Angelic.
En la madrugada había desarrollado un insoportable dolor de cabeza con esto los estridentes ronquidos de Patt no me dejaban dormir y empeoraba mi estado, más cuando su boca los emitía cerca a mi oído izquierdo. Debido a como Jordan y Patt dormían a mis costados yo me mantenía en medio de ambos, soportando que me usaran como peluche para abrazar.
Ya cuando estuve apuntó de dormir, el sonido de la puerta abrirse me hizo levantar ligeramente la cabeza de la almohada observando alguien dirigirse a las cortinas las cuales se mantenían cerradas obstruyendo la luz del día.
—¡Arriba estrellitas!.
Isabelle abrió de par en par las cortinas con mucho ánimo, el sol se coló a través de la gran ventana ofreciendo más dolor a mi estado.
—¡No, Isabelle!.—me quejé.
Me cubrí la cara con el edredón que había peleado durante toda la noche con mis amigos.
—¡Ángel dile a tu hermana que apague el sol!.—lloriqueo la morena tapándose la cara con la almohada.
Sentí sus manos sobre el edredón tratando de quitarlo comenzando una pelea entre ambas.
—¡Ya!, arriba que el desayuno ya está listo y servido, solo falta que lo coman y traguen.
—No tengo apetito y la cabeza me va a estallar, ¡así que no quiero!.
Me descubrió la cara.
—Eso princesa, se llama resaca y pasa cuando te excedes de alcohol.
Me tomó de las manos y me sentó en la cama.
Le dediqué una mueca, como si fuera una niña de tres años que no quiere ir al colegio.
—Cambia esa cara, princesa.
Se alejó de mi yendo hacia mis amigos haciendo lo mismo.
Debo admitir que Isabelle tiene mucha fuerza como para poder mover a tres adolescentes escaleras abajo. Nos llevó arrastras a los tres al jardín donde se ubicaba la piscina cerca de esta había una mesa de jardín, donde ya estaba servido el desayuno.
Los tres miramos los platos sin ganas de comer algo.
Pero de nuevo Isabelle nos obligó a sentarnos a los tres en aquella mesa.
—Coman, se sentirán mejor.
Al igual que nosotros ella tomó asiento en la cabeza de la mesa observandonos divertida por la situación. Janeth nos acercó a la mesa aspirinas y varios electrolitos que a duras penas tomamos.
—Nunca más vuelvo a beber.— admitió Jordan.
—Ni yo.— se siguió Patt, quien se relajó en la silla.
—¿Porqué debemos desayunar aquí?, la luz me molesta.— me quejé mientras con una mano me cubría de los rayos del sol.
—El ambiente cálido y la brisa matutina les hará bien.
La manera de decirlo era como si se burlaba de la situación al vernos, los tres sentíamos que moriríamos y era algo gracioso para ella. Comence a comer de la fruta que había en mi plato distrayendome de mis acción en la mesa, de un momento a otro sentí los dedos de Isabelle pasarse por mi clavícula.
ESTÁS LEYENDO
IMPERIO DE MENTIRAS.[1]
RomanceUna doble vida llevo a su hermana a perder la vida, tras su muerte ella se dedicara darle venganza al corazón roto de su hermana. Pero un imperio de buenos cimientos es casi imposible de romper, pero ¿Qué tal si ese imperio es derrumbado a base de m...