Había pasado ya una semana y media desde que Allí regreso a casa, en estos días ella seguía igual, salía poco a compartir con su familia y paraba encerrada en su recámara llorando, es que era difícil para ella superar todo esto, luego de una aventura pasional como la de ella y Evans, en donde solamente ella entregó su cien porciento era más que obvio que luego de él decirle que se vaya de su casa la joven estaría destrozada. Los hermanos de Allin estaban preocupados, a igual que su madre, quien solamente la veía cuando la chica bajaba y duraba únicamente unos minutos, una vez que la joven subía ya la madre no podía verla.
La joven ya no sentía ganas de nada, toda su fuerza se había desvanecido, Elías no entendía qué le pasaba realmente, tenía la idea que había sido el hombre con el que estuvo, después de todo su hermana regreso sin sus presencias y de una manga jamás vista, ni siquiera estuvo así con la muerte de su padre, ella era fuerte a pesar de todas las cosas que les pasaban, pero ahora él sabía que lo que a ella le pasaba le quitó las ganas hasta de luchar. El joven estaba en la sala de juegos, intentaba entretener a su hermano menor, aunque él no le prestaba atención, pensaba en Allin, en eso su madre aparece con la chica de servicio.
— ¿Allin bajo a desayunar? — Pregunta la señora, ella acababa de venir del hospital.
— No, desde ayer en el almuerzo no la veo — Elías miro a su hermano menor — Matías, ve a jugar al patio — Él niño obedeció rápidamente la orden de Elías y se retiró.
— Ya ella tiene ocho días en casa, pero es como si no estuviera, me duele ver a mi hija en esa condición, no entiendo qué le pudo haber pasado.
— Yo sé qué le paso, ese hombre, aquel que la compro, ese sujeto del que ella se enamoró, sé que ese maldito tuvo que ver con la actitud de Allin.
— Ella dijo estar enamorada de él y que es probable que él sintiese lo mismo, yo creí en eso cuando vi la revista, él se veía enamorados de ella.
— Él es solamente un hijo de puta que jugó con ella, necesito hablar con ella, no es justo que este así, se supone que ya está con nosotros, que debe sentirse feliz de volver con su familia, además usted...
— Me estoy muriendo, el nuevo doctor me dio dos meses más que el anterior, aunque sea dentro de un año moriré.
— Madre, necesitamos que Allin vuelva — La señora asiente.
— Gloria, ve por mi hija, dile que yo la necesito ver ahora mismo — Pide la señora a la joven que la atendía.
— Sí, señora.
La chica salió de la sala de juegos y subió los escalones, fue hasta el cuarto de Allin y toco la puerta, Allin estaba en su terraza, tenía vista hacia el patio, podía ver a su hermano Matías jugando solo, ella escuchó como tocaban su puerta, pero se quedó en silencio.
— Señorita, Allin, su madre ya regresó del hospital, dice que necesita verla, con urgencia, ella está en la sala de juegos.
Allin seco unas lágrimas que se deslizaban en su rostro, ella no se sentía con ganas de hablar, Gloria ya sabía cómo ella era, así que sin esperar respuesta se retiró. Allin entró al baño, lavo su cara para quitar los rastros secos de lágrimas, aunque sus ojos rojos ya eran evidentes de haber estado llorando. La chica salió de su habitación y con las pocas ganas que seguían dentro de ella que consistía para moverse ella bajo los peldaños, Allin camino hacia la sala de juegos y entro.
— Hola, madre — La joven se inclinó y abrazo a su madre.
— Mi corazón, esos ojos rojos me preocupan, tú me preocupas, hija mía — Su madre tomo su rostro — Habla con mamá, comparte tus penas, dinos qué te pasa y nosotros, tu familia, te Vamos a ayudar.
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A La Venta® - Trilogía En Venta #1
RomanceAllin López, una chica de veintiún años, fue a parar a una casa de prostitutas, puesto que necesitaba urgentemente dinero, sea como sea, para poder pagar la deuda que dejo su difunto padre y la quimioterapia de su madre con cáncer pulmonar y su herm...