¿Seguro que no va a venir nadie? - pregunto.

- Tranquila que no - responde dejando un beso en mi mejilla. - No vendrán a España hasta la semana que viene.

Yo asiento, subimos las maletas hasta su habitación. Es una habitación grande con una cama de matrimonio, un baño y poco más.

- Té enseñaré la casa.

La casa es preciosa. Está decorada al estilo moderno, tiene gimnasio personal, piscina interior, y piscina en el jardín. En definitiva, es una pasada, ya me gustaría a mi tener una así.

- ¿Te quieres quedar aquí o vamos a la playa?

- Mm, ¿podemos ir a la playa ahora y después por la tarde venimos aquí?

- Me parece bien.

Cojo el bikini que me compré en las rozas de Madrid, el día que fui. El mismo con el que Carlos no paraba de babear. Y por encima me pongo un pareo.

Estamos en una cala, donde no hay nadie, solo estamos él y yo solos. Estoy tumbada tomando el sol hasta que siento como se tumba encima de mi.

- Vente al agua - me dice y no me da tiempo a responder porque me coge en brazos y nos tira a los dos al mar.

- Eres un bruto - le doy un golpe leve.

- Puedo ser más aún - comemta levantando las cejas.

Yo niego con la cabeza al ver la sonrisa pícara que tiene en su cara. Y el tira de mi para acercarme más a él.

- Esta noche tú y yo, y una cenita, ¿qué te parece? - me pregunta y yo sonrío.

- Me parece estupendo.

- Por cierto, aún no te lo he dicho pero ese bikini te queda de escándalo.

- ¿Tú crees? - pregunto mirándolo, él se muerde el labio.

- Me está volviendo loco, con eso te lo digo todo.

- Pues hijo mío, tú tampoco estás mal porque ese bañador te queda súper bien.

Después de la mañana en la playa, nos hemos ido a la piscina de la casa donde hemos estado metidos casi todo el rato, haciendo tonterías, besándonos, tonteando y escuchando música.

- Venga nena, prepárate para la cena.

- Voy.

Estoy terminandome de preparar. Me estoy maquillando algo pero tampoco mucho, me gusta más ir al natural. Pero me han salido algunos granitos y me gusta que no se note mucho.

Carlos tarda mucho en ducharse y no sé si ya está listo. Yo no suelo tardar demasiado, en ciertas ocasiones si, pero por lo normal no mucho.

Bajo las escaleras y miro por todos lados pero no lo encuentro. Escucho ruido en el jardín y salgo para ver si está ahí.

En medio del jardín hay una mesa decorada con algunas flores y velas, y dos sillas. Siento unas manos en mi cintura y las acarició.

- Estás preciosa - me dice.

- No seas exagerado.

- Nunca exagero, te lo digo de verdad, te ves impresionante, ¿te gusta? - susurra en mi oído.

- esta todo muy bonito - digo y me giro para quedar frente a frente con él.

- Pues bella dama - habla cogiendo mi mano - Vamos a sentarnos que la cena se enfría.

Nos sentamos en la silla y veo que hay un plato con una campana por encima.

- Ya puedes levantarla.

La levanto y veo el plato de pasta que hay debajo, tiene una pintaza increíble.

- ¿Lo has hecho tú?

- Claro, prueba haber si te gusta.

- Hombre la pasta me encanta, otra cosa es saber como esta la tuya. - digo y me llevo el tenedor a la boca. Cierro los ojos y sonrío. Al abrirlos me encuentro con su imponente mirada - Está muy rico.

- Menos mal porque llega a estar mala y seguro que tú no me dejas entrar a Italia. - bromea riéndose.

- Anda, no seas tonto.

Terminamos de cenar entre risas, charlas y copas de vino.

- Tengo que hacerte una pregunta - me dice.

- Dispara - digo dándole un buche a la copa de vino.

- Chiara Binotto, ¿qué te parece un tú y yo por siempre?

- Espera, ¿me estás pidiendo ser tú novia?

- Sí - afirma.

- ¿Así que un tú y yo por siempre no?

- Hombre, por siempre no sé. Pero un tú y yo.

- No me disgusta la idea - le beso.

- ¿Así que oficialmente ya tengo novia?

- Podría decirse que si.

- Genial - dice besandome - Y ahora quiero mi postre.

- ¿Pero no te has quedado lleno?

- Que va, yo siempre tengo ganas de ti.

una locura || Carlos sainz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora