Capítulo 19.

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Wilmont, parte 2.

Angelic.

Me hubiera gustado disfrutar un poco más la cena pero fue imposible al ser llevada por Patt y Jordan de nuevo a la habitación. La verdad es que no me sentía mal por lo que había hecho, era más que necesario hacer lo que hice para que Natalia entendiera que conmigo no debía meterse.

Patt y Jordan no paraban de reír por lo que había ocurrió esta noche en aquella mesa. Arsen solo guardo silencio mientras veía a mis amigos partirse de risa. Era como un logro para ellos lo que había hecho esta noche pero no algo tan bueno para el chico.

En silencio salió al balcón dejándonos a los tres en la habitación. Nosotros continuamos charlando mientras nos preparábamos para dormir y ante la situación ninguno se había percatado de la ausencia de Arsen. Yo fui la que lo observo fuera por lo que dejé a Patt y Jordan para ir con él.

—¡Hola!.— lo salude llena de alegría.—¿Qué haces aquí?.

Negó con la cabeza y me senté junto a él en una tumbona que había ahí. Él admiraba el paisaje nocturno que nos regalaba Wilmont, y si algo sabía de este lugar era sobre sus increíbles paisajes lo que era todo cierto. La luna iluminaba el gran lago que estaba muy cerca de la propiedad, a su alrededor había un sinfín de árboles que formaban la parte tenebrosa del lugar.

El silencio de Arsen me era asfixiante, y necesitaba saber por qué razón tenía esa actitud.

—Por lo visto no te gusto mi actitud esta noche, ¿cierto?.

—No debiste decir tal cosa. Son pocas las personas que saben que Natalia Clement no es hija de su padre.

No me disculparía, mucho menos me haría sentir mal lo que Arsen dijera. Ella se merecía eso y mucho más.

—Son situación de la vida, Arsen. Tarde o temprano la gente se enteraría de la verdad sobre ella, a demás debía hacer eso para dejarle en claro que no debe meterse conmigo.

Arsen soltó una ligera risa.

—Así deberías ser con mis hermanos, y no tenerles miedo.

<<¡Mierda!.>> este chico me había abofeteado con guante blanco.

—No les temo a ninguno de los dos.— taje.

<<Me gustaría decirle que necesito seguir así para continuar con mi venganza.>>

—Arsen, aún que no lo creas tus hermanos no son rivales para mi, puedo con ellos y con mucho más.

Me levanté de su lado y me recargue en la barandilla. Arsen se levantó y antes de poder entrar a la habitación me observo por encima del hombro.

—Espero que aprendas que cuando sientas rabia tienes el derecho de sentirla, pero no te da el derecho de ser cruel. Por que hoy demostraste tener  un corazón de hielo.

Entro a la habitación dejándome sola a fuera.

No dejaría que las palabras de Arsen removieran lo que no había dentro de mí, algún sentimiento de culpa. No existía algo así mucho menos lo sentiría por alguien como ella, así que continuaría de la misma manera cómo está noche.

IMPERIO DE MENTIRAS.[1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora