Capítulo 43.

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Después de haber esperado tanto tiempo el día había llegado, por fin la profecía se haría realidad, el día anterior ha sido un tanto complicado, porque no sé cómo pero Adriel vio algo raro en mí, al parecer si conoce bastante a Ailena, pero logré ...

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Después de haber esperado tanto tiempo el día había llegado, por fin la profecía se haría realidad, el día anterior ha sido un tanto complicado, porque no sé cómo pero Adriel vio algo raro en mí, al parecer si conoce bastante a Ailena, pero logré persuadirlo.

Y lo peor aún fue cuando me di cuenta que Ailena está luchando para volver a tomar el control, si no nos apuramos todo puede fallar. Angélica, mi madre está al tanto de todo, al principio no estuvo de acuerdo, por supuesto que no, ella también ama a un demonio, pero terminó aceptando que era lo mejor.

¿Quieren la verdad? No sé que es lo mejor, yo simplemente estoy siguiendo órdenes de Dios, él dice que tengo que hacer para acabar con el mal en el mundo, y soy la única que puede traer la paz, aún no me creo que yo pueda hacer eso pero confío en él.

No lo hagas, él está mintiendote.

Sí, esa es ella. No sé cómo pero ella puede hacer eso, puede hablarme, cosa que yo no podía hacer, está claro que entre ambas ella es la que tiene el poder de todo, sólo rezo para que ella no lo descubra.

Nunca traeras la paz iniciando una guerra, Lena piénsalo, esto está muy mal.

Y su voz resuena en la cabeza, es horrible, constantemente la siento, me ha estado atormentando desde que salí de la casa de Lía, y cada vez es peor, cada vez ella aumenta su fuerza y su voz retumba en toda mi cabeza.

Sé que es lo que debo hacer, debo acabar con Lucifer para poder traer la paz en el mundo, y si alguien se interpone en el medio, correrá la misma suerte.

No olvides que también es tu padre aunque quieras negarlo.

No, no lo es, soy hija de Dios, nunca sería hija de Lucifer, nunca. Lo que Angélica hizo fue un error, un gran error que nos condenó.

¿Amar, ese fue su error? Creí que eso es lo que ustedes van llevando al mundo, crei que por eso tu quieres acabarnos, pero resulta que si no amaban bajo sus reglas, es un error, que hipócritas.

¡Basta Ailena! Es un error, al igual que tú ames a Adriel, también lo es. Jamás un angel y un demonio podrían amarse, jamás.

Cómo se nota que nunca te amaron, que siempre fuiste un muñeco que dios supo manejar a su antojo, no sabes lo que es amar, siempre estuviste en las sombras Lena, no hables de amor cuando no sabes lo que significa.

Voy a ignorarte durante todo este tiempo que falta, no quiero que arruines todo.

No necesitas mi ayuda para hacerlo, tu misma vas a arruinar todo.

La ignore y salí de la casa rumbo a la de Adriel, quiero cerciorarme de que estén todos juntos, esa fue la petición.

Al llegar la puerta es abierta por Adriel, quién me sonríe, intento sonreír también.

—Hola preciosa.—deja un casto beso en mis labios.

Ingreso a la casa, sólo están Belia y él.

—¿Los demás?—frunzo el seño.

—Lucifer está en su oficina, Samael acaba de discutir con Belia por lo tanto está encerrado en su habitación, sabes como es. Y mi madre está bañándose.—alza los hombros y asiento.

Perfecto, están todos en casa. Necesito buscar alguna excusa para irme sin que quede extraño.

—Necesito ir por una cosas a casa, ¿me esperas y ya vuelvo?—el frunce el seño pero termina accediendo.

Iluso.

Enseguida que estoy fuera de su casa abro mis alas y vuelo hacia el paraíso, y ya me espera Dios con una sonrisa, a su lado está Angélica y tras ellos están el resto de los Ángeles.

—Es simple Lena, debes matar a Lucifer.

—¿Cómo haré para bajar al inframundo? No tenemos permitida la entrada.

—Así como tu madre lo hacía.—frunzo el seño.—Tu alma gemela.

—Sigo sin entender.

—Tienes una conexión con uno de allí abajo, ese es tu pase de entrada, no vas a tener inconvenientes al entrar.—asiento.

—¿Sólo es eso? ¿Debo matar a Lucifer y ya?—asiente.

—No te confies, no va a ser fácil, vas a tener con vos un ejército de Angeles, porque claramente sería desigual mandarte sabiendo que está lleno de Deminios allí abajo.

—Pero él está en la tierra.

—Sí, y tú vas a ir a eso, allí el tiene a sus mejores demonios, pero en el inframundo tiene aún más, nuestro guerreros de ocuparan de ellos.—frunzo el seño.

—Se supone que la idea no era matarlos a todos, la idea era acabar con Lucifer.

—Y todo aquel que se interponga en el camino, incluyendo a Adriel, no quiero compasión Lena.

—Estamos hechos de ella. Aunque repito, la idea no era matarlos a todos, dijiste quienes se interpusieran, ellos no lo han hecho, ¿por qué ya mandarias a matarlos?

—Hay que adelantarnos, van a querer atacar, estás atentando contra su rey, los fieles a él van a querer hacerlo.—asiento no tan convencida.

Desvío mi mirada hacia mi madre y esta tiene la cabeza agacha, sé sin siquiera verla que su mirada refleja dolor, esto podría causar su muerte. Y a él no le importa.

—¿Que va a pasar con ella?—la señalo.

—¿Qué hay con ella?

—Sabes de que hablo, ella va a enfermar, puede incluso morir, estamos hablando de su alma gemela. —la mira y luego asiente.

—Hay veces que uno debe arriesgarse.

—Ailena ha estado luchando.

—No la dejes ganar. Es poderosa y una vez que ella tome el control tu dejas de existir.—frunzo el seño.

—No entiendo, se supone que soy el angel y ella el demonio.—asiente.

—Eres su Ángel porque ella aún no sabe controlar su dos identidades, pero si ella recupera el control es porque ya está lista para hacerlo y ella pasa a ser un Ángel y un demonio a la misma vez, ella tendrá ambas habilidades, la que le corresponden como demonio y las tuyas, cuídate y no permitas que gané.

Aún con la mente y el corazón a mil, decidimos que era momento de comenzar, tomé la daga y la guarde para poder llevar a cabo esto que tanto tiempo nos llevó, el fin de los demonios.

Alas grises.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora