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Evans estaba en su empresa, permanecía en un completo silencio mientras se encontraba en una junta, su hermano Daniel hablaba sobre algunas cosas, Evans no le prestaba atención, estaba sumergido en sus pensamientos, Allin estaba en ellos, dejarla ir le resultaba tan difícil, nunca creyó que esto le pasaría, que conocería a una chiquilla ocho años menor que él y que esta lo comenzaría a volver loco, cada vez que intentaba herir a esa joven, poner distancia entre ambos, él mismo la buscaba, la hacía suya y por esas largas secciones de sexo se olvida de todo y solo se concentraba en ella.

Deseaba tenerla para siempre con él, no dejarla ir nunca más, pero simplemente sería dañarla más de lo que ya estaba, sentía que no era bueno para ella, que con sus demonios del pasado la acabaría, además de que no es alguien que nació par amar y recibir lo mismo. Daniel pudo notar que su hermano no estaba bien, de que algo no andaba bien con él, pero no dijo nada, siguió hablándole a los demás acerca de unos nuevos cambios y cuando termino la reunión salió junto a Evans hacia la oficina de este.

- ¿Puedo saber qué te pasa? - Pregunta Daniel una vez solos.

- No me pasa nada - Responde Evans.

- Sí, como no, Evans te conozco bien, no dijiste nada allá en la reunión, estuviste lejos en tus pensamientos, sabes que más que hermanos, somos amigos, así que confía en mí - Pide Daniel.

- Es Allin, no sé cómo alejarla de mí y menos como permanecer yo lejos de ella.

- ¿Y por qué no intentas dejándola ir?

- Ese es el problema, no quiero dejarla ir, prefiero que ella misma se vaya por sus propios pies, no soy capaz de decirle que se vaya de la casa - Evans maldice.

- Creo que estás enamorado de ella, Evans, no es fácil, dile que la quieres, que sea tu novia o esposa y listo, ella estará contigo y a la vez con su familia.

- Sabes que no puedo - Evans se pone de pie y va a su licorera en donde se sirve un vaso de licor y se lo toma de un solo trago.

- Olvídate de eso, hermano, si no lo haces no serás feliz, con esa chica quizás puedas encontrar el amor.

- ¿Y ser como mis padres?, el amor es una mierda hermano, no existe, por lo menos no para mí - Daniel niega.

- Te equivocas en todo lo que dijiste, el amor existe, tanto para todos como para ti y una muestra de eso es Allin, ella te quiere, te aseguro que ella está loca de amor por ti y sé que tú también sientes lo mismo.

- Tú no sabes no que siento Daniel, además no tienes derecho de darme consejos, cuando en realidad a la que...

- ¡Cállate! - Daniel cambio su expresión, se veía molesto, pero luego suspiro - Tú no sabes nada.

- Así como tú tampoco sabes nada de mí, mejor cállate.

- Yo solo quería abrirte los ojos, que te dieras cuenta de que dejaras ir a la única persona que ha sido capaz de amar, y sobre mí, por lo menos yo elegí algo, a alguien, a una persona que me ama y que yo amo, porque yo amo a mi esposa más que a nada en este mundo.

Luego de decir esto Daniel se retiró y dejo solo a Evans, este maldice y tira al suelo el vaso vacío de licor, sabía perfectamente que su hermano tenía razón, pero no le haría caso, no cedería, no a eso que por años le huía.

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Franchesca se encontraba reunida con Elías, los dos estaban dando un paseo por la zona colonial junto al pequeño hijo de la chica, la pareja iban tomados de las manos, el niño estaba frente a ellos, caminaba y reía, entre sus manitos llevaba un helado que Elías le había comprado, ellos salieron de la zona colonial y llegaron hasta donde él tenía el auto estacionado, los tres subieron al vehículo, estaban felices, parecían una familia feliz.

A La Venta® - Trilogía En Venta #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora