Capítulo 35

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Allin estaba esperando a Evans en el despacho, era tarde de la noche y ella se había sorprendido de que él no haya regresado a casa, erán casi la diez de la noche, él se había ido a trabajar desde que llegaron, por lo que debía estar en la casa desde hace horas, él ni siquiera fue a almorzar o a cenar. La joven estaba preocupada, no quería pensar que me había sucedido algo malo, por lo que se decía a ella misma que él estaba bien y que solamente se había quedado a realizar trabajos extras, aunque él era el jefe.

Evans en realidad no se había quedado en el trabajo, él había invitado Daniel a un bar para poder estar a solas un momento y conversar, después de visitar a Katty, hablar con ella y asegurarle que pronto atraparan a su Madre, él salió del hospital, ahora él y Daniel seguían sentados en la barra de un bar en donde pedían licores, ellos no estaban borrachos, solo habían tomado lo suficiente. Daniel le hablaba acerca de su familia, que él era realmente feliz y aconsejaba a Evans de hacer lo correcto, de no dañar a nadie más e intentar ser feliz.

— ¿Acaso estos días con ella no eras feliz? — Eran unas de las preguntas que Daniel le hacía a Evans.

— Lo fui a mi manera, pero ¿y qué?, el amor no existe, y no deb existir para mí.

— Eres un idiota, estás enamorando y no quieres reconocer, porque no es que estás ciego, es que eres necio, bruto, animal y...

— ¡Basta! — Le pide Evans — Te jacta de decirme todo esto y echarme en cara lo feliz que eres, y eres un mentiroso, nadie es feliz completamente, ¿seguirás mintiendo?

— No miento, amo a Eleonor y a mis hijos — Evans se ríe, no le creía — ¿Por qué no me crees?

— Mírame a la cara, si eres capaz de mentirme a los ojos, te aseguro que no te hablaré por el resto de mi vida, ¿eres completamente feliz?, ¿nada te hace falta?, ¿acaso está todo completo dentro de ti?

— Te voy a responder cuando me respondas esta pregunta, ¿no amas a Allin?

— Bien, cuando te responda, querré tu respuesta, ahora me iré a casa, hablamos luego.

Evans y Daniel salen del local y una vez afuera se despiden, cada uno sube a su vehículo tomando direcciones diferentes, Evans no estaba borracho, apenas él y su hermano se habían tomado una sola botella de licor entre los dos, así que ambos podía conducir bastante bien, ellos eran buenos bebedores, si se hubieran tomado más de tres o cuatro botellas los dos hubieran estado borrachos. Evans conducía como si nada pasará, aunque estaba pensando en todo lo que él y Daniel hablaron, no se sacaba de su cabeza su pregunta, ¿amaba a Allin?, odiaba la respuesta que le daba su corazón, su mente, pero su boca daría otra.

Al cabo de unos minutos llegó a la mansión, Allin podía ver su coche entrar por la ventana del despacho, ella sonrió, saldría a su encuentra, estaba feliz de verlos regresar con bien. Mientras ella salía, él bajaba de su auto y le entregaba las llaves a unos de los trabajadores, Evans miro la puerta por la que entraría, no sabía qué haría en realidad una vez que esté allá adentro, pero antes de siquiera pensar en la respuesta de que haría, Allin salió.

— Evans, ya estás en casa — Ella fue con él y se alzó para besar sus labios, Evans no correspondió, pero ella no noto su frialdad — ¿Por qué llegas tan tarde? — Le pregunta y sonríe.

— No tengo ganas de hablar, estoy cansado — Él comienza a caminar dentro de la casa.

— Si quieres pueda ayudarte a descansar — Se ofrece ella y una vez dentro toma su mano.

— Allin, hoy no, quiero estar solo — Ella lo soltó, ahora notaba que él no estaba como en la mañana antes de regresar, pero culpo al trabajo.

— Entiendo, si quieres sube a mi habitación, te puedo dar un masaje, aprendí uno mientras estuve en la isla y...

A La Venta® - Trilogía En Venta #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora