Acabo de llegar hace varias horas a Francia. Este fin de semana es la carrera aquí en el Circuito Paul Ricard.
Falta esta carrera y la de Hungría para llegar al parón de verano, que ya todos tenemos ganas, sobre todo, los pilotos.- Chiara, me debo de ir a hacer las ruedas de prensa, te quedas aquí - indica mi padre, por mi parte, pongo los ojos en blanco.
No me puedo creer que todavía siga con su intento de que no me acerque a Carlos, es de risa la verdad.
A la carrera de Austria ni siquiera me dejó asistir, así que tuve que verla en casa y fue un poco aburrido porque ya estaba acostumbrada a verlas de nuevo en el box de Ferrari, pero así es la vida.La carrera en el Red Bull Ring, tuvo sus partes buenas para Ferrari como la victoria de Charles, la parte mala fue las llamas en el coche de Carlos que le impidió acabar la carrera y acumular un nuevo cero.
A esta carrera me ha dejado venir, eso sí prometiendole que voy a ignorar a Carlos ¿Qué lo voy a hacer? Es obvio que no.
Como en las ruedas de prensa están todos los pilotos y demás, aquí el hotel está prácticamente vacío. Aquí sola me aburro y como no puedo ir al circuito, pues decido dar una vuelta por los alrededores.
Le Castellet es el pueblo donde se encuentra el circuito, no es un pueblo muy grande pero es bastante agradable.
He dado un paseo de unos diez minutos más o menos, hace mucha calor para seguir paseando. Vuelvo al hotel y subo a mi habitación para ponerme un bikini, coger la crema solar, gafas de sol y una toalla.
Este Gran Premio de va a hacer uno de los peores sin duda, la temperatura ambiente es altísima, y a eso hay que sumarle la temperatura de la pista que son unos veinte grados más aproximadamente. En fin, nos espera una carrera muy dura.
Lo van a pasar mal el estar una hora y media ahí metidos con esta calor tan horrorosa. Hay algunos pilotos que tienen sus trucos para aliviar el calor pero es poco incómodo. Algunos enfrían los calzoncillos, intentan estar muy hidratados...- Chiara - escucho mi nombre, y veo a Lando y a Pierre.
- ¿Ya habéis llegado? - pregunto acercándome al bordillo.
- Sí - contestan los dos.
Hablo un rato con ellos. Nuestra conversación se basa la mayor parte en sus sensaciones para el fin de semana y el calor que va a hacer.
La verdad es que este fin de semana puede pasar cualquier cosa.
Subo en el ascensor hasta llegar a la planta de mi habitación, por el pasillo hacia mi habitación veo a lo lejos a alguien, pero de lejos no lo identifico así que a medida que me voy acercando a mi habitación voy descubriendo quien es.
- Carlos, ¿qué haces aquí? - pregunto.
- Menos mal que llegas, he estado como diez minutos aporreando la puerta.
Yo niego con la cabeza y abro la puerta de la habitación, entro y él me sigue.
- Responde a mi pregunta - le digo mirandole.
- Emm tenía ganas de verte. - confiesa, a lo que yo me sonrojo.
- Sabes que como mi padre se de cuenta nos mata ¿verdad?
- Correré ese riesgo.
Empezamos a besarnos con pasión haciendo que la temperatura de la habitación aumente. Carlos me alza en brazos y pone sus manos en mi culo mientras lo aprieta con ganas y busca mi boca para besarme. Llegamos a la cama y caemos en ella. Carlos pone ambos brazos a ambos lados de mi cara para no echar todo el peso en mi cuerpo.
Lo miro a los ojos y están más oscuros de lo normal, en sus ojos veo pasión y deseo.
De un segundo a otro estamos los dos completamente sin ropa, nuestros cuerpos desnudos chocan y siento el calor de su cuerpo sobre el mío.
Carlos se pone el preservativo y entra en mí, haciéndome gemir y mi espalda se arquea.
- Quiero escucharte gemir mi nombre - susurra, enciendome más todavía.
- No pares, por favor.
- No voy a parar, nena.
Me muerdo los labios y los dos seguimos moviéndonos haciendo que nuestras caderas choquen, en la habitación solo se escuchan nuestros gemidos y el roce de nuestra piel.
- Nena, me voy contigo - murmura, son las palabras necesarias para que los lleguemos a la misma vez.
Nos quedamos acostados en mi cama acariciandonos y dándonos algún que otro beso.
- Eres una diosa, nena.
- ¿Tú te has visto? Eres un completo dios del olimpo.
Este tío esta tremendo, hace escasos días que se ha cortado el pelo y está guapísimo.
Escucho como llaman a la puerta y abro los ojos.
- Chiara, hija - escucho la voz de mi padre.
- ¿Qué pasa papá? - pregunto.
- ¿Puedo pasar? - pregunta.
- escondete - le digo a Carlos y lo veo esconderse bajo las sábanas y la colcha que hace minutos estaba por el suelo. - Estate quieto eh - murmuro.
- Papá pasa.
Mi padre pasa y me ve tumbada en la cama tapada con la colcha y la sabana.
- ¿Estás bien hija?
- Creo que tengo fiebre - miento, y en ese momento siento un dedo de Carlos dentro de mi zona íntima, muerdo mis labios para no gritar de placer.
- ¿Te has tomado una pastilla o algo? - vuelve a preguntar mi padre.
Carlos sigue moviendo sus dedos dentro de mi hasta que los reemplaza por su lengua y yo siento que voy a perder la cordura.
- Mm si - digo y él me mira mientras asiente.
- bueno pues te dejo descansar, si necesitas algo llámame.
- Vale papá. - digo y el se va.
- ¿Sabes que no se miente? - pregunta Carlos mirándome.
- ¿Y tú sabes que me he tenido que morder los labios para no gritar? A quien se le ocurre.
- Pero bien que no te quejas eh - dice.
- Como para quejarme.
Cuando son las ocho y media Carlos se va a su habitación a prepararse para bajar a comer. Y yo voy a ducharme.
- ¿Hija como sigues? ¿Te encuentras mejor? - pregunta mi padre y las miradas recaen en mi, incluida la de Carlos que me mira con una sonrisa pícara.
- Sí, estoy bastante mejor.
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una locura || Carlos sainz
FanficMónaco, sinónimo de locura, fin de semana del gran premio de Mónaco, fiestas, velocidad, peleas. Y dos personas destinadas a encontrarse por primera vez.