XVII. Rumores.

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Se nombran noticias actuales e inventadas.

Se limpió las lágrimas secas bajo los ojos cuando vio el coche entrar en el garaje. Y esperó a que entrara por la puerta.

-¡Ya estoy! -exclamó pasando al gran salón- ¿Qué te pasa, Hazz? -su expresión jovial se transformó en preocupación.

No respondió; no tenía fuerzas para ello. Simplemente le dejó de mala gana la revista sobre la pequeña mesa y esperó a que la cogiera.

Louis leyó la portada, sorprendido de encontrar una foto suya con Eleanor. aunque lo que más le impactó fue el texto que enmarcaba la imagen: «¿Eleanor con un anillo del ex-integrante de One Direction, Louis?»

-¿Qué mierda es esta? -comentó el ojiazul leyendo por encima el interior de las hojas, investigando qué tanto decía la noticia.

-No lo sé. Explícamelo tú. -se cruzó de brazos, intentando mantener la calma.

-¿Qué quieres que te explique? Ya sabes cómo funciona esto. -le quitó importancia, yendo a tirar a la basura la revista.

-A no ser que sea verdad. -musitó por lo bajo.

-¿Cómo has dicho? -se asomó por la isla que separaba el salón de la cocina apoyándose con los brazos en la encimera y el rostro desencajado.

-Me has oído muy bien. -alzó ambas cejas con altivez.

-¡Cómo se te ocurre tal estupidez? -gesticulaba con una mano en pinza- ¿En serio estamos así a estas alturas?

-No lo sé, tú dirás.

-Vale, vale... -comentaba pasándose una mano por el rostro- ¿Me vas a seguir hablando desde allí o me lo vas a repetir a la cara? -caminó hasta el salón, parándose de frente a Harry, con las manos juntas.

El de rizos se puso en pie y se acercó a él a grandes zancadas, quedando a escasos centímetros.

-Dime tú si es verdad o no. -insistió empezando a perder la paciencia.

-Sabes perfectamente que sería incapaz.

-Ya... -susurró con una sonrisa sarcástica- Y ahora yo, ¿Qué hago? ¿Te creo y ya? -echó un pie hacia atrás con una mano en la barbilla y otra en la cintura- ¡Qué mierda quieres que piense? -le gritó con un nudo en la garganta.

-A mí no me vengas a gritar como un animal. -le levantó un dedo amenazante.

-¿También le vas a señalar con el dedo al niño que te dé tu mujercita? -le retó con la mirada.

-Harry, cállate. No eres quién para echarme en cara rumores o, ¿acaso te debo recordar lo del embarazo? -alzó ambas cejas.

-Sabes que fue una tontería que no duró ni un año en la prensa. -miró al techo con cansancio.

-Si lo tuyo es falso, ¡Por qué me estás haciendo esta escena? -acabó perdiendo la calma- ¡Qué pasa? ¡No te gusta una vida con rumores? -hizo un fingido puchero- ¡Pues se siente! -volvió a enseriarse- Haber elegido mejor. -le lanzó una furtiva mirada.

-¡Yo no sé qué tanto haces cuando estás fuera! -se excusó omitiendo por completo sus últimas palabras, aunque se le hubiesen clavado en le pecho- ¡Quién me explica a mí que no va a haber una jodida boda?

-¡Yo! -gritó intentado hacerlo más alto que Harry- ¡Mis palabras son las que te deben de importar no las de cualquier idiota que escribe cobrando por crear polémicas! -golpeó con el puño su pecho de manera seca sin intención de herir- ¡En eso se basa la puñetera confianza! -suspiró calmándose; me dolía la cabeza de escucharse a sí mismo- Sino vas a tenerme algo tan básico, ¿qué nos queda?

OS LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora