Capítulo 17: Los suegros

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Despertar, abrir mis ojos y ver a Carlos dormido, es de los mejores placeres de la vida. Su respiración es lenta, se nota que está tranquilo. Va haciendo algunas muecas y eso ya significa que se va a despertar.

- ¿Mucho tiempo mirándome?

- Solo un poco.

- Es que soy irresistible.

La verdad es que si.

- Más quisieras, anda venga levanta.

Estamos en Madrid, he venido aquí a pasar unos días para estar juntos.

- Chiara.

- Dime, Carlos.

- Mis padres quieren conocerte. - me dice rascandose la nuca, señal de que está nervioso.

- ¿Enserio? - pregunto mirándole.

- Están deseando de hacerlo.

- Pues tendré que hacerlo, aunque me impresiona un poquito.

- ¿Por qué?

- El mismísimo Carlos Sainz me quiere conocer.

- ¿Así que te impresiona mi padre?

- claro. - asiento, y él se rie.

- Iremos a la hora de comer - me dice y yo asiento - Puede ser posible que también estén mis hermanas.

- Vale, estupendo.

- Carlos - le grito y escucho sus pasos.

- ¿Qué pasa?

- ¿Cómo crees que debo de ir vestida?

- Chiara, como tú estés más cómoda y te guste a ti - habla, y yo chasqueo la lengua.

- Pero es que...

- Pero es que nada Chiara, a mis padres les va a gustar igual. No se van a fijar en la ropa. Además, te pongas lo que te pongas estas guapísima.

- No creo que esté guapa con una bolsa de basura. - vacilo, y él se ríe.

- Pues yo digo que hasta con eso estarías guapa.

Me acabo poniendo un vestido blanco de mangas largas que me queda por encima de las rodillas.

- ¿Ves? Estás guapísima.

Yo sonrío y dejo un beso en su mejilla.

- ¿En la mejilla enserio? - se queja, pone sus manos en su cintura para besarme. - Chiara, me has dejado pintalabios en los labios - grita y yo rio.

- Por eso te di el beso en la mejilla tonto. - respondo, él niega con la cabeza - Anda ven aquí que te lo quite.

- A la próxima vez te pones pintalabios permanente para que te pueda comer bien a gusto la boca.

Estamos llegando a la casa de los padres de Carlos y estoy temblando un poquito.

- No estés nerviosa, Chiara.

- ¿Y si les caigo mal?

- Que tonta eres, no pienses eso porque no le vas a caer mal - comenta poniendo su mano en mi muslo.

- Vale.

Salimos del coche y la puerta principal se abre. Me muerdo el labio intentando no estar nerviosa y miro a Carlos que sonríe. Si es que él está disfrutando de verme así.

- Hijo - dice una mujer morena con el pelo liso y de estatura media.

Los dos se abrazan por un tiempo, hasta que la mirada de la madre cae en mi.

- Dime que ella es Chiara - apunta, Carlos asiente.

Se separa de su hijo y se acerca dándome un abrazo, que me pilla completamente desprevenida.

- Soy Reyes, su madre, menos mal que al fin te conozco.

- Encantada Reyes - muestro una sonrisa.

- Pero que bonita eres, ven vamos entra a casa - dice cogiéndome la mano.

Entramos en la casa, es muy bonita y grande. Me lleva hasta el jardín donde supongo que estarán los demás, así es.

- Mira Carlos, que nuestro hijo nos ha traído por fin a Chiara - comenta Reyes a Carlos, que está de espaldas haciendo una barbacoa.

En cuanto se gira, veo una sonrisa en su rostro y se acerca a mi.

- Carlos no para de hablar de ti - me dice su padre y yo sonrío.

Me da un abrazo y miro a Carlos, que nada más que hace reírse a carcajadas, y es que mi cara tendrá que ser todo un poema. Es que estoy abrazando al mismísimo Carlos Sainz, que ahora es mi suegro.

-¿Dónde estan Ana y Blanca? - pregunta Carlos a sus padres.

- No tardarán en venir - le responde su madre.

A los cinco minutos después aparecen las dos hermanas. Abren la boca al verme y vienen corriendo a abrazarme.

- Que ganas teníamos de conocerte - asegura Blanca.

- al fin mi hermano te trae - indica Ana, haciéndome reír.

Las dos tienen algunos rasgos parecidos a Carlos pero Blanca es la que más se parece.

- Vamos a sentarnos y hablamos - propone Reyes. - Carlos, hijo ve a ayudar a tu padre.

Carlos se ríe y niega con la cabeza mientras va con su padre.

- Dejaros de tanta cháchara que la comida está lista - nos dice Carlos padre.

Nos levantamos a colocar la mesa y cuando ya está todo listo nos sentamos a comer.

- ¿Este es tu último año de universidad? - me pregunta Ana y yo asiento - El mío también, ¿qué estudias?

- Medicina.

- Guay, yo estudio administración de empresa pero mi sueño es dedicarme a la moda.

- Eso de la moda siempre me ha llamado la atención, me gusta - admito, ella sonríe.

Blanca ya termino sus estudios y trabaja en los negocios familiares.

- Chiara, ¿Estás agusto? - me pregunta Reyes.

- Mucho, sois personas encantadoras - respondo, todos sonríen.

- Tú si que eres encantadora - me dice con una sonrisa - Carlos, la tienes que traer más - dice señalandolo con el dedo.

- Creo que la vais a querer a ella más que a mi - bromea.

- Puede ser - se burla Blanca, sacándole la lengua a su hermano y este rueda los ojos.

Pasamos prácticamente la tarde entera con ellos. En todo momento me he sentido súper cómoda, han estado pendiente de mi, por si necesitaba algo o quería algo, hemos hablado de muchas cosas y es una familia que aunque sea muy conocida, son de lo más sencillo y humilde que he conocido.

- Nos veremos pronto, Chiara - me dice Reyes abrazándome.

- Claro.

Me despido de las hermanas con un gran abrazado al igual que de su padre. Ana y Blanca me han caído genial, nos hemos intercambiados los números de teléfonos y hemos hecho algún que otro plan.

- ¿Todo bien? - me pregunta Carlos, una vez ya estamos montados en el coche.

- Todo súper bien, me ha encantado conocerlos.

- Has visto como ese miedo que tenías era para nada, están encantados contigo. - dice y yo sonrío. - Al igual de encantado que estoy yo, bueno yo más.

una locura || Carlos sainz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora