Miro el teléfono una y otra vez, pero sigo igual que ayer. No me dicen nada de Carlos, y yo ya no puedo más. Necesito saber algo, necesito noticias de qué pasa con él. Necesito verle. Estar a su lado y saber que todo está bien, o que al menos lo estará.
Les he escrito a todos y nadie dice nada, es que ni me leen los mensajes. Yo no puedo seguir así, no sabiendo que esta pasando algo. Y yo aquí. Tan lejos de él.- Chiara, tranquila por favor.
- No mamá, no me pidas que esté tranquila. No puedo estarlo, está en un hospital y no sé nada de él. ¿Por qué nadie me dice nada? ¿Por qué están todos callados? ¿Qué es lo que pasa?
- Chiara.
- No mamá, déjalo hoy mismo cojo un vuelo hacia Montreal.
- No puedes hacer eso hija.
- Claro que puedo hacerlo y más cuando mi novio está allí.
- Tienes que estudiar.
- y lo haré pero tengo que ir y ver qué esta pasando.
- Tú misma, Chiara.
Miro los vuelos que hay hoy mismo hacia Montreal, el más temprano sale en dos horas y media, así que sin pensarlo ningún segundo más lo compro. Me hago una pequeña maleta de mano.
Bajo las escaleras y veo a mi madre con otra.- Si tú te vas, yo me voy también - me dice y yo asiento.
- Pues rápido al coche que no llegamos.
Ella asiente salimos de casa y nos montamos en el coche para ir hacia Bolognia.
Una vez ya montadas en el avión, mi madre se pone a leer las típicas revistas de cotilleos y chisme y yo me pongo a estudiar. Me pongo unos cascos para escuchar el menor ruido posible.
Trece horas y pico de avión, todo un suplicio. Pero ya por fin hemos llegado a Montreal. Salimos del aeropuerto y pedimos un taxi para que nos lleve hasta el hospital.
Mientras que vamos en el taxi voy hablando con Charles. Él al igual que yo no le han dicho nada de nada.
- Chiara, vamos - avisa mi madre y me doy cuenta de que hemos llegado al hospital.
- Voy.
Pagamos al taxista y entramos, una médica habla con nosotras y nos dice dónde se encuentran los familiares.
Veo a mi padre, a sus padres, a sus hermanas, a su primo, a algunos amigos cercanos y a algunos pilotos.
Me acerco a ellos y los miro a todos esperando a que me digan algo, pero no abren la boca. Y yo ya me estoy cansando del temita.- ¿Podéis decirme que pasa?
Blanca me abraza y veo que tiene lágrimas en los ojos. Me estoy poniendo nerviosa.
- Aún no hemos podido verlo, le están haciendo muchas pruebas y no nos dicen nada. Por eso no te hemos dicho nada.
Yo asiento y le devuelvo el abrazo. Abrazo a todos los presentes y me quedo hablando con sus padres. Están todos con los ánimos por los suelos. No es agradable saber que tu hijo está aquí en el hospital y que no te digan nada de nada.
Unos médicos entran en la habitación y minutos más tarde, se acercan a hablar con Reyes y Carlos.
- Vamos a pasar adentro - dicen sus padres y asentimos.
Primero pasan sus padres, después sus hermanas y ahora es mi turno.
Estoy temblando y las manos me sudan. Abro la puerta y siento mis ojos llorosos al verle entre tantos cables y tantas cosas. Me acerco a la cama y le acaricia la mejilla. Abre sus ojos y me mira desconcertado.
- amor - murmuro y él hace una mueca con la cara.
- ¿Amor? ¿Pero tú quien eres? - pregunta y siento como algo dentro de mi se rompe - Tú no eres Carmen.
- Carlos, ¿no sabes quien soy?
- No, ¿tendría que conocerte?
Chasqueo mi lengua y alzo una ceja. Si es una broma no tiene gracia la verdad.
- Soy tu, tu novia.
- Mentira.
Abro los ojos, estoy perpleja. No entiendo nada.
- Ve a buscar a Carmen. - me dice.
- búscala tú .
Me doy media vuelta y salgo de la habitación llorando. Salgo del hospital y mis padres me siguen.
- No sé para que he venido.
- ¿Hija que ha pasado? - pregunta mi padre.
-¿habéis hablado con los padres de Carlos?
- Claro - contestan los dos y yo asiento.
- ¿Y qué os han dicho?
- que Carlos está bien, solo que ha sufrido algunos daños en el cuerpo y que estará en reposo durante unos días.
- ¿Ha perdido parte de la memoria? - pregunto y mis padres niegan - Pues no lo entiendo.
- ¿Qué ha pasado?
- Pues que dice que no sabe quién soy, que no soy su novia y que quiere ver a Carmen.
- ¿Qué? ¿Es verdad?
- No estaría así, y no estaría diciendo esto mamá.
- Pues no sabemos nada más.
Me muerdo el labio conteniendo las ganas de llorar. Que es lo que quiero ahora. Es que no sé qué ha pasado. ¿Y si ella ha venido? No, no lo creo.
- Quiero volver a casa.
- Chiara, es muy tarde, vámonos al hotel y mañana por la mañana cogemos un vuelo a casa.
- Vale. ¿Podemos parar a comer algo?
- Si , ¿qué te apetece?
- Mcdonald para ahogar las penas - digo y mis padres se ríen.
- Mientras no las ahogues en alcohol.
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una locura || Carlos sainz
Fiksi PenggemarMónaco, sinónimo de locura, fin de semana del gran premio de Mónaco, fiestas, velocidad, peleas. Y dos personas destinadas a encontrarse por primera vez.