Veintinueve

2.9K 262 32
                                    

Lo que había preparado Luisita estaba realmente bueno y poder disfrutarlo en su presencia y con los rayos de sol dándome de lleno en la cara era una auténtica maravilla. Desayunamos con tranquilidad mientras de fondo se mezclaba la música que había puesto la rubia de fondo con nuestras palabras.

Cuando terminamos, recogimos las cosas para meterlas en el interior hasta que, al pasar, frené a Luisita observando enternecida la escena que teníamos enfrente. Buffy y Niké dormían juntas, con la segunda apoyando su cabeza un poco en el cuerpo de mi perra y con cara de paz ambas.

- Vaya, parece que al final van a ser mejores amigas - susurró Luisita.

- Estoy alucinando, pero esto es una buena señal, ¿no? - y ella asintió - Un primer paso.

Luisita acarició mi brazo con cariño, dejando un pequeño beso en mi hombro y, en cuanto dejamos las cosas al lado del fregadero, ambas cogimos nuestro móvil y le sacamos una foto a las dos.

- Son monísimas - dijo la rubia sin poder dejar de mirar la imagen.

- Sí que lo son.

Recogimos todo y fuimos de nuevo a la habitación para darnos una ducha rápida antes de dar un paseo por el barrio y así sacar algo más a Buffy. Estuve tentada de entrar en la ducha con la rubia, disfrutar de aquella intimidad que podríamos tener, con el agua recorriendo nuestro cuerpo mientras nuestras manos acariciaban a la otra, pero sabía que aquello podría ser peligroso, así que, a pesar de que mi mente no podía dejar de imaginar, decidí irme al otro baño para poder ir más rápido y también aliviar un poco el calor que emanaba de mi cuerpo.

Salí con el pelo envuelto en una toalla y me encontré a Luisita con un conjunto corto de deporte mientras miraba el interior de su armario pensando qué podría ponerse. Yo agradecí que siempre llevaba algo de ropa en mi furgoneta por si acaso y la había subido después del paseo con mi pequeña, por lo que ambas nos cambiamos, le pusimos la correa a Buffy y salimos a dar una vuelta por los alrededores.

Sabía que por allí era más complicado darle la mano a Luisita o tener algún que otro gesto de más de cariñoso porque al final vivía en un barrio en el que las apariencias contaban demasiado, pero de vez en cuando se me escapaba alguna sutil caricia con sus dedos que ella me correspondía con una dulce sonrisa.

De repente, sentí que Buff tiraba de la correa un poco más de la cuenta, como si hubiese reconocido a alguien y quisiese ir corriendo a saludarla. Nos tocó acelerar un poco más el paso hasta que vi de quién se trataba.

- Hola, hija - saludó mi madre después de agacharse a saludar a Buffy - ¿Qué haces por aquí? - preguntó antes de reparar en Luisita y atar cabos.

- Estábamos dando un paseo - le comenté, no queriendo que Luisita se sintiera incómoda. - Luisita, estos son mis padres, Devoción y Tomás.

- Encantada - saludó ella dándoles un beso a ambos.

- ¿Y vosotros qué hacéis por aquí? ¿Y Clau?

- Tu hermana se ha quedado en casa y hemos venido a dar un paseo y a tomarnos algo con Juan y Charo, que ya sabes que viven por aquí. - respondió mi padre.

- Dadles recuerdos de mi parte, hace mucho que no les veo.

- Lo haremos - dijo esta vez mi madre que no pudo no reparar en cómo Luisita movía sus manos un poco nerviosa - Bueno, chicas, pasadlo muy bien, no os entretenemos más.

Nos despedimos de ambos y vi cómo Luisita estaba algo intranquila todavía.

- Puedes estar tranquila, mis padres son lo más normal del mundo, odian juzgar a la gente y, por supuesto, no van a decir absolutamente nada.

De momento abril || LuimeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora