XX. Robo

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Harry: 16
Louis: 18

El programa era soso. Louis lo veía porque no tenía otra cosa que hacer como es decir, si era cierto que debía ordenar la casa como a pero no tenía ganas. Ya lo haría al día siguiente.

Estaba aburrido y encima su vecino Harry tenía que salir a visitar a su hermana, a un par de calles, como había estado haciendo los últimos sábados desde hacía tres semanas ya que sus padres estaban de viaje.

Tenía todo el tiempo un ojo observando el televisor y otro mirando por la ventana, encontrando la puerta de los y verde a un desierta. Hacía dos horas que su atractivo vecino salió, así que estaría a punto de llegar.

Quizá sonaba a lo que haría una persona sin vida que es lo único que sabe es acosar al vecino de al lado, sin embargo, esa no era la razón. Y es que Louis realmente disfrutaba pasar tiempo con Harry. Lo que más le gustaba era cuando le recibía en su casa con su gran sonrisa, marcando sus hoyuelos y al estar en su hogar siempre olía a té, porque aquel chico amaba el té. A Louis le chirriaba la idea de tomar tanta de esa bebida, pero nunca le negaba una taza.

Unos gritos del exterior llamaron su atención. Se asomó por la ventana, sintiendo como la respiración se le cortaba de inmediato. Harry estaba siendo atracado y se defendía como podía entre empujones y gritos como pero nadie se paraba a ayudar.

Louis salió corriendo al exterior en el momento en el que vio al ladrón encapuchado, se escuchó un disparo. Harry se quedó quieto con los ojos abiertos desmesurada para, acto seguido, desplomarse sobre sus rodillas teniendo una mano en un costado.

El ladrón salió corriendo con lo que parecía una billetera en la mano antes de que Louis pudiera actuar en su contra. El ojiazul entonces desvió su atención a Harry, quien sollozaba apretando su herida, tintando su camiseta blanca y pintando de hilos rojos su mano.

Se dejó caer en el suelo junto a él con el corazón en la garganta puntos sin saber que hacer, acompañó a la mano de Harry en un intento de cesar la sangre.

-No os preocupéis, ya llamado a una ambulancia -avisó una mujer joven, acercándose con el pánico en la mirada.

-¿Has oído? -le murmuró Louis al ojiverde, pegándolo a su cuerpo- Enseguida vienen.

-Duele... -lloriqueaba en su cuello con el fuego del disparo quemándole las entrañas.

-Shh, tu mantente aquí conmigo, ¿sí? Ya les queda poco -se autoconvencía a sí también.

Intentaba no mirar el charco de sangre que se formaba bajo el cuerpo de Harry cuando escuchó las sirenas aproximarse.

-Aguanta, ya están aquí. -lo animaba viendo la ambulancia frenar frente a ellos.

Hicieron que los chicos se separaran y metieron en el vehículo de ensordecedora alerta y entonces le permitieron a Louis entrar con él.

La mujer de la ambulancia apretaba la herida de bala para que dejara de sangrar al mismo tiempo que Harris aferraba la mano de Louis con desesperación, como si aquellos solucionará el dolor.

-Estarás bien. -le murmuraba el ojiazul en el hombro- Solo aguanta un poco más. Te lo prometo.

Pero no fue tan sencillo como dijo punto pasaban las enfermeras, pero ninguna hacia él y Louis se ansiaba de manera progresiva conforme avanzaba el tiempo.

-Perdone, -apareció un muchacho que parecía aún en prácticas- ¿es el acompañante de Harry Estilos?

El ojiazul se puso alerta de inmediato, frenando sus pasos.

OS LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora