Mas tarde en la noche Allin estaba en su nueva habitación, no había dormido en toda la tarde y ya eran pasado de las siete de la noche, se sentía un poco aliviada de que Evans no estaba en casa, la presencia de ese hombre la ponía nerviosa, además de sus palabras llena de perversión cosa que ella se sentía que le repugnaba, pero también le provocaba otra sensación, una sensación que nunca en su vida había sentido y que le daba miedo.
Aquellos toques y besos de Evans la hacia sentir un poco excitada, pero también asqueada, eran dos mezclas de sensaciones muy diferente. Allin estaba parada en la ventana de ese cuarto mirando a través de ella, desde ahí podía ver un poco aquel mar azul, tenía entendido por Katty que la casa estaba cituada casi al lado del mar, no tan cerca pero tampoco tan lejos, bávaro era una ciudad nueva para ella, siempre había escuchado hablar de ella, de sus playas y lugares hermosos, la joven siempre había querido visitar ese lugar pero que no podía porque no tenía los medios, ahora estaba ahí, pero no de la manera que ella quería.
— Señorita, ya el señor Jaquez esta en casa — Habla David entrando a la habitación — Y quiere verla de inmediato en la sala de comedor — Y luego se va.
Con un suspiro Allin sale de la habitación y se dirige a bajar los perdaños, cuando llega hasta abajo camina hasta esa sala donde esta ese gran comedor, en la punta de la mesa estaba Evans, no vestía como la ultima ves que ella lo vio esta tarde, sino un suéter manga larga con cuello alto color salmón y sus pantalones de tela fina cara y sus brillantes zapatos. La mesa tenía muchas variedades de comida cosa que a ella le sorprendió, nunca había tenido el privilegio de comer cosas que en esa mesa estaba puesta, pero tampoco lo iba a dar a mostrar.
Evans tenía su castaño cabello suelto y ella le gusto como se le veía, realmente no podía negar de que Evans era un hombre muy guapo y elegante, solo tiene un problema, y es que es un maniático repugnante hombre. Él sonrió al ver que ella se quedo parada en medio de la sala de comedor, su sonrisa era de lado y daba a mostrar un indició de perversión cosa que Allin noto a primera vista. Él se levanto de su silla y camino hasta ella.
— ¿Necesitas que te ayude a sentar? — Pregunta él.
— Son verdes — Susurro ella al ver los ojos de Evans tan cerca, él arrugu su frente sin entender lo que ella dijo. Ella abrió sus ojos y tragó saliva al darse cuenta de lo que dijo.
— Vamos — Ordena él y la lleva a sentar — Tenemos filete para la cena — Informa — Pero tu no comerás hasta pedido permiso — Ella lo miro atónita.
¿Desde cuando se pide permiso para comer? Pensó.
— Y como se debe es que me lo tienes que pedir — Susurro a su oído y sé sentó.
Ella no se atrevería a humillarse de esa manera, pero tenia hambre y quería probar ese filete que estaba puesto en esa mesa, no entendía esa actitud de él, nunca era amable con ella, desde la noche pasada que lo conoció él había seguido portándose como un vil pervertido sexoso empedernido, además de que las palabras que salían de la boca de él no eran propia para una mujer. Entonces su estomago rugió y él sonrió.
— Señor — Lo llamo ella y él la miro alzando sus cejas — ¿Puedo comer? — Él sonrió.
— Claro, querida — Los dientes de ella se apretaron ante tal humillación, casi una lágrima se le desborda de sus ojos por lo que decidió empezar a comer y tragarse sus lágrimas.
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A La Venta® - Trilogía En Venta #1
RomanceAllin López, una chica de veintiún años, fue a parar a una casa de prostitutas, puesto que necesitaba urgentemente dinero, sea como sea, para poder pagar la deuda que dejo su difunto padre y la quimioterapia de su madre con cáncer pulmonar y su herm...