Capítulo 15.

14 4 0
                                    

Es algo divertido meterme en su mente, es complicada pero me gusta ver cómo trata de negar que se siente atraída por mi

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Es algo divertido meterme en su mente, es complicada pero me gusta ver cómo trata de negar que se siente atraída por mi.  Ver las caras que pone es atrayente, joder y sí que me gustaría meter en sus bragas pero no voy a dejar que eso ocurra sería mi perdición.

A pasado una semana desde que Ailena vino a cenar a la casa, después de eso nuestra relación ha sido muy tensa, desde entonces es aún más fría conmigo le cabreó que la dejara caliente y si que lo estaba podía notarlo a leguas de distancia.

La casa ha estado más animada desde que él ha llegado, hace que nos relacionemos y nos integremos entre todo. Las cenas son más atractivas por así decirlo.

Belia ha cambiado su perspectiva sobre Ailena por su comentario de la otra noche pero aún así le tiene algo de roña solo ella puede entenderse.

¿La escuela? La escuela va bien, ver a Eflucir por ahí ya es algo normal y nadie sospecha nada, nadie nos relaciona. Solo Ailena pero bueno ella ya tiene la versión no real de todo esto.

— Sabes que me pasa algo raro.—comenta Samael mientras se sienta a mi lado en el sofá.

—¿Qué te sucede Samael?—pregunto sin apartar la vista del televisor.

—No puedo entrar a su mente.—dice frustro.

—¿La mente de quién?—le presto atención.

—La de Ailena, ella me resulta difícil de leer y no puedo entrar a su cabeza. —me asombro ya que yo sí puedo.

—Tienes razón es extraño.—susurro pero más para mí que para él.—¿Lo has hablado con Eflucir?

—Si, al parecer el tampoco puede, es uno de sus poderes tiene bloqueada esa parte y así se protege de los enemigos. —comenta el muy frustrado.

¿Pero yo sí puedo? Eso solo significa una cosa.

Dejo a Samael sin respuesta de mi parte y me levanto rápidamente del sofá, agarró mi chaqueta y salgo.

Necesito despejarme, esto es demasiado. ¿Por qué tiene que ser ella? Estoy enfadado y al mismo tiempo tranquilo.

¿Almas gemelas? Eso es lo que somos, estamos destinados exclusivamente uno para el otro. Lo que aún ella no lo sabe, siente algo por mi pero no sabe el qué y eso es lo que la cabrea porque nunca a sentido algo así.

Los demonios ni sentimos, eso que los humanos llaman amor para nosotros no existe pero si no fuera porque soy el único que puede entrar a su mente no me habría dado cuenta de que es mi alma gemela o de que sentía algo por ella.

¿Qué siento? Es algo desconocido para mi, los únicos sentimientos que conozco son el odio, el rencor, el enfado no más que cosas negativas. A veces y solo aveces sonrío pero realmente no sé qué es felicidad. En cambio mi hermano Samael ha estudiado tanto a los humanos que casi es un experto en fingir y no mostrar lo que realmente es.

Salgo de mis pensamientos al sentir un gran golpe y caer al suelo, me levanto rápidamente e identifico a mi enemigo.

—Sorius.—mascullo al ver al demonio disfrazado de hombre.

—Adriel ¿qué tal todo por aquí por la tierra?—pregunta cinicamente.

—¿Qué haces aquí?—pregunto pero se perfectamente por qué ha venido.

—Es algo estúpida tu pregunta pero te daré el placer de respondertela.—se acerca y susurra en mi oído.—Ailena.

Dicho esto desaparece, esto se está poniendo cada vez peor.

—¡La han descubierto! —comento mientras entro a la casa.

Samael y Belia me miran confusos.

—¿Donde está Lucifer? —pregunto bruscamente al ver la situación que tenía delante y no me había percatado. ¿Se estaban besando?

—Esta en la escuela.—responde Samael.—Que nosotros no fuéramos no significa que el tampoco.

—Bien.—respondo y salgo de la casa nuevamente en dirección al instituto y por primera vez iba con ganas de llegar.

Entro y voy mirando en cada uno de los salones hasta que lo encuentro, estaba con ella en su aula dando clases. Le hago una seña y el pide un minuto y sale.

—Esta en peligro.—hablo en voz baja.—Sorius está aquí y ha mencionado su nombre.

—Hay que tenerla vigilada las veinticuatro horas del día. Baja al inframundo y ve que puedes averiguar.  —la miro y ella nos está mirando. —Yo me encargo de cuidarla ahora.

—Esta bien volveré en la noche. —le doy un último vistazo y me voy.

Agarró mi anillo y abro el portal. ¡Calor! Es lo que estoy sintiendo el cambio de clima es brusco pero no me afecta. Veo todo en llama y ya lo extrañaba aunque no niego que vivir en la tierra es mucho mejor. Bajo la calzada y voy directo hacia una persona que sé que me dará información.

Esta parte es la más peligrosa del infierno, se encuentran los peores y más horrendos asesinos, criminales y demonios encarcelados. Aquí mayormente hay humanos que al morir ingresan en el infierno por todos los pecados y delitos que cometieron pero depende de qué tan malos sean tienen niveles:

Los de nivel uno son los más peligros estos se encuentran encarcelados por toda la eternidad recibiendo golpizas, siendo electrocutados y miles de forma de tortura las peores que puedan imaginarse. Junto a ellos también se encuentran algunos demonios que se han revelado y han tratado de robar a Lucifer el trono, cosa estúpida y que nadie ha logrado.

—Yelis.—la llamo.

—Dagger mayor que placer verte.—sonríe la demonia.

—Necesito un favor tuyo.—voy directo al grano.

—Que novedad. —se sienta y la miro a través de las rejas. —Se quieren relevar.

—¿Quiénes?—vaya información.—¿Cuándo, cómo y dónde?

—Al Lucifer irse a la tierra esto se ha descontrolado un poco. —susurra.—Quieren asesinar a la chica, no pueden permitirse que haya un remplazo después de acabar con Lucifer.

—Eso es estúpido, lo han intentado millones de veces y no han podido.—me acerco un poco más a las rejas.—¿Qué es diferente ahora que creen que pueden lograrlo?

—Una daga.

—¿Qué daga? Yelis necesito toda la información que tengas no te quedes a medias.

—Una daga que es capaz de matar a lucifer, a toda su generación y al mismísimo Dios si pudiéramos llegar a él.—dice alzando un poco la voz juraría que hasta se ha emocionado.

—¿Quiénes están en la rebelión?—necesito esa información para saber con quién podría toparme.

—Sorius, Martlen, Conva, y para ser sincera casi todo el inframundo desearía poder derrotar a Lucifer así que no podría decirte una cantidad exacta.—comenta.

—¿Quién los está ayudando a escapar de aquí? —es una pregunta algo importante para no hacerla.

—Solo ellos saben, me han contado que se les abre un portal y al atravesarlo llegan directo a la ciudad donde estás. —responde y me quedo preocupado.

—Gracias Yelis.—agradezco toda la información.

Esto es algo nuevo y peligroso, qué alguien de afuera los esté ayudando es extraño.

No podemos equivocarnos ni confiar en nadie, visto lo visto cualquiera puede ser enemigo.

Alas grises.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora