Capítulo 5.

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Daphne.

Han trascurrido ya 3 semanas del nacimiento de Asher, las mismas que Alek a permanecido juntó a nosotras las veinticuatro horas del día. Comenzó a colaborar aun más en la granja al igual que ayudarme a llevar las cuentas de ahorró de la familia. Nuestra rutina comenzó a ser la misma, Alek juntó a Dara comenzaban su día yendo a verificar que todo en la panadería estuviera bien. Por las tardes colaboraban juntó a otros trabajadores de la granja, mientras Asher y yo permanecimos en casa para esperarlos.

Me di cuenta que siempre quise ser mamá tras el nacimiento de Dara, y ahora que tenía a una parte de mi me hacía muy feliz. Esto de la crianza no me era muy difícil , a pesar de las noches en vela sin poder dormir, amaba esta etapa en mi vida y esperaba que en futuro no muy lejano pudiera tener más hijos juntó a Alek.

Dara por fin había aceptado a Alek y sobre todo se llevaban demasiado bien, Alek me había confesado lo mucho que quería a mi hermana y sobre todo que la veía como hija suya. Sin duda ahora mi corazón estaba muy feliz al tener mi propia familia  y sobre todo estaba más que agradecida con la vida por esta segunda oportunidad.

Como parte de nuestra rutina cada noche cenabamos los tres juntó a Asher momento donde aprovechabamos para charlar un poco.

—Josh y tú, ¿tuvieron algo?.— soltó de golpe Alek, que hizo que Dara se atragantara con su bebida.

La manera en que lo dijo fue tan espontánea que me hizo que el líquido saliera por su boca y nariz. Alek con una sonrisa burlona me miró.

—¿Q-qué?.— trató de retomar el aire.

—Si. Hoy que fuimos a su tienda vi como babeaba por ti.

La cara que tenía Dara era demasiado graciosa y  sabía perfectamente que hablar de chicos le era demasiado agobiante.

—¿Josh Grimes?.—asintió a duras penas y comencé  a reír.— ¿él chico que lleva enamorado de ti desde preescolar?

Sus mejilla se tiñeron de rosado mostrando que avergonzada estaba.

El tema con los chicos para ella era un tanto irritante. Dara a pesar de no ser femenina era hermosa, no por ser su hermana lo consideraba más bien todo el pueblo. Sus finas facciones sacaban gran ventaja de ella y por esa misma razón los chicos se interesaban por ella.

Alguna vez pensé que eran masoquistas al mantener un flechazo con ella a pesar de la manera tan cruda en que los trataba. Su día a día consistía en rechazar y humillar a los chicos que la invitaban a salir. Con su singular frase: "No tengo tiempo, ni paciencia para tus estupideces". Siempre demostró su poca falta de interés sobre el amor y más que nada ella sabía que no era lo más importante en la vida.

Amaba ser ella misma y no le importaba lo que la demás podían opinar sobre ella.

—¿Puedes parar?.— preguntó tratando de ocultar su sonrojo en sus mejillas.

—Aún recuerdo cuando se te declaró en la secundaria al salir de clases frente a todos, él chico le llevó un ramo de tulipanes y una caja de chocolates. Durante la propuesta Dara se quedó callada demostrando su poca falta de interés. Al terminar la propuesta lo único que le dijo fue "no" más que si aceptaba los dulces.

—Fueron los chocolates más deliciosos que había probado en mi vida.— cerró sus ojos mientras suspiraba con diversión.

—¿Por qué no le das la oportunidad?.— preguntó Alek.

Dara arqueo una ceja con una mueca de disgusto.

—Esas cosas no van conmigo, Alek. A demás suficiente tengo con ver sus demostraciones de amor a diario.

IMPERIO DE MENTIRAS.[1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora