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Síndrome de couvade

— uh... ¿Qué estás haciendo? — preguntó Kakucho al ver la extrañeza que hacia su esposo.

— ¿Qué? — pregunta él de mala gana, mientras comía su peculiar comida de media tarde. — ¿No puedo comer en paz sin que me juzguen?

— no es por eso, pero ¿Desde cuándo te gustan los pepinillos? — arqueó una ceja al verlo comer del frasco de encurtidos; podía pasar por alto e ignorar el hecho de que Izana estaba comiendo directamente del frasco, pero ¿Quién en su sano juicio pone pepinillos en el helado de vainilla? Ni siquiera él que era de los antojos llegó a tanto. — ya estás subiendo de peso

— bien, ya dejé de comer ¿Ya estás feliz? — Izana suelta la cuchara de mala gana, acto seguido deja la comida y se marcha todavía murmurando. — así ya no te daré mucho asco ¿Verdad?

Kakucho estaba un tanto sorprendido, los cambios de humor en Izana no eran algo novedoso, en realidad hace mucho tiempo que no veía uno desde que se casaron. Sin embargo, en las últimas semanas el temperamento de Izana era cada vez más inestable, por suerte no llegando a extremos violentos, pero llegando a desconcertar al azabache con cambios de humor tan bruscos que preocupaban.
Izana podía estar tranquilo por un rato, sin embargo si dices algo que no es de su agrado podrías encender una pequeña bomba de tiempo impredecible, ya que a veces reaccionaba con un gran enojo, pero otras veces solía encontrarlo llorando hasta por la cosa más absurda.

Está vez fueron los antojos extraños la rareza del día; hace varios días que no comía alguien fuera de lo común, aunque sí que tuvo que verse en la necesidad de correr al baño ya que sus gemelos solían patear su vejiga, especialmente por las noches.

Izana en cambio era quien comenzó a manifestar esos síntomas que por muchos meses lo aquejaron. Al principio fueron los cambios de humor, después vinieron los antojos extraños, pero el de cabellos claros siempre se negó a ir a un doctor argumentando que era quizá un virus pasajero.

Pero la gota que derramó el vaso fue cuando ambos estaban mirando un libro con posibles nombres, Izana comía uno de sus tan famosos antojos extraños, está vez era tocino frito cubierto con chocolate.
Todo estaba normal en apariencia, aunque a Kakucho le generaba algo de asco la extraña combinación que su esposo estaba comiendo, mientras Izana estaba sumergido en el libro, hasta que quiso levantarse por algo de beber y fue que todo comenzó a ponerse raro.

— Izana ¿Te encuentras bien? — preguntó al verlo de pie, únicamente mirando a la nada mientras se tocaba el abdomen.

— … — no dijo nada, pues estaba haciendo un gran esfuerzo para no caerse por lo rápido que se había levantado del sofá. De pronto se había comenzado a sentir algo mareado, pero se negaba a creer que fuera grave, hasta que pronto fue invadido por una fuerte sensación de querer vomitar.

— ¿Izana?— volvió a llamarlo esperando recibir una respuesta, sin embargo Izana en vez de responder corrió en dirección al baño cuando las náuseas se hicieron cada vez más insoportables.

Kakucho se levantó con cuidado, pues realmente se preocupó al verlo así de enfermo. Está vez no podría pasarlo por alto, así que después de mucho insistir logró convencerlo de ir al médico.
Fue allí donde el médico les explicó que lo Izana padecía era algo llamado síndrome de couvade, un padecimiento que causaba en el padre síntomas similares al embarazo; lo que lo causa es desconocido aún, sin embargo se le atribuye al gran vínculo emocional y la gran empatía del padre a su pareja gestante.

En lo personal sí conocía el síndrome de couvade, pero no sabía que ese el nombre, yo sólo lo conocía como "embarazo psicológico", pero veo que no es tan simple. Fue interesante de investigar sinceramente 🤧

No puedo creer que pude terminar la primera semana 😭🥳 me siento satisfecha y orgullosa de mi misma. Por mi trabajo sólo había podido actualizar a muy altas horas de la noche, honestamente creí que me iba a retrasar ya que no siempre tenía las energías para escribir algo por lo cansada que llegaba a casa, pero me alegra que a pesar de todo pude subir los mini escritos justo a tiempo 🤩

Y con mucho tiempo de sobra 🥴