25

95 5 1
                                    

La noche aun no le daba la gana de irse, parecía eterno para Allin quien lloraba en su recamara, este día había sido el peor de todos, cuando creía que las cosas podrían ir mejor entre ella y Evans, él mismo lo terminaba dañando y esta vez la había dañado a ella, la joven entre lágrimas reía, lo hacía porque se sentía tan patética, porque no dejaba de querer a ese maniático, perverso y sádico hombre, sin duda alguna era una masoquista que disfrutaba del sufrimiento y que se prestaba para que la siguiese lastimando, para que Evans destrocé más su vida, más de lo que ya lo ha hecho.

Ella se quería ir, deseaba escapar de esa cosa, de Evans, irse para siempre, volver con su madre enferma y sus hermanos, sentirse por fin en un ambiente libre, sin toxicidad, pero no podía, es que quería estar con Evans, deseaba amarlo con libertad, quería que él se diera cuenta y que le permitiera al fin expresar lo que sentía por él, además, si se iba significaba no verlo más, no sentir más sus besos que saben tan bien, no podría sentir sus caricias, esos toques, ya no tendría su primer hombre que la hizo mujer, que por primera vez la hizo ver el sexo de una perspectiva muy diferente a lo que creía.

Allin dejo escapar una sonrisa, ella quien estaba sentada sobre su ventana empezó a reír, se sentía tan ridícula, quizás para muchas personas estaba loca, tal vez muchos le dirían que deje de rebajarsé, que deje de perseguir a un hombre que solo sabe cogerla y luego soltarla, justamente como lo hizo hace una hora atrás. La chica se paró de donde estaba sentada, camino hacia su espejo de cuerpo entero, se miro en su reflejo, la joven que veía allí no se parecía en nada a la Allin de hace meses atrás, ni siquiera a la de hace un mes y medio, antes y después de venderse, ahora había tres de ella.

Les contare, había una primera Allin, una que se crío en una casa pobre de dinero, pero rica de amor, con una gran familia que siempre la amo, que le demostró lo increíble que era mantenerse unido, cuidarse, sí, hubo malos momentos, situaciones que siempre buscaban la manera de salir y lo hacían, salían de esos apuros, pero juntos los siete, su madre, padre, ella y sus cuatro hermanos, luego esa Allin fue destruida cuando su padre murió, y la que quedo fue una con el alma herida, que debía luchar ahora por su familia, por su madre con cáncer pulmonar y su hermano menor con leucemia, pero aun así esa Allin sonreía, creía en el amor, era aun dulce, buena, inocente, que daba el todo por el todo, hasta que entro a ese club nudista, empezó a bailar y se vendió.

Ahora, ahora frente al espejo esta la nueva Allin, alguien a quien se le quebró el alma que ya estaba herida, una que dejo atrás a su inocencia y se adentro a otro mundo, todo gracias a Evans, ese hombre que fue el único capaz de destrozar toda su vida en un solo mes, que acabo con ella.

— Lo siento — Se dijo a su propio reflejo — Pero aun no puedo escapar — Ríe con tristeza — Es mas fuerte que yo, todo esto es más poderoso que… — Ella seca sus lágrimas, hablaba consigo misma — Esto es un dilema, ¿lo sabias?, porque quiero escapar de él, irme para siempre, volver a ese hogar donde están esas personas que en verdad me aman, que me ayudarán a levantarme, pero…, quiero seguir aquí, solo espera ¿sí?; prometo que, si no logro ser amada, me iré, me iré para siempre.

Todo esto lo escuchaba Evans, él había subido tras de ella, pero se quedo fuera, no era capaz de entrar y durante una hora solo se quedo fuera de la recamara, la escucho llorar, pero ahora pudo oír todo el daño que le hacía, él abrió la puerta, la miro frente al espejo, ella pudo verlo a través del reflejo del espejo, se giro para encarar a ese sujeto, Evans comenzó a quitarse su suéter de mangas largas, Allin trago saliva, él sin decir una sola palabra se quitó el cinturón de su pantalón y dejo que este cayese, luego se saco su franela y quedo solamente en bóxer.

— Ven — Le ordeno.

— ¿Planeas cogerme para luego decirme que soy una puta? — Pregunta ella, Evans camina hacia la joven, se para frente a ella y luego la carga, ella enreda sus piernas en las caderas de él.

A La Venta® - Trilogía En Venta #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora