Angelic.
La brisa nocturna de Quinvel se siente tan bien al respirarlo. El aire es tan ligero que me hace querer quedarme aquí para siempre, que la soledad de este pueblo me vuelva a cubrir recordándome donde realmente pertenezco. Estoy de vuelta en casa, el hogar donde pase toda mi niñez. La observo por afuera percatándome de las luces que se encuentran encendidas, las mismas que siempre se mantuvieron encendidas en su momento.
Meto las manos en los bolsillo de mi chaqueta de cuero negra, y caminó hacía el pórtico hasta abrir la puerta de reja.
El increíble aroma a papas al horno hacen mi estomago emocionarse, sobre todo al ver a las
tres personas que salen de la cocina con varios refractarios de comida en las manos. Mi padre sonríe y detrás de él, viene mi madre y hermana. Papá al verme deja sobre la mesa una botella de vino, su favorita. Va hasta mí para tomarme de ambas manos y llevarme al comedor.Los tres toman sus respectivos asientos, papá en la cabeza de la mesa, mi madre juntó a él y Daphne a un lado de ella. Me quedó parada cerca de mi silla al no creer que esto sea verdad. Un cosquilleo me recorre al ver la cálida mirada que mi madre me
regala al darme a entender que me siente juntó a mi padre.Las lagrimas se resbalan por mi mejillas y mi padre deja de lado el vino que estaba comenzado a servir para llevar su mano a mi rostro y limpiarlo.
—¿Pero que le sucede a mi pequeña flor?.— limpia con el dorso de su mano mis ojos.
Siento que la voz me tiembla a la hora de hablar, tomo su mano y la acarició con mi mejilla.
—Papá, estoy muy cansada.— admití.— quiero quedarme con ustedes tres aquí, y seguí disfrutando esto por la eternidad.
Los tres niegan, Daphne acerca su mano hacia mí para que la tomé, lo cual hago.
—Corazón, sabes perfectamente que todavía no es tu tiempo.
Al oírla decir eso me suelto a llorar como
una pequeña niña.—Pero yo...
Ella niega y estruja más mi mano.
—Dara, tu misión en el mundo aún no la cumples. Debes hacerlo y cuando la tengas todo será recompensado. El dolor pasará, lo sabes.
Asiento.
—No saben, cuánto los extraño a los tres.
—Nosotros igual, cielo. Pero recuerda que siempre te estamos cuidándote donde quiera que vayas.— admite mi madre al sonreírme.
—Todo estará bien Dara, solo debes despertar.
Muy en el fondo me gustaría creer que esto sigue siendo mi realidad y que no estoy soñando. Mis padres y hermana están aquí cenando como antes solíamos hacerlo cada noche pero la realidad era que ellos ya no estaban aquí conmigo, lo único que tenía eran mis recuerdos y memorias.
Mi subconsciente emite en mi cabeza la palabra "despertar", pero la realidad es que no quiero hacerlo.
El sonido de la puerta abrirse me hace girar a ver a la persona que me llama a gritos. Es Isabelle. No me da tiempo para hablar cuando ya la tengo sobre mi, gritándome a la cara.
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IMPERIO DE MENTIRAS.[1]
Roman d'amourUna doble vida llevo a su hermana a perder la vida, tras su muerte ella se dedicara darle venganza al corazón roto de su hermana. Pero un imperio de buenos cimientos es casi imposible de romper, pero ¿Qué tal si ese imperio es derrumbado a base de m...